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El estrés en Enfermería: ¿cómo detectarlo y superarlo?

El estrés en Enfermería: ¿cómo detectarlo y superarlo?

El estrés, literalmente significa “tensión”, “sobrecarga” o “esfuerzo”. Implica un estado de activación de nuestro cuerpo para hacer frente a las exigencias de la vida. Cuando se refiere al ámbito laboral, se habla de estrés laboral, como el objetivo de nuestro trabajo es realizar unos cuidados asistenciales de buena calidad, nosotros los enfermeros podemos hablar de un estrés asistencial.

  1. Esmeralda Martínez Martínez. DUE. Farmacia y Circuito oncológico. Hospital San Jorge. Huesca.
  2. Elisa Claver Laliena. DUE. Traumatología y urología, hospitalización. Hospital San Jorge. Huesca.
  3. Sara Morlán Pociello. DUE. Cirugía, hospitalización. Hospital San Jorge. Huesca.
  4. Mª Carmen Sanagustín Garcés. DUE. Medicina Interna, hospitalización. Hospital San Jorge. Huesca.
  5. Leticia Tierz Vélez. DUE. Especialidades médicas, hospitalización. Hospital de Barbastro.
  6. Sara Agustín Oliva. DUE. Valoradora de dependencia. IASS. Huesca.

RESUMEN

En la actualidad la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2000) ha definido a los trabajadores de la salud como profesionales altamente estresados. Los profesionales en este sector deben a menudo emplear un tiempo considerable de intensa relación con personas que se encuentran en situaciones problemáticas y de necesaria intervención en crisis; ya sea por sus condiciones médicas o por sus demandas psicológicas.

Palabras Clave: Estrés, Estrés Asistencial, Enfermería, Cuidados

INTRODUCCIÓN

El estrés, literalmente significa “tensión”, “sobrecarga” o “esfuerzo”. Implica un estado de activación de nuestro cuerpo para hacer frente a las exigencias de la vida. Cuando se refiere al ámbito laboral, se habla de estrés laboral, como el objetivo de nuestro trabajo es realizar unos cuidados asistenciales de buena calidad, nosotros los enfermeros podemos hablar de un estrés asistencial.

La primera vez que se introdujo el concepto de estrés en nuestro medio de trabajo fue en 1926 por Hans Selye – considerado el padre del estrés- y lo definió como la respuesta general del organismo ante cualquier estimulo estresor o situación estresante. Entendiendo como estresor a una circunstancia, situación que la persona recibe como una amenaza y que supera su capacidad de respuesta; es el elemento que activa nuestro cuerpo para hacerle frente.

En términos generales se puede hablar de 2 tipos de estrés:

  • Eustrés: Estado en el cual las respuestas de un individuo ante las demandas externas están adaptadas a al as normas fisiológicas del mismo. Se presenta cuando reaccionamos de marera positiva, creativa y afirmativa ante una determinada situación y nos permite de esta forma desarrollar unas nuevas capacidades y destrezas.
  • Distrés: Es el considerado como el estrés negativo, porque los requerimientos de nuestro ámbito de trabajo superan a los recursos que tenemos para poder hacerle frente, produciéndose en nosotros una sensación de descontrol, que si no llega a ser auto-controlada puede ser nefasta para nuestra salud.

En la actualidad la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2000) ha definido a los trabajadores de la salud como profesionales altamente estresados. Los profesionales en este sector deben a menudo emplear un tiempo considerable de intensa relación con personas que se encuentran en situaciones problemáticas y de necesaria intervención en crisis; ya sea por sus condiciones médicas o por sus demandas psicológicas. Este tipo de relaciones se constituye en eventos de intensa carga emocional para el profesional, la cual es necesaria controlar cuidadosamente para que la situación pueda ser resuelta en forma eficiente. En muchos casos, estas situaciones tienen un desenlace negativo o fatal que es acompañado por sentimientos de frustración, temor, rabia o desesperación por parte del profesional, creando así un estrés asistencial importante.

El Síndrome de estrés asistencial es crónico en aquellas profesiones de servicios que se caracterizan por una atención intensa y prolongada a personas que están en una situación de necesidad o dependencia.

Según Maslach (1981) las características principales son:

  • Cansancio y desgate emocional (CE): Desvitalización, pérdida de energía tanto física como psíquica.
  • Despersonalización (DP) en la relación con los otros (pacientes, colegas) con actitudes de irritabilidad, agresividad, impaciencia, cinismo, suspicacia e intolerancia.
  • Pérdida del sentimiento de competencia e idoneidad profesional,-abandono de la realización personal (FR)- desmotivación, pérdida de la autoestima laboral, deserción y abandono de tareas.

Estas características fueron descritas por Moreno y Peñacoba (1999) y por Maslach y Jackson como:

  • El agotamiento o cansancio emocional (CE): Es la primera fase del proceso y se refiere a la situación en la que los trabajadores sienten que ya no pueden dar más de sí mismos en el ámbito afectivo y laboral. Es, por tanto, un agotamiento de los recursos emocionales propios; es decir, emocionalmente agotado por el contacto diario y mantenido con personas a las que hay que atender como objeto de trabajo. Esta fase se caracteriza por un sentimiento de indefensión como consecuencia de un enfrentamiento activo pero inefectivo frente al estrés.
  • La despersonalización (DP): Es el núcleo del síndrome e implica el desarrollo de sentimientos negativos y de actitudes y sentimientos de cinismo hacia las personas destinatarias del trabajo. Es la consecuencia del fracaso en la fase anterior y mecanismos de defensa para evitar el aumento de los sentimientos de impotencia, indefensión y desesperanza personal.

En esta fase los pacientes son vistos por los profesionales de forma deshumanizada, pierden la capacidad de establecer relaciones empáticas, debido a un endurecimiento afectivo, lo que les lleva incluso a culpabilizar a los pacientes de su propia situación – problema de salud. (v.g: Al paciente le estaría bien merecida la enfermedad).

Para Moreno y Peñacoba la despersonalización es un tipo de comportamiento que suele estar asociado con depresión y hostilidad.

Enfermería es una de las profesiones con más estrés asistencial y emocional por el desgate que supone trabajar en unidades que necesitan altas dosis de entrega y de implicación, como es el de urgencias. No hay que olvidar que Enfermería trabaja con personas, su patología y todo aquello que les rodea (dolor, sufrimiento, rotura familiar…)

En todas estas situaciones se produce un intercambio emocional que nos lleva a un desgate psicológico y, si además añadimos la falta de recursos personales, materiales y tiempo, tenemos una situación de desgate emocional, también denominado Síndrome de Burn-Out.

JUSTIFICACIÓN

La Health Education Autority clasifica a Enfermería como la cuarta profesión más estresante debido a la responsabilidad que tienen en el cuidado y atención la vida de las personas y la proximidad al sufrimiento. Por dicho motivo hemos pensado que mediante una revisión bibliográfica es importante recordar y dar a conocer cómo distinguir y hacer frente al estrés al que estamos sometidos en la profesión y así poder prestar una atención integral al paciente manteniendo un autocontrol emocional.

OBJETIVOS

  • Prevenir el estrés profesional: Para poder prevenirlo, antes hemos de conocer cuáles son las características comunes que se dan en toda situación de estrés:

El estrés aparecerá cuando haya un cambio o una situación nueva, e irá aumentando poco a poco a medida que nos vayamos encontrando con que no disponemos de toda la información posible- falta de información– para poder hacerle frente. Esto nos creará un sentimiento de incertidumbre y de ambigüedad, que hará que el grado de estrés vaya creciendo sea mayor, ante este hecho nuestro organismo como mecanismo de defensa para poder superar esta situación nueva sufrirá alteraciones biológicas para poder restablecer el equilibrio, “respuesta de estrés”. Si nuestro organismo haciendo uso de estas alteraciones biológicas no es capaz de superar esta situación, nos encontraremos con que el grado de estrés es mayor, y esto supondrá un mayor desgaste para el organismo.

Cuando la persona se enfrenta a una situación que valora como amenazante, un estresor, el organismo reacciona buscando el equilibrio perdido. Esta reacción homeostática fue descrita por Selye (1956) bajo la denominación de Síndrome General de Adaptación (SGA). El SGA consta de 3 fases:

  • Fase de alarma: Respuesta inmediata, el cuerpo se activa intensamente para hacer frente a la demanda.
  • Fase de resistencia: Respuesta a medio o largo plazo. El cuerpo se mantiene activado de forma menos intensa que en la fase anterior, pero con capacidad para mantenerse durante más tiempo facilitando recursos al organismo, para superar una adversidad o alcanzar un reto.

Generalmente mediante estas dos etapas se resuelve la situación; pero si no es así se pasa a la siguiente fase

  • Fase de agotamiento: Si la respuesta es muy intensa o se mantiene durante mucho tiempo pierde la capacidad adaptativa aparece sintomatología de enfermedad o incluso se pone en peligro la vida (Anexo 1)
  • La respuesta de estrés es una respuesta automática del organismo ante cualquier cambio ambiental, externo o interno, mediante la cual el organismo se prepara para hacer frente a las posibles demandas que se generen como consecuencia de la nueva situación. Estas respuestas pueden ser:
    • Trastornos respiratorios: Asma, hiperventilación, taquipnea, etc.
    • Trastornos cardiovasculares: Enfermedad coronaria, hipertensión arterial, alteraciones del ritmo cardiaco, etc.
    • Trastornos inmunológicos: Desarrollo de enfermedades infecciosas.
    • Trastornos endocrinos: Hipertiroidismo, hipotiroidismo, Síndrome de Cushing, etc…
    • Trastornos dermatológicos: Prurito, sudoración excesiva, dermatitis atípica, caída del cabello, urticaria crónica, rubor facial, etc.
    • Diabetes: Suele agravarse la enfermedad
    • Trastornos sexuales: Impotencia, eyaculación precoz, vaginismo, alteraciones de la libido, etc.
    • Trastornos psicopatológicos: Ansiedad, miedos, fobias, depresión, conductas adictivas, insomnio, alteraciones alimentarias, trastornos de la personalidad, etc.
    • Trastornos musculo esqueléticos: Alteraciones en los reflejos musculares, contracturas, cefaleas tensionales.