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Conductas alimentarias asociadas al sobrepeso y obesidad infantil: Métodos de evaluación

Conductas alimentarias asociadas al sobrepeso y obesidad infantil: Métodos de evaluación

Resumen

Las enfermedades cronicodegenerativas en su mayoría, son el resultado de hábitos alimentarios inadecuados e inactividad física, en combinación con factores genéticos, sociales y psicoconductuales. La conducta alimentaria involucra la forma como los individuos se comportan frente a los alimentos y no meramente un acto reflejo de necesidad por el consumo de los mismos. Su amplia asociación al riesgo de sobrepeso y de obesidad, han sido poco estudiadas.

Autores

  • Lidia Magdalena Castañeda González. Maestría en Ciencias de la Salud. Profesor de tiempo completo de la Escuela de Medicina. Universidad Autónoma de Baja California. de la Escuela Ciencias de la Salud, Unidad Valle las Palmas.
  • Carolina Pizano Noriega. Maestría en Habilidades Directivas. Profesor de tiempo completo de la Escuela de Psicología. Universidad Autónoma de Baja California. Escuela Ciencias de la Salud, Unidad Valle de las Palmas.
  • Nereyda Cruz Zúñiga. Maestría en Ciencias de Enfermería. Profesor de tiempo completo de la Escuela de Enfermería. Universidad Autónoma de Baja California. Escuela de Ciencias de la Salud, Unidad Valle de las Palmas.

Las diversas metodologías incluyen diversos cuestionarios utilizados para valorar las conductas alimentarias asociadas a riesgos de sobrepeso y obesidad en adultos. La aplicación de dichos cuestionarios en estudios realizados en Latinoamérica en niños y adolescentes, son limitados. Dado el incremento en la incidencia de obesidad infantil en nuestra población, y la necesidad de establecer medidas de prevención, la aplicación de estos instrumentos podría ser de utilidad pare la identificación de poblaciones en riesgo y la posterior implementación de programas preventivos.

Objetivo

Identificar las metodologías aplicables a poblaciones infantiles de evaluación de conductas alimentarias a través de cuestionarios.

Palabras clave: conductas alimentarias, obesidad infantil, cuestionarios.

Introducción

La obesidad se ha convertido en una amenaza a la salud pública debido a que se ha observado un incremento en la prevalencia en la población adulta e infantil. La obesidad infantil está asociada a factores de riesgo cardiovascular en la niñez y en la vida adulta. Asimismo, diversos estudios muestran la amplia asociación entre el sobrepeso y la obesidad con el desarrollo de diabetes mellitus en etapas tempranas de la vida. De igual manera, la participación del tejido adiposo en la estimulación mediante la generación de factores de crecimiento tumoral en diversos tejidos ha sido ampliamente estudiada.

Por otro lado, factores genéticos y ambientales se consideran determinantes para el desarrollo de la obesidad. Entre los ambientales, se incluyen las variaciones individuales en las características del consumo de alimentos podrían formar parte del fenotipo conductual que facilita la obesidad en individuos genéticamente determinados. En los niños con sobrepeso y obesidad, la ingesta calórica excede el gasto energético; sin embargo, las conductas específicas involucradas en este proceso han sido poco estudiadas. Se ha sugerido que factores conductuales individuales relacionados con las prácticas de alimentación podrían jugar un papel importante en el desarrollo de la obesidad infantil.

Concepto de Conductas Alimentarias

La conducta alimentaria involucra la forma como los individuos se comportan frente a los alimentos y no meramente un acto reflejo de necesidad por el consumo de los mismos.

considerada como el conjunto de comportamientos frente a los alimentos tiene como objetivo cubrir una determinada situación carencial en los individuos, y está influenciada por diversos factores fisiológicos, psicológicos y socioculturales. Los factores fisiológicos que modulan la conducta alimentaria son dependientes de la cantidad de energía y la naturaleza de los nutrientes disponibles. Sin embargo, el ser humano puede modificar el consumo de alimentos en presencia de estímulos externos tales como la apariencia, el olor, el sabor y la disponibilidad de los alimentos.  La regulación de la ali­mentación es resultado de una serie de procesos que incluyen señales hormonales, metabólicas y neuronales, integrados en el hipotálamo; en este órgano se encuentra el denominado centro del apetito, encar­gado de generar respuestas de hambre o de saciedad.

El apetito, definido como el impulso instintivo que lleva a satisfacer deseos o necesidades, engloba aspectos que se han asociado con el sobrepeso y la obesidad, incluyendo la respuesta a la saciedad, el consumo lento de los alimentos, el disfrute de los alimentos, las respuestas a estímulos externos, el consumo emocional excesivo y el bajo consumo.

Los factores psicológicos que modulan la conducta alimentaria pueden resultar de la insatisfacción con el ambiente, de problemas afectivos y de algunas enfermedades. Estudios sobre consumo de alimentos asociado a las emociones, indican que existe una relación estrecha   entre el sobrepeso y/o la obesidad, y el estrés. Asimismo, indican que los individuos con obesidad utilizan los alimentos como defensa a situaciones emocionales negativas, como la ansiedad, la depresión, el enojo, y la soledad, generando sobreconsumo, lo que es menos frecuente en individuos con normopeso.

Por otro lado, entre los factores socioculturales se describen el ambiente familiar y la exposición a la publicidad dirigida a los niños.  En personas con predisposición genética, el control de ingesta de alimentos por parte de los padres podría asociarse a trastornos de conducta alimentaria y obesidad infantil. El entorno familiar promueve prácticas de alimentación determinadas por las conductas de los progenitores. La exposición repetida a las prácticas de alimentación familiar, determinadas por estrategias de regularización de consumo, modulan el comportamiento frente a los alimentos, que pueden repercutir en el estado nutricional de los hijos.

La exposición a la televisión también puede modular las conductas alimentarias mediante la promoción de la reducción del gasto y el aumento de la ingesta energética, al incrementar las actividades sedentarias y el consumo de alimentos densamente energéticos. El incremento en la exposición a la televisión genera un factor de riesgo debido a la demanda de los alimentos anunciados, por parte de los niños, productos que generalmente son de baja calidad nutricional. En los niños que reportan más de 10 horas de exposición a la televisión y más de 22 horas frente a un monitor a la semana, se observa mayor solicitud de alimentos y bebidas.

Instrumentos de Evaluación

Existen varios instrumentos psicométricos que evalúan las conductas alimentarias. Algunos se han utilizado para valorar su asociación con el sobrepeso y obesidad en niños y adolescentes.  Se considera que estos cuestionarios permiten identificar las conductas que podrían estar implicadas en el desarrollo de la obesidad, además permiten realizar estudios a gran escala debido a su fácil aplicación. Sin embargo, también señala que los cuestionarios diseñados para ser respondidos por los padres de niños con exceso de peso pudieran dar reportes sesgados.

La influencia de la conducta alimentaria sobre el desarrollo de la obesidad ha sido escasamente estudiada. Se han publicado estudios realizados en Holanda, Portugal, Italia, Reino Unido, Suecia, Bélgica y Francia.  La metodología de valoración integral de estos estudios no permite la elección de de los cuestionarios más adecuados. Sin embargo, los resultados de los mismos podrían ser prometedores en la identificación de poblaciones en riesgo y la implementación de estrategias de prevención.

Los instrumentos para evaluar las conductas alimentarias en dichos estudios presentan las   siguientes características:

1) El Cuestionario Holandés de Conducta Alimentaria (Dutch Eating Behaviour Questionnaire) (DEBQ) fue desarrollado para medir que conductas contribuyen o atenúan el desarrollo de sobrepeso. Está compuesto por 33 reactivos que valora tres escalas:

a) El consumo emocional o sobreconsumo en respuesta a emociones. El cual se refiere al consumo de alimentos según el estado emocional del individuo, independiente de la repuesta fisiológica a estímulos de hambre o saciedad.

b) El consumo inducido mediante señales externas o consumo en respuesta a estímulos. Dichos estímulos pueden involucrar situaciones sociales o el entorno familiar donde la exposición a alimentos cuyas características organolépticas inducen su consumo, independientemente de la sensación de hambre o saciedad.

c) El consumo restringido o restricción cognitiva, que corresponde a intentos de frenar el consumo.

Estudios sobre las conductas alimentarias evaluadas mediante el DEBQ mostraron que existe una asociación del consumo de alimentos y el estado emocional; y esto a su vez con el riesgo de desarrollar obesidad. Por otro lado, el consumo inducido por factores o estímulos externos y la restricción cognitiva de los alimentos muestra en algunos estudios una fuerte asociación con el peso, el índice de masa corporal y el sobrepeso. Sin embargo, el estudio de Snoek y cols reportó asociación negativa entre el consumo emocional y el índice de masa corporal (IMC). Es decir, en algunos casos el estado emocional de igual manera puede verse reflejado en el menor consumo de alimentos y por ende menor índice de masa corporal.