Inicio > Bioética. Ética médica. Ética en Enfermería > Medición del conocimiento sobre bioética en servidores de salud de segundo nivel de atención

Medición del conocimiento sobre bioética en servidores de salud de segundo nivel de atención

Medición del conocimiento sobre bioética en servidores de salud de segundo nivel de atención

Resumen

En el presente estudio, se describe el conocimiento sobre bioética en servidores de salud de segundo nivel de atención. De manera general, existe un grado insatisfactorio del conocimiento sobre el concepto de bioética, aun cuando lo relacionan estrechamente con valores morales. También es evidente el desconocimiento sobre la existencia y funciones del comité de bioética en su centro de trabajo. Y aun cuando son reconocidos los principios de autonomía, justicia, beneficencia y no maleficencia, no lo son por el personal en su totalidad, sino solo por un porcentaje de ellos.

Autores:

Jesús Miguel Leyva Cervantes 1

Ivett Reyes Guillén 2

Leticia del Carmen Flores Alfaro 3

Luis Enrique Nájera Ortíz 4

  1. Doctor en Administración de los Servicios de Salud, Maestro en Administración de Sistemas de Salud Médico Anestesiólogo, Médico Cirujano y Partero. Miembro de la REINVESAD, red de investigación en salud pública y atención a problemas del desarrollo. Adscrito al Hospital de las Culturas, Instituto de Salud del Estado de Chiapas. Boulevard López Moreno y Calle Grijalva, Barrio de Fátima. San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México.
  2. Doctora en Ciencias, Recursos Naturales y Desarrollo Rural por El Colegio de la Frontera Sur. Docente-Investigador de la facultad de Ciencias Sociales UNACH, Líder del Grupo Colegiado “Historia, Ciencia y Desarrollo”. Perfil PRODEP 2014-2017. Miembro del Sistema Estatal de Investigadores, COCyTECH. LGAC. Análisis cognitivo para la interpretación de procesos sociales y desarrollo// Procesos organizacionales. Presidente de la REINVESAD, red de investigación en salud pública y atención a problemas del desarrollo.
  3. Doctora en Ciencias de la Salud Pública por el Instituto de Ciencias y Artes de Chiapas. Docente-Investigador de la Facultad de Medicina de la UNACH. Coordinadora General de Universidad Virtual, UNACH. Miembro de de la REINVESAD, red de investigación en salud pública y atención a problemas del desarrollo. Colina Universitaria UNACH, Boulevard Belisario Domínguez sin número. Túxtla Gutiérrez, Chiapas, México.
  4. Doctor en Ciencias Sociales y Humanísticas por el Centro de Estudios Superiores de México y Centro América. Docente de la Facultad de Ciencias Sociales UNACH y Psicopedagogo del Colegio de Bachilleres de Chiapas. Especialista en políticas públicas para población adolescente. Miembro de la REINVESAD, red de investigación en salud pública y atención a problemas del desarrollo.

AUTOR CORRESPONSAL: Dra. Ivett Reyes Guillén

 

Este tipo de estudios cobra relevancia al proporcionar elementos que permitan vislumbrar las vías para el mejoramiento de las relaciones humanas que redunden en el mejoramiento de los procesos sociales, más aún en el ámbito de la salud, donde está en riesgo la calidad de vida y la vida misma.

Palabras Clave: Bioética, Servidores de Salud, Chiapas

Introducción

La práctica de la medicina, por las actividades que se desarrollan en ella, requiere de preceptos morales, es decir debe contar con lineamientos que normen la moralidad de sus acciones. Es así que en la medicina griega del siglo V a.C., el juramento hipocrático establecía una serie de preceptos morales que el médico debía considerar respecto a la salud y la vida de los enfermos (Shol y Bassford, 1986; Frese, 1987).

Pero la medicina a lo largo del tiempo ha establecido distintos códigos morales; por ejemplo, el código médico de 1847 redactado por la Asociación Médica Americana, aún existente (Baker, 1999), integrando a estos códigos elementos de la moral judeo-cristiana y reglas de etiqueta social (Harris, 2001). Es hasta 1948 cuando surge el juramento hipocrático moderno conocido como Declaración de Ginebra (Gillon, 1981).

En las últimas tres décadas, la moral tradicional ha sido objeto de atención dentro y fuera de los espacios y servicios de salud (Pellegrino, 1993) debido principalmente a la toma de conciencia social sobre la vida y la salud, lo mismo que por el avance de la medicina, tecnología, farmacéutica y derechos humanos. Así también, por la relación médico-paciente, que, desde el siglo pasado, ha mostrado deshumanización y comercialización de estas prácticas (Ocampo, 2007).

Contrario a lo anterior, se encuentra la alternativa de humanización que ha sido debatida por diversos profesionales de la salud física y psicológica principalmente, misma que no puede quedar como valor moral aislado. Actualmente existen diversas barreras que dificultan esta aproximación humanista en la práctica de la medicina, en algunos de los casos, se considera que dedicar tiempo al paciente para escucharlo es irrelevante para la efectividad de la intervención médica.

Es claro que los avances de la ciencia y la tecnología han sustituido la importancia del contacto personal entre el profesional de la salud y el paciente, esta relación ha estado sujeta principalmente a procedimientos, aparatos y medicinas tangibles para la “búsqueda de mejoras” en la condición del paciente; no obstante, la institucionalización de los procesos dejan de lado la humanización de los mismos.

Lo anterior a pesar de que han pasado varias décadas que esta condición ha tomado interés crucial. El pensamiento bioético y el concepto bioética, surgen en 1971, con la intensión de reflexionar sobre el impacto ambiental en la salud de las poblaciones, dilemas de la práctica médica, uso de nuevas terapéuticas, la relación médico-paciente, justicia, equidad, racionalidad (Jonsen, 1993; Churchill, 1997).

En 1978, se redactó el Informe Belmont, uno de los primeros documentos escritos sobre bioética, en el que se reconocía la necesidad del respeto a la opinión de las personas enfermas (autonomía), de la práctica profesional y de la justicia. Es en 1979, cuando Beauchamp y Childress introducían en la reflexión bioética el concepto de no maleficencia, que es aceptado universalmente como cuarto principio (Velasco, 2000).

La bioética extrae mucho de las éticas teóricas y prácticas de la historia de la filosofía; pero también, se ha esforzado en construir su propia teoría. No obstante, es necesario reconocer los escenarios donde el conocimiento de la bioética, de los protocolos de atención médica y de la presencia de comités conferidos para intervenir en la toma de decisiones de casos complejos, se hace necesario para el aseguramiento de los derechos y la calidad de atención del paciente, como del cuidado de los derechos del médico (Guariglia, 1996).

Si bien es cierto que, la ética corresponde a propósitos morales, también es cierto que la ética regula la conducta adecuada para la vida y calidad de vida humana, así como vida y calidad de vida del entorno o medio ambiente en el cual el humano está inserto y hace uso de él para su supervivencia. Por lo tanto, el papel de la ética distingue entre lo que “debe o no ser” o “debe o no hacerse” en los actos que puede afectar la vida humana y no humana y es justamente que desde su creación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) la ética ha ocupado un lugar especial con el objetivo de promover y proteger la salud mundial.

Por lo anterior, en el área de la medicina, la ética o adecuando el término “la bioética”, tiene propósitos morales relacionados con el cuidado del crecimiento humano, la disminución del sufrimiento, el mantener a la sociedad como un conjunto, la solución justa y ordenada de conflictos. Desde sus orígenes filosóficos, la ética evalúa los valores morales de la cultura, tratando de normar conductas virtuosas para las comunidades humanas e individuos. No obstante, en pleno siglo XXI, parece haber olvidado la base teórica, moral y metodológica sobre la que se asienta la ética, sea éste dentro del orden de lo biológico o lo social (Josen, 1993).

En el presente documento, se expone los resultados de una investigación que describe los conocimientos que servidores de salud, de segundo nivel de atención, tienen sobre bioética. El estudio se realizó en el Hospital de las Culturas de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México y cabe señalar que se exploró, desde el conocimiento mismo del concepto bioética, hasta el reconocimiento de la existencia y funciones del comité de bioética del Hospital donde laboran.

Objetivo General

Medir los conocimientos sobre bioética en servidores de salud de segundo nivel de atención en zona de bajo índice de desarrollo humano y alta diversidad étnica como lo es San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México.

Métodos

El presente estudio es exploratorio y descriptivo de corte transversal que midió los conocimientos sobre bioética en servidores de salud de segundo nivel de atención, el caso del Hospital de las Culturas en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México.

Fase I. Medición de los conocimientos de bioética y los protocolos de acción relativos a la toma de decisiones para la atención médica. Se desarrolló mediante la aplicación de una encuesta dirigida a una muestra aleatoria del personal médico y paramédico que labora en el Hospital de las Culturas de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México.

Para ello, se diseñó y piloteó un instrumento de encuesta, mediante la cual se midieron variables tales como, concepto de bioética, consentimiento informado, existencia del comité de bioética, consultoría, autonomía, justicia, beneficencia y no maleficencia.

Fase II. De análisis estadístico de resultados. Utilizando la paquetería SPSS v18, se realizó un análisis descriptivo de las variables establecidas en la encuesta.