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Percepciones interactorales sobre muerte materna en espacios con diversidad cultural

Percepciones interactorales sobre muerte materna en espacios con diversidad cultural

La Mortalidad Materna (MM) refleja condiciones de pobreza y desigualdad. La tasa en México es de 54.2 muertes por cada 100.000 nacidos vivos; pero municipios de menor índice de desarrollo humano, ésta llega a 148. Los Estados con mayor índice de MM son Hidalgo, Durango y Chiapas, supera 65.5 por 100,000 nacidos vivos (Freyermuth et al, 2014), siendo la hemorragia la causa de un tercio de muertes. La Razón de Muerte Materna (RMM) del 2002 al 2014 mostró reducción marcada de 56.1 a 38.9, tendencia que mostró Chiapas de 77.0 a 68.1, sin embargo, el descenso solo llegó hasta el año 2013 con una RMM de 54.8. Posteriormente se marca un ascenso continuo hasta llegar al 68.1.

Dra. Ivett Reyes-Guillén 1

Dr. Guillermo Del Solar Villareal 2

Dr. Luis Enrique Nájera Ortiz 3

  1. Doctora en Ciencias, Recursos Naturales y Desarrollo Rural por El Colegio de la Frontera Sur. Docente-Investigador de la facultad de Ciencias Sociales UNACH, Líder del Grupo Colegiado “Historia, Ciencia y Desarrollo”. Perfil PRODEP 2014-2016. Miembro del Sistema Estatal de Investigadores, COCyTECH. LGAC. Análisis cognitivo para la interpretación de procesos sociales y desarrollo// Procesos organizacionales. Presidente de la REINVESAD, red de investigación en salud pública y atención a problemas del desarrollo. Calle Álvaro Obregón S/N, Col. Revolución Mexicana, San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México.
  2. Doctorado en Salud Publica y Gestión Sanitaria por el Instituto de Estudios Superiores de Chiapas. Maestro en Administración en Salud, Maestro en Educación Basada en Competencias y Licenciatura en Medicina. Subdirector Médico en el Hospital General Juárez Arriaga y Responsable de Servicio de Transfusión en el Hospital General Juárez Arriaga. Miembro de la Red de Investigadores en Salud Pública y Atención a problemas del Desarrollo, REINVESAD.
  3. Doctor en Ciencias Sociales y Humanísticas por el Centro de Estudios Superiores de México y Centro América. Docente de la Facultad de Ciencias Sociales UNACH y Psicopedagogo del Colegio de Bachilleres de Chiapas. Especialista en políticas públicas para población adolescente. Miembro de la REINVESAD, red de investigación en salud pública y atención a problemas del desarrollo. Calle Álvaro Obregón S/N, Col. Revolución Mexicana, San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México.

Autor corresponsal. Dra. Ivett Reyes Guillén

Resumen

En 2014 se implementa la estrategia CONE, Cuidado Obstétrico y Neonatal Esencial, propuesto por Salud Mesoamericana en el Marco de la Atención Integral de la Salud (MAIS), con el objetivo de disminuir la MM con un enfoque de respeto a las culturas (DGIS, 2014). En este escenario, hablar de MM es una necesidad de atención. Por ello, explicaremos puntos de concordancia y discrepancia existente entre las percepciones relativas a la MM entre diversos actores sociales, como médicos institucionales, embarazadas, familiares y parteras tradicionales.

Palabras clave: muerte materna, percepciones, diversidad cultural

  1. Introducción

Iniciaremos este tema hablando sobre multi e interculturalidad para poder comprender una arista más dentro de la problemática de la muerte materna, misma que está rodeada por una serie de factores que van más allá de lo estrictamente médico.

Es de importancia analizar esta realidad para tener una perspectiva completa de este fenómeno. Si no se llega a comprender el papel que juegan estos aspectos, cualquier solución que se proponga para prevenir la muerte materna será inútil, pues no se manejan los factores condicionantes del problema.

Hablar de espacios multiculturales, es hablar de multiculturalismo y se hace necesario tener que definirlo por la intensión del concepto y no por las connotaciones políticas que puede haber ganado en las últimas décadas tratando de que en el discurso se proyecte una imagen incluyente de los programas sociales, más aún de los programas en salud pública.

No obstante, lo incluyente en el discurso políticamente correcto, puede ser completamente contrario en la práctica, donde lo incluyente, no puede ni debe ser tratado de manera homogénea.

Multiculturalidad puede definirse como la coexistencia de culturas en un mismo espacio geográfico, y desde luego que en la actualidad esto es una constante; más aún en países que fueron colonizados y actualmente existen en un esquema de desarrollo imperante sobre sus sistemas originales. Es entonces que, en estos espacios, se aprecian elementos culturales propios, profundamente arraigados en la población diversa. Una población que coexiste; pero que presenta dificultades para la intercomunicación debido a estas diversas culturas en ocasiones discrepantes, ahora entonces centraremos nuestro interés en la atención prestada a la salud materna y la lucha por disminuir la muerte materna.

En este sentido, la interculturalidad refiere la interacción entre culturas de forma horizontal en el que ningún grupo cultural está por encima del otro. Estas relaciones están basadas en el respeto, la valoración de la diversidad y el enriquecimiento de los grupos culturales.

Muerte Materna:

 Los problemas para disminuir las defunciones por causas maternas y dar cumplimiento a los compromisos internacionales en materia de salud, han cobrado mayor interés científico en las últimas décadas y se han desarrollado diversas investigaciones al respecto (Freyermuth, 2009). De ellas, se han logrado reconocer algunos de los factores causales de la Muerte Materna (MM), sin embargo, faltan varios por entender dentro de la trama social en que se siguen presentando.

A nivel mundial, las causas de MM obstétricas directas son la hemorragia (prenatal y puerperal), preeclampsia/eclampsia, enfermedad hipertensiva del embarazo, sepsis, trabajo de parto prolongado, parto obstruido. Para enfrentarlas, se han implementado algunas estrategias como: 1) mejoramiento de las condiciones de salud de la mujer, mediante el incremento de la calidad de los servicios de salud reproductiva; 2) fortalecimiento de la capacidad de respuesta para la atención de emergencias y complicaciones obstétricas; 3) promoción de la participación social en las acciones por una maternidad segura; 4) desarrollo y fortalecimiento de los sistemas de vigilancia epidemiológica de la mortalidad materna, entre otros.

No obstante, para el caso de México, la diversidad geográfica, socioeconómica y cultural, han sido factores determinantes de la falta de equidad en los esfuerzos dirigidos a la atención de la MM. Diversos estudios indican que los servicios de salud materna y neonatal son subutilizados, debido a barreras culturales o físicas; a las percepciones por parte de la comunidad sobre la calidad y la capacidad resolutiva de los servicios; a la falta de conocimiento y comprensión de los problemas que se producen durante el embarazo y que requieren atención sanitaria inmediata (Rual, 2007; Montesano-Delfín et al, 2009; Carrión, 2009; Reyes-Guillén et al 2014, 2016 y Leva et al 2015).

La RMM es reflejo no solamente del nivel de desarrollo de un país, sino también es un indicador de equidad y de la calidad de sus servicios de salud. Las muertes prematuras de mujeres durante la maternidad, reflejan las condiciones de pobreza y desigualdad en México. Lo anterior, pese a que desde el siglo pasado existen recursos tecnológicos y científicos que hacen posible tratar exitosamente las causas de MM (Freyermuth-Enciso, 2009).

En México, las cifras de MM son preocupantes, en 2008 murieron MIL 115 mujeres por MM, lo que representa un incremento de 1.4 muertes con respecto al 2007. La tasa nacional se ubica en 54.2 muertes por cada 100.000 nacidos vivos; pero en los 100 municipios de menor Índice de desarrollo humano, ésta llega a 148. Según datos oficiales, los Estados con mayores índices de mortalidad materna son Hidalgo, Durango y Chiapas, en donde supera 65.5 por 100,000 nacidos vivos (Freyermuth et al, 2014), siendo la hemorragia la causa de un tercio de las muertes. La Secretaría de Salud en el país, reconoce que el aumento de la mortalidad materna, ocurre a pesar de la ampliación de la cobertura de atención del embarazo por medio de las Caravanas de la Salud; la atención del parto por personal calificado, sobre todo en los municipios indígenas que se incorporaron al Seguro Popular; la vinculación de la partera tradicional con las unidades de salud para la detección y referencia oportuna de mujeres con complicaciones obstétricas.

Las cifras anteriormente expuestas, se verían modificadas, al considerar que una de las dificultades que enfrenta el diseño de programas para el abatimiento de la mortalidad materna es el subregistro de defunciones debidas a esta causa (Rodríguez et al 2005; Gissler et al 2007; Freyermuth-Enciso y Cárdenas-Elizalde, 2009). Varios son los factores asociados al reporte incompleto del número de defunciones ocurridas por causas maternas, pero entre ellos sobresale el hecho de que éstas pueden ocurrir no sólo durante el transcurso de la totalidad del embarazo, sino también en el parto, el posparto y puerperio (Freyermuth-Enciso y Cárdenas-Elizalde, 2009).

Por lo anterior, es de importancia el análisis macroestructural de factores de índole socio-cultural, que expliquen al fenómeno de MM y nos muestren posibles líneas de acción para la reducción de estas pérdidas humanas con elevada implicación social. Entendiéndose por análisis macroestructural, al análisis que refleje la organización, estructura e importancia de los factores, en este caso socioculturales.