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Código Ictus. Actuación en el servicio de urgencias

Código Ictus. Actuación en el servicio de urgencias

El Ictus es una enfermedad neurológica de gran impacto en nuestra sociedad, llegando a ser una de las enfermedades que más muertes conllevan cada año y la primera patología que provoca más discapacidades, tanto a nivel físico como psíquico.

  1. Sara Agustín Oliva. DUE. Valoradora de dependencia. IASS. Huesca
  2. Esmeralda Martínez Martínez. DUE. Farmacia y Circuito oncológico. Hospital San Jorge. Huesca
  3. Elisa Claver Laliena. DUE. Traumatología y urología, hospitalización. Hospital San Jorge. Huesca.
  4. Sara Morlán Pociello. DUE. Cirugía, hospitalización. Hospital San Jorge. Huesca
  5. Mª Carmen Sanagustín Garcés. DUE. Medicina Interna, hospitalización. Hospital San Jorge. Huesca
  6. Leticia Tierz Vélez. DUE. Especialidades médicas, hospitalización. Hospital de Barbastro.

El Código Ictus es un procedimiento que consiste en el reconocimiento precoz de los signos y síntomas de un ictus de probable naturaleza isquémica (producido por una disminución importante del flujo sanguíneo cerebral de una forma anormalmente brusca), que genera un protocolo de actuación que prioriza los cuidados y un traslado inmediato del paciente por los servicios de urgencia a un hospital, para que se pueda beneficiar de una terapia de reperfusión y de cuidados especiales.

Tiene gran importancia el tratamiento que se ofrece en los servicios de urgencias intrahospitalarios, donde es atendido siguiendo un protocolo especificado para aplicar el tratamiento adecuado ante el ictus isquémico, el tratamiento fibrinolítico intravenoso.

PALABRAS CLAVE: Ictus. Urgencias. Fibrinólisis.

INTRODUCCIÓN

Las enfermedades cerebrovasculares (ECV) son todas aquellas alteraciones encefálicas secundarias a un trastorno vascular. Su manifestación aguda, se conoce con el termino ICTUS, distinguiendo dentro de ella diferentes procesos. El ictus es un problema de salud pública de gran importancia, en los países desarrollados es una de las primeras causas de muerte, junto a la enfermedad cardiovascular y el cáncer. Es conocida como la primera patología que causa más discapacidades permanentes provocando un fuerte impacto personal y a nivel familiar.

El ictus es una urgencia neurológica debido a que los mecanismos lesiónales que se desencadenan una vez ocurrida la isquemia o la hemorragia cerebral progresan muy rápida-mente y, es corto el período durante el que los tratamientos aplicados pueden tener eficacia. La disponibilidad de tratamientos específicos altamente eficaces, pero con un margen riesgo/beneficio estrecho, hace necesaria la adecuación de los sistemas de organización asistencial y de la dotación de los centros hospitalarios capacitados para atender pacientes con ictus 2.

Durante los últimos años, uno de los objetivos ha sido ofrecer una mejor asistencia al paciente con ictus, no solo a nivel clínico sino también a nivel de calidad de vida disminuyendo en lo posible los posibles efectos secundarios. A final de los noventa, con la llegada de la fibrinólisis con activador tisular del plasminógeno recombinante (rtPA), la creación de las unidades de ictus con protocolos claramente establecidos, con profesionales formados para dar respuesta a situaciones especiales y el objetivo de minimizar los tiempos de respuesta en los primeros momentos tras el ataque del ictus, han sido la clave para poder ofrecer un cambio en la organización y una mejora en la calidad asistencial 3.

Se realizó una reunión en Helsinborg entre los días 8 y 10 de Noviembre d 1995, organizada por la OMS y en colaboración con la Federación Europea de Sociedades Neurológicas y la Sociedad Internacional del Ictus, en la que se estableció el objetivo de que “todos los pacientes con ictus deben tener fácil acceso a las técnicas diagnósticas y tratamientos con eficacia demostrada durante la fase aguda de la enfermedad y en concreto a la atención por neurólogos y a los cuidados aplicables en unidades de ictus”. Éste objetivo se revisó en el 2010 y en el 2015 y se dictaminó nuevo objetivo: “Los pacientes con ictus tengan una supervivencia al 1º mes >85%, una independencia >70% a los 3 meses y que todos los pacientes con ictus agudo subsidiarios de recibir tratamiento específico en una unidad de ictus, sean atendidos en hospitales con capacidad para hacerlo” 2,4.

En España es una de las patologías más incapacitantes, se estima su incidencia en 150-250 casos/año por cada 100.000 habitantes; el 12% de los españoles muere por esta causa, un 4% de la población mayor de 65 años vive con las secuelas de un ictus y 150.000 personas en nuestro país precisan ayuda para realizar sus actividades básicas como consecuencia de haber padecido un ictus.

CLASIFICACIÓN DEL ICTUS

Según la naturaleza de la lesión, existen 2 tipos de ictus:

  • Isquémico establecido o infarto cerebral (80%): Se produce cuando la isquemia cerebral es lo suficientemente prolongada en el tiempo como para producir un área de necrosis tisular. Se considera que ha sido prolongado cuando el déficit neurológico tiene una duración superior a 24 horas. Hay diversos tipos de infarto cerebral según sea su mecanismo de producción y la localización topográfica.
  • Ictus hemorrágico (20%): Es la extravasación de sangre dentro del encéfalo como consecuencia de la rotura de un vaso. Según su localización puede ser cerebral (intraparenquimatosa o ventricular) o subaracnoidea.

Existen diferentes tipos de ictus isquémicos:

  • Ictus isquémico (AIT o infarto cerebral) aterotrombótico por aterosclerosis de arteria grande: es un infarto generalmente de tamaño medio o grande, de topografía cortical o subcortical y localización carotídea o vertebrobasilar, en el que se cumple alguno de los dos criterios siguientes:
  • Ictus isquémico cardioembólico: de tamaño medio o grande, de topografía habitualmente cortical, para el que existe evidencia (en ausencia de otra etiología alternativa) de alguna de las siguientes cardiopatías embolígenas: presencia de un trombo o un tumor intracardiaco, estenosis mitral (EM) reumática, prótesis aórtica o mitral, endocarditis, fibrilación auricular, enfermedad del nodo sinusal, infarto agudo de miocardio en los tres meses previos con o sin aneurisma ventricular izquierdo o acinesia extensa o presencia de hipocinesia cardiaca global o discinesia independientemente de la cardiopatía subyacente.
  • Enfermedad oclusiva de pequeño vaso arterial (infarto lacunar): es un infarto pequeño (diámetro menor de 1,5 cm) en la zona de una arteria perforante cerebral, que habitualmente ocasiona un síndrome clínico lacunar (hemiparesia motora pura, síndrome sensitivo puro, síndrome sensitivomotor, hemiparesia-ataxia o disartria-mano torpe) en un paciente con antecedentes de HTA u otros factores de riesgo vascular, en ausencia de otra etiología que lo explique.
  • Ictus isquémico de etiología inhabitual: es un infarto de tamaño pequeño, mediano o grande, de localización cortical o subcortical, en territorio carotideo o vertebrobasilar en un paciente en el que se ha descartado el origen aterotrombótico, cardioembólico o lacunar. Puede ser causado por enfermedades sistémicas (alteraciones metabólicas, trastornos de la coagulación, síndrome mielo proliferativo o procesos infecciosos) o por otras causas como la trombosis venosa cerebral, migraña, aneurisma del septo, disecciones arteriales, displasia fibromuscular, malformación arteriovenosa, angeítis, o por causa yatrógena.
  • Ictus isquémico de etiología indeterminada: es un infarto de tamaño medio o grande, de localización cortical o subcortical, en territorio carotideo o vertebrobasilar, en el que, tras un exhaustivo estudio diagnóstico, se han descartado los subtipos aterotrombótico, cardioembólico, lacunar y de causa inhabitual. También puede considerarse indeterminado en el caso de coexistir más de una posible etiología o en los casos en los que se lleve a cabo un estudio incompleto o insuficiente para descartar otras causas.

CLÍNICA

Existen signos y síntomas claves clasificados por la National Institute os Neurological Disorders and Stroke para poder identificar un ictus como son:

  • Debilidad y/ entumecimiento o acorchamiento súbito facial, brazo o pierna, especialmente de un lado del cuerpo.
  • Confusión súbita o dificultad para hablar o comprender el habla.
  • Dificultad para ver con uno o ambos ojos.
  • Dificultad para caminar, mareos perdida de equilibrio o falta de coordinación.
  • Dolor de cabeza de inicio súbito sin causa conocida.

Existen otros signos y síntomas como la somnolencia, náuseas y vómitos, visión doble que pueden ser indicativo de un ataque cerebral. En ocasiones, dichos síntomas son de corta duración, pudiendo ser indicativos de un accidente isquémico transitorio (AIT).

FACTORES DE RIESGO

Pueden clasificarse como modificables y no modificables.

  • No modificables: Edad (entre los 55 y los 85 años), sexo (varones),raza ( grupos étnicos), antecedentes familiares.
  • Modificables: Hipertensión, fumar, enfermedad cardiaca, diabetes, colesterol, sedentarismo, obesidad, clínica de ataques cerebrales.

PROTOCOLO DE ACTUACIÓN. CÓDIGO ICTUS.

El protocolo código ictus (CI) se basa en la identificación de los signos y síntomas en el menor tiempo posible para una priorización de los cuidados y una disminución en las posibles secuelas.

Se debe contactar con el centro sanitario más cercano, Atención Primaria o avisar al 061 de transporte sanitario para un traslado más rápido al Hospital de referencia, beneficiándose de las mejoras del tratamiento. El transporte en vehículo sanitario urgente acorta el tiempo hasta el diagnóstico y tratamiento aumentando la frecuencia de revascularización, además de favorecer la cadena la anticipación de la cadena asistencial.

La ventana terapéutica establecida para la administración de la Trombolisis Intravenosa (TIV) con activador tisular del plasminógeno (rt-PA) es de 3 horas a 4,5 horas. La eficacia del tratamiento depende directamente del tiempo y disminuye a medida que aumenta el inicio de los síntomas hasta su administración (tiempo inicio- aguja).