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Deshabituación del paciente con hábito tabáquico. Papel del Odontólogo y el equipo de Atención Primaria

Deshabituación del paciente con hábito tabáquico. Papel del Odontólogo y el equipo de Atención Primaria

RESUMEN.

El tabaquismo es una enfermedad adictiva crónica causa de multitud de patologías. El cese del hábito de fumar proporciona enormes beneficios para la salud y disminuye el riesgo de muerte prematura. Por este motivo todos los profesionales de salud deben ayudar a los pacientes a conseguir el cese definitivo de este hábito perjudicial. Destaca el papel del Odontólogo por su relación con el paciente fumador. En la intervención de deshabituación tabáquica encontramos técnicas motivacionales y la administración de determinados fármacos.

AUTORES

Patricia María Puga Guil. Doctora en Odontología por la Universidad de Granada.

Laura Sanz Ceballos. Doctora en Farmacia por la Universidad de Granada.

Daniel Gálvez Estévez. Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Granada.

Palabras Clave: tabaco, Odontología, Medicina, Farmacia, cáncer bucal, EPOC prevención primaria.
OBJETIVOS.
  1. Conocer la importancia de los profesionales sanitarios, y en especial del Odontólogo en el cese del hábito tabáquico.
  2. Conocer los distintos métodos de intervención en los programas de deshabituación tabáquica.
INTRODUCCIÓN.

En la actualidad en España hay aproximadamente un 30% de fumadores, de los que la inmensa mayoría son fumadores diarios. El tabaquismo más que un hábito es considerado actualmente como una enfermedad en sí mismo: una enfermedad adictiva crónica que, a su vez, es causa de multitud de patologías, de las que el cáncer y la angina/infarto de miocardio son las más graves, pero no las más frecuentes.

Según la OMS el tabaco es es una de las mayores amenazas para la salud pública que ha tenido que afrontar el mundo. Mata a casi 6 millones de personas al año, de las cuales más de 5 millones son consumidores directos y más de 600 000 son no fumadores expuestos al humo ajeno. Casi el 80% de los más de mil millones de fumadores que hay en el mundo viven en países de ingresos bajos o medios, donde es mayor la carga de morbilidad y mortalidad asociada al tabaco. Así que el tabaquismo es un hábito nocivo causante de enfermedades y de muertes prematuras en los países desarrollados y en vías de desarrollo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que aproximadamente mueren en el mundo cinco millones de personal al año a causa de enfermedades relacionadas directamente con el tabaco.

Han sido identificados casi 4000 compuestos químicos en el humo del tabaco, de los cuales, al menos 40 han sido relacionados con algún tipo de cáncer. Estos compuestos químicos relacionados con el cáncer y otras enfermedades se conocen como alquitrán.

La nicotina es otra sustancia química presente en el tabaco. No tiene relación directa con el desarrollo de cáncer pero es una droga altamente adictiva, que ataca al sistema nervioso central (SNC) y periférico. Esta droga favorece la liberación de dopamina, lo que se acompaña de una sensación de placer y bienestar que crea dependencia. Entre las causas de muerte atribuibles al tabaco, encontramos el cáncer, enfermedades cardiovasculares y pulmonares. Los fumadores presentan un riesgo 15 veces mayor de desarrollar cáncer de pulmón, el doble de riesgo de desarrollar enfermedades del corazón, enfermedad pulmonar obstructiva crónica y cáncer bucal. El cigarrillo es causa del 90% de los cánceres de pulmón, el 75% de la bronquitis crónica y enfisema y 25% de los casos de isquemia cardíaca y proporciona un riesgo elevado para padecer cáncer en la cavidad bucal, principalmente de labio, lengua, paladar y faringe.

El cese del hábito de fumar proporciona enormes beneficios para la salud y disminuye el riesgo de muerte prematura. Por este motivo todos los profesionales de salud deben ayudar a los pacientes a conseguir el cese definitivo de este hábito perjudicial.

Son muchos los fumadores que quieren dejarlo y, sin embargo, son muy pocos los que lo consiguen. La elevada tasa de fracasos en el abandono del tabaco se produce en gran medida sin ningún tipo de ayuda,

PAPEL DEL ODONTÓLOGO EN EL CESE DEL HÁBITO TABÁQUICO

El uso de tabaco en sus distintas formas ha sido claramente asociado a alteraciones sistémicas como cáncer y enfermedades cardiovasculares. En la cavidad bucal, es donde los efectos nocivos del tabaco aparecen con más frecuencia. El tabaco es causa de leucoplasia y eritroplasia y ha sido relacionado con halitosis, enfermedad periodontal, pigmentaciones de la mucosa y/o restauraciones y hasta fracaso de tratamientos con implantes dentales

Entre los profesionales de la salud, es el Odontólogo el que tiene mayor oportunidad de intervenir el cese del hábito tabáquico de la población, ya que la práctica odontológica comprende un contacto regular con los pacientes y los signos bucales producidos por el tabaco son evidentes para estos profesionales Además, los odontólogos pueden causar un gran impacto en prevención de tabaquismo dada su constante relación con la comunidad.

Diferentes estudios han demostrado que la intervención de los odontólogos en el proceso de prevención y cesación del tabaquismo es muy poca y esto se deba posiblemente a la falta de capacitación de los estudiantes en los programas de odontología a nivel mundial.

La evidencia científica demuestra que el consumo del tabaco es un factor de riesgo para la aparición, progresión y recidiva de la periodontitis Crónica y que el dejar de fumar muestra beneficios en la salud periodontal y en la respuesta al tratamiento. Por ello los Odontólogos deben dar a sus pacientes recomendaciones sobre cese del hábito e incorporar en sus consultas indicaciones de los productos para dejar de fumar y promover sus uso.

El Odontólogo desempeña un papel importante en la deshabituación tabáquica puesto que trata a diario con fumadores y reconoce fácilmente los efectos del tabaco sobre la salud oral.

El Odontólogo y la motivación antitabaco en la edad infantil y adolescente.

El Odontólogos está cualificado para detectar lesiones orales y periodontales relacionadas con el consumo del tabaco. Por ello es fundamental que desde su situación, junto al Pediatra, ayude a prevenir la iniciación del hábito tabáquico en niños y adolescentes. Para ello se valdrán de mensajes positivos antitabaco. Tratarán de detectar aquellos fumadores precoces para motivarlos en el cese del hábito.

Papel del Odontólogo en el cese del hábito tabáquico de los pacientes fumadores.

La enfermedad periodontal es una enfermedad de alta prevalencia. Las enfermedades periodontales graves, que pueden desembocar en la pérdida de dientes, afectan a un 15%-20% de los adultos de edad media (35-44 años) y el tabaco es el mayor factor de riesgo. Un fumador es 6 veces más susceptible a padecer enfermedad periodontal que un no fumador. Existe una relación directa entre el número de cigarrillos por día y los años de exposición con la enfermedad periodontal. Es por ello que la Academia Americana de Periodontología establece que deben incluirse entre los parámetros de cuidado periodontal, la terapia de abandono del hábito tabáquico como parte del tratamiento periodontal.

También, como se ha comentado anteriormente, el tabaco es un factor de riesgo para el desarrollo de cáncer oral, por lo que los Odontólogos deben tener una participación activa en los programas de deshabituación tabáquica, contribuyendo a mejorar la salud bucal y general de sus pacientes.

Todos los profesionales de la salud deben estudiar la condición de fumador de sus pacientes con un seguimiento de por lo menos un año y deben dar consejos para dejar de fumar. Los consejos cortos (aproximadamente 5 minutos) dados por los profesionales de la salud, han conseguido que entre el 1% y 3% de los pacientes dejen de fumar en los siguientes 6 meses. Los consejos cortos consisten en preguntar al paciente si fuma, aconsejarle abandonar el hábito y si quiere hacerlo derivarlo a un especialista entrenado. La ayuda al paciente fumador incluye aspectos para la dependencia psicológica y para la dependencia física, a través de terapias ó intervenciones conductuales y de tratamiento farmacológico.

Terapias motivacionales.

Para conseguir el cese de este hábito nocivo se recomienda el uso de terapias motivacionales, entre las que se puede destacar la terapia de las cinco A (Ask/ Advise/ Assess/ Asist /Arrange):

Empleando también la técnica de las seis R (Relevance/ Risk/ Rewards/ Roadblacks/ Repetition/ Relapse):

  1. Importancia: Proporcionar información motivacional de alto impacto. Por ejemplo, informar sobre las enfermedades de alto riesgo.
  2. Riesgo: Realizar preguntas sobre las consecuencias negativas del consumo de tabaco.
  3. Recompensa: Conseguir que el paciente identifique los beneficios que le aportaría dejar de fumar.
  4. Obstáculos: Identificar los impedimentos para dejar de fumar.
  5. Repetición: Repetir en los pacientes no motivados los pasos anteriores.
  6. Recaída: Contar con tratamientos preventivos motivacionales de refuerzo.

Apoyo farmacológica en el abandono hábito de fumar.

A la terapia motivacional habrá que añadir terapia farmacológica, para lo que el Odontólogo contará con el apoyo del Farmacéutico.

Las terapias farmacológicas empleadas más frecuentemente en el reemplazo de la nicotina son los parches de nicotina y terapias con Bupropión u otros fármacos. El empleo de parches de nicotina combinado con bupropión han demostrado que aumenta el número de pacientes que dejan de fumar, principalmente en los casos de fumadores fuertes y de pacientes con intentos fallidos y sucesivos en el abandono del hábito.

Entre la terapia farmacológica encontramos:

  • Terapia sustitutiva con Nicotina. Se le administra al fumador nicotina por una vía diferente a la de fumar. Las formas más habituales no necesitan prescripción (chicle o parche). Otras presentaciones son inhaladores, sprays nasales y pastilla masticables.
  • En la farmacoterapia sin Nicotina se pueden encontrar diferentes fármacos:
    • Bupropion: Antidepresivo de efecto noradrenérgico y/o dopaminérgico.
    • Nortritilina: Antidepresivo tricíclico.
    • Clonidina: Agonista alfa2 noradrenérgico.
    • Rimonabant: Bloqueo del sistema cannabinoide.
    • Varenicline: Agonista parcial del recepto de nicotina alfa 4 beta 2.
CONCLUSIONES:
  • Los profesionales de salud deben ayudar a los pacientes a conseguir el cese definitivo de este hábito perjudicial El Odontólogo puede y se debe convertir en el primer agente sanitario para que . que los pacientes se interesen en dejar de fumar y lo consigan.
  • Existen diferentes terapias para lograr la deshabituación tabáquica. Los resultados más exitosos se obtienen con la combinación te terapia motivacional con terapia farmacológica.
  • En la terapia motivacional destacan la técnica de las cinco A A (Ask/ Advise/ Assess/ Asist /Arrange), y la de las seis R (Relevance/ Risk/ Rewards/ Roadblacks/ Repetition/ Relapse).
  • En la terapia farmacológica podemos diferenciar en terapias sustitutiva con nicotina, y la utilización de otros fáramacos, generalmente de tipo antidepresivo.
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