Dentro de la patología de las hernias, las más frecuentes son las inguinales, siguiéndoles las crurales en orden de importancia. La hernia crural es más frecuente en la mujer que en el hombre. La hernia crural se incarcera con más frecuencia que la inguinal. Se dice que está incarcerada cuando no se puede reducir, pero no existe compromiso vascular. La hernia crural se estrangula más frecuentemente que la inguinal. Se dice que está estrangulada cuando existe compromiso vascular y si al intervenir quirúrgicamente el asa no se recupera, hay que practicar una resección intestinal.
Caso clínico. Conducta a seguir ante una hernia crural irreductible.
Carbonell-Tatay A, Jiménez R (ATS), Carbonell-Aznar C (DUE. Estudiante de Medicina)
Introducción
Dentro de la patología de las hernias, las más frecuentes son las inguinales, siguiéndoles las crurales en orden de importancia. La hernia crural es más frecuente en la mujer que en el hombre. La hernia crural se incarcera con más frecuencia que la inguinal. Se dice que está incarcerada cuando no se puede reducir, pero no existe compromiso vascular. La hernia crural se estrangula más frecuentemente que la inguinal. Se dice que está estrangulada cuando existe compromiso vascular y si al intervenir quirúrgicamente el asa no se recupera, hay que practicar una resección intestinal.
Palabras clave: Hernia crural, Asa intestinal, Compromiso vascular.
Caso clínico
Ya hemos dicho, que la hernia crural es más frecuente en mujeres que en hombres.
Es nuestro interés en este pequeño artículo despejar dudas si las hubiese, para la práctica en las puertas de urgencias y en los médicos de familia.
En el caso que nos ocupa, se trata de una mujer de 72 años, con antecedentes de HTA, un episodio poco etiquetado de ACV y en tratamiento con Adiro (AAS). Ingresa por la puerta de urgencias de nuestro Hospital con historia clínica de aparición de bultoma en región inguino-crural derecha, de 2 días de evolución, con dolor y ausencia de emisión de gases y heces. La analítica no muestra alteraciones de interés. A la exploración se aprecia bultoma, no de gran tamaño, irreductible y doloroso en zona crural derecha. La analítica no muestra hallazgos valorables.
El diagnóstico es de hernia crural incarcerada y se remite a quirófano para su intervención quirúrgica.
En la imagen anterior, se aprecia la zona abultada correspondiente a su hernia.
Se inicia la intervención quirúrgica, apreciándose contenido herniario, de momento irreductible.
Al abrir el saco herniario nos encontramos con un asa intestinal, de color muy oscuro y de un olor característico que nos indica que existe un compromiso vascular.
Ampliamos el orificio crural, para poder extraer el asa intestinal y comprobar si es o no viable.
Dada la falta de recuperación se decide practicar resección del segmento intestinal afectado.
Se practica la resección, previa colocación de clamps para impedir la salida de contenido intestinal.
Se practica anastomosis termino-terminal (T-T) con material reabsorbible y de forma manual.
Se reconstruye, mediante herniorrafia clásica a ligamento de Cooper con puntos de Ethibond. En este caso no se coloca malla por criterio del cirujano.
La piel se cierra con sutura mecánica como es habitual.
Conclusiones
Dada la mayor frecuencia en las mujeres de padecer una hernia crural, y dado que el orificio crural, anatómicamente es más estrecho que el inguinal y con menos elasticidad, las posibilidades de que una hernia crural irreductible, esté estrangulada, son mayores que en las inguinales.
Es por lo tanto que aconsejamos ante una hernia crural incarcerada o irreductible, el tratamiento quirúrgico, ya que en la mayoría de los caso, si es un asa intestinal la parte herniada, puede tener un compromiso vascular en el que la viabilidad del asa dependa de la diligencia en nuestra actuación.
Bibliografía
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