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Revisión bibliográfica sobre la parada cardiorrespiratoria

Revisión bibliográfica sobre la parada cardiorrespiratoria

El siguiente artículo supone una revisión bibliográfica sobre las características más importantes sobre la parada cardiorrespiratoria.

Autora: Lourdes Nebra Rubio; Grado Enfermería (Universidad San Jorge). Master Urgencias, Emergencias y críticos en Enfermería (Universidad Europea de Madrid), Master Investigación en atención primaria (Universidad Miguel Hernández de Elche), Experto en cuidados de Enfermería (Universidad de León) Experto universitario en Enfermería en Emergencias Extrahospitalarias (Universidad Cardenal Herrera)

Objetivo: Conocer la última evidencia sobre parada cardiorrespiratoria y su tratamiento

MetodologíA: Revisión bibliográfica de la literatura.

Resultados: Early Warning Score (EWS) es un sistema basado en cinco parámetros fisiológicos. Ayuda a identificar a los pacientes con riesgo de complicaciones graves.En un estudio cuantitativo cuasi experimental, se aplicó MEWS a pacientes ingresados ​​en 100 camas en el Hospital General Virgen de la Cadena.El análisis de los datos confirmó que los pacientes tratados con MEWS tenían menor riesgo de sufrir reanimación cardiopulmonar.

INTRODUCCIÓN

La incidencia de paro cardiorrespiratorio (PCR) en pacientes hospitalizados se sitúa entre el 1-5% de los ingresos 1. Respecto al ámbito extrahospitalario presente algunas diferencias: El PCR intrahospitalario no suele ser súbito ni imprevisible. Su causa no suele ser de origen cardiaco, el ritmo subyacente con mayor frecuencia no es subsidiario de choque eléctrico por tratarse de AESP (actividad eléctrica sin pulso) o asistolia en el 75% de los casos, y las probabilidades de supervivencia una vez que se ha presentado son muy bajas en torno a 11,5%.2

Desde hace décadas en los hospitales se dispone de Equipos de Reanimación que se activan ante un paro; si bien es cierto que en un pequeño porcentaje de pacientes se obtiene la recuperación de constantes y que es posible su paso a UVI (Unidad de Vigilancia Intensiva). No se ha demostrado un incremento de altas hospitalarias y por tanto, la supervivencia en este tipo de pacientes. 3

Por primera vez en 2005 la AHA (American Heart Association) y la ERC (European Resucitation Council) incluyeron en sus guías un algoritmo específico de procedimiento en PCR intrahospitalario. 4 5 El primer eslabón lo constituía la prevención. La evidencia disponible en ese momento presumía que el tratamiento precoz e intensivo de pacientes con deterioro fisiológico podía disminuir la incidencia, de PCR, la muerte y los ingresos urgentes en las unidades de cuidados intensivos. 6

Cada día son más los hospitales que han sustituido el tradicional “equipo de parada” por el “equipo médico de emergencias” (EME) o equipo de repuesta rápida que atiende no sólo a los pacientes en PCR, sino a aquellos con deterioro clínico agudo. El EME está formado normalmente por médicos y enfermeras que responde a criterios específicos de aviso.

El optimismo inicial se ha ensombrecido porque los estudios preliminares de resultados no demostraron que la intervención de estos equipos redujera la incidencia de muertes inesperadas e ingresos en UVI.7 Realmente la problemática de la asistencia al PCR es compleja, y difícil de comparar entre distintos centros, hay grandes diferencias en cuanto a formación de personal, y se han detectado fallos en aspectos tan sencillos del cuidado, como fracasos en manejo de vía aérea, ventilación y circulación, uso incorrecto de la oxigenoterapia y toma infrecuente de constantes. La mala comunicación entre el personal de distintos servicios y falta de trabajo en equipo pueden incidir negativamente en los resultados. 8 La ausencia de políticas hospitalarias claras en relación a las órdenes de no reanimar y los planes de limitaciones del tratamiento interfieren también en los resultados. Existen estudios que cuestionan la formación de médicos en el manejo del paciente grave indicando que el enfoque en ocasiones no es sistemático.

A pesar de estas limitaciones las distintas sociedades de reanimación recomiendan la implementación de estos programas. 9 10 11

Conscientes de esta problemática y tras largos estudios de evidencia la nuevas guías de reanimación de la AHA y la ERC publicadas en octubre de 2010 12 13 14 hacen hincapié en la prevención del PCR hospitalario aportando algunos matices: relativos a la formación de la persona, a la detección y ubicación del paciente crítico, y a la organización de equipos de asistencia peri-paro.

La detección del deterioro del paciente ingresado, las primeras intervenciones terapéuticas y el aviso oportuno del EME recae en la mayoría de ocasiones en las enfermeras, constituyéndose un pilar clave en la cadena de supervivencia hospitalaria. Existen múltiples trabajos que avalan esta afirmación y se desarrollan en el ámbito de medicina interna, pediatría, cuidados críticos y urgencias. En la práctica se impone poco a poco el uso por parte de Enfermería de escalas de aviso precoz, que dan una puntuación a las medidas rutinarias de las constantes vitales, y la puntuación obtenida se utiliza para monitorizar más exhaustivamente al paciente o para llamar al EME. De todas ellas la más utilizada es la MEWS (Modified early warning score).15 16 17

El impacto de la prevención del PCR de las escalas fisiológicas está por definir, pero parece constituir un buen procedimiento para disminuir la frecuencia y gravedad de complicaciones en paciente ingresado, 18 disminuyen en un 25% el número de paros cardiacos no esperados. 17 sin que se clarifique si existen diferencias significativas en supervivencia. 1

MATERIAL Y MÉTODOS

Intervención: Introducción del MEWS por parte de las enfermeras en la valoración de pacientes de medicina interna.

Se trata de un estudio cuantitativo, cuasi-experimental.

Se realizó en el Hospital General Virgen de la Cadena de Zaragoza. Este centro dispone de dos plantas de Hospitalización de Medicina Interna (2ª y 3ª) con 100 camas por planta, en la segunda planta se aplicaron los criterios de control MEWS y en la 3ª se continuó normalmente sin intervenir, este grupo sirvió para comparar cual de los dos procedimientos da el mejor resultado. Los ingresos provinieron de la Comunidad Autónoma Aragón.

La población diana fueron los pacientes Hospitalizados en Medicina Interna y la población de estudio, los pacientes ingresados en el periodo de un año, definido desde enero de 2010 a enero de 2011. Los pacientes fueron adultos mayores de 18 años. Se excluyeron pacientes terminales con orden escrita de no reanimar y pacientes de otras especialidades que esporádicamente pudiesen estar ingresados en esta unidad por presión hospitalaria.

La metodología empleada para la recogida de información fue mediante la observación y por mediciones biofisiológicas.

Las enfermeras usaron escalas de aviso precoz usando las medidas rutinarias para la valoración y la recolección de datos del paciente. Usaron la escala MEWS, un sencillo sistema de puntuación fisiológica adecuada para la aplicación en los pacientes que están en cama. La puntuación se basa en 5 parámetros fisiológicos fundamentales, la presión arterial, frecuencia cardiaca, frecuencia respiratoria, temperatura y nivel de conciencia. 20

Ver Tabla 1: “Modified Warning Scores”, al final del artículo

La presión arterial y el pulso se miden electrónicamente (CRITIKON DINAMAP). La temperatura por medio oral, la respiración por minuto y la AVPU (nivel de conciencia) de acuerdo con el mejor resultado en el momento de la medición de presión arterial.