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Pitiriasis Rosada en paciente adulto joven

Pitiriasis Rosada en paciente adulto joven

Resumen:

La pitiriasis rosada es una enfermedad cutánea aguda, inflamatoria y autolimitada de curso benigno. Clásicamente comienza con una lesión grande y escamosa, llamada placa heráldica. Posteriormente aparecen el resto de la lesiones. Presenta un pronóstico favorable y en la mayoría de los casos no precisa tratamiento farmacológico.

Palabras clave: pitiriasis, erupción, placa heráldica

Autora: María Seco Calderón. Médico de Familia. Cantabria

Caso clínico:

Varón de 25 años sin antecedentes de interés que acude a la consulta de atención primaria por aparición hace 15 días de lesiones en tronco pruriginosas. Previamente había presentado cuadro catarral inespecífico. A la exploración se aprecian placas ovaladas eritematosas con borde descamativo. No presentaba afectación de palmas ni de mucosas. Inicialmente se le trató con ketoconazol tópico ante la sospecha de cuadro micótico.

En las semanas posteriores continuaron apareciendo mas lesiones y no se obtuvo mejoría alguna con el tratamiento pautado. Se realizó por lo tanto, examen micológico directo y un cultivo para hongos que resultó negativo. Finalmente se le diagnosticó de pitiriasis rosada. La resolución fue completa al cabo de 3 meses.

Discusión:

La pitiriasis rosada es un trastorno común (supone el 1 a 2% de las consultas en dermatología) que afecta a pacientes entre los 10 y 35 años de edad siendo igual de prevalente en ambos sexos. Es más frecuente en primavera y verano.

La etiología es desconocida. Se han postulado diversas teorías. Varios estudios relacionan la pitiriasis rosada con agentes infecciosos víricos, concretamente virus herpes 6 y virus herpes 7.

La primera manifestación de la enfermedad es usualmente la aparición de una lesión de 2 a 10 cm de diámetro, eritematosa y ligeramente elevada, con un reborde típico de escamas en el margen, y ubicada por lo general en el tronco, la llamada placa heráldica. Entre 5-15 días después aparecen placas ovaladas de 0,5 a 3 centímetros de diámetro, de color rosado pálido, cubiertas por una descamación fina de color gris-plateado.

El centro tiene tendencia a la curación con un collarete escamoso. Las lesiones se distribuyen principalmente en el tronco, con su eje mayor paralelo a las costillas, siguiendo un patrón en «árbol de Navidad». En las formas típicas la afectación palmar es excepcional. En un 5% de los pacientes hay síntomas prodrómicos que consisten en cefalea, malestar general y faringitis. Un 25% de los casos presenta prurito. El cuadro suele resolverse en un plazo de 3 a 6 semanas aunque puede duran hasta 3-5 meses.

El diagnóstico es básicamente clínico. Habría que hacer diagnóstico diferencial con tiña corporis, sífilis secundaria y dermatitis seborreica.

En general la pitiriasis rosada no precisa tratamiento ya que su evolución en benigna y autolimitada. En caso de prurito se pueden utilizar antihistamínicos orales. Los corticoides tópicos solamente deben usarse durante un tiempo limitado y elegir los de potencia media porque aunque sí pueden mejorar la sintomatología no acortan la duración e incluso pueden exacerbar la enfermedad. Podría haber cierto beneficio en el uso de terapia antiviral explicado por la relación descrita entre la pitiriasis rosada y el herpesvirus humano. También la fototerapia puede ser útil en determinados casos.

Bibliografía:

  1. González LM, Allen R, Janniger CK, Schwartz RA. Pityriasis rosea: an important papulosquamous disorder. Int J Dermatol, 44 (2005), pp. 757-64
  2. Bernardin RM, Ritter SE, Murchland MR. Papular pityriasis rosea Cutis, 70 (2002), pp. 51-5
  3. Parsons JM: Pityriasis rosea update: 1986. J Am Acad Dermatol 1986; 15: 159-67
  4. Chuh AA. Et al. (2007). Interventions for pityriasis rosea. Cochrane Database Syst Rev.18;(2):CD005068.