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La implantación de un programa para la educación en lactancia materna en gestantes y su influencia en la prevalencia de la misma

La implantación de un programa para la educación en lactancia materna en gestantes y su influencia en la prevalencia de la misma

Resumen

En la antigüedad todos fueron alimentados con leche de sus madres. Sin embargo, al inicio del siglo XX  produce un cambio en nuestra alimentación: el mundo de la industria, en su afán de conseguir un beneficio económico, hace creer a la sociedad que la salud va ligada a la ciencia, y como tal, se considera más ventajosa la lactancia artificial.

Como consecuencia, nos encontramos una gran cantidad de mujeres que jamás han visto a ninguna mujer amamantar.

AUTORAS

Calvo Delgado, Isabel (1)

Pérez Vergara, Inmaculada (2)

Caballero Barrera, Verónica (3)

(1) Enfermera especialista en Obstetricia y Ginecología. Servicio Andaluz de Salud.

(2) Enfermera especialista en Obstetricia y Ginecología. Matrona de Atención primaria. Área de Mérida.

(3) Enfermera especialista en Obstetricia y Ginecología. Clínica Sagrado Corazón, Quirón.

La evidencia sobre la efectividad de una adecuada educación maternal durante la gestación impone la necesidad de establecer programas dirigidos a promover la lactancia materna, que darían resultados a corto plazo y, en consecuencia, reduciría notablemente los costes sanitarios.

Para ello se ha realizado una revisión bibliográfica de las principales bases de datos de ciencias de la salud (PUBMED, Cochrane Library, Scielo y CUIDEN), Organización Mundial de la Salud y Asociación Española de Pediatría.

El objetivo es conocer si una educación en lactancia materna durante la gestación aumenta la tasa de éxito de la lactancia materna.

En cuanto a los resultados, queda evidenciado científicamente que una adecuada educación en lactancia materna durante la gestación aumenta las tasas de éxito de lactancia materna, con todos los beneficios que su práctica conlleva tanto para la madre como para su bebé.

INTRODUCCIÓN

La lactancia materna (LM) es una forma de alimentación del recién nacido que consiste en que éste se alimente de la leche de su madre.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la leche materna es la primera comida natural para los lactantes. Es el alimento óptimo para el niño en sus primeros meses de vida. Aporta toda la energía y los nutrientes que el niño necesita en sus primeros meses de vida, y sigue cubriendo la mitad o más de las necesidades nutricionales del niño durante el segundo semestre de vida, y hasta un tercio durante el segundo año, por lo que, tanto la OMS como la Academia Americana de Pediatría (AAP) y el Comité de Lactancia de la Asociación Española de Pediatría (AEPED) recomiendan lactancia materna exclusiva (LME), sin ningún otro alimento, ni siquiera agua, los seis primeros meses de vida, a partir de los cuales se comienza con la introducción paulatina de alimentos, siendo complementarios a la lactancia materna, la cual se recomienda que se prolongue hasta los dos años o más, mientras que la madre y su bebé lo deseen.

Posee beneficios a corto y largo plazo, tanto para el bebé como para la madre.

En el bebé, reduce la mortalidad infantil por enfermedad, como diarrea o infección aguda, y en caso de que la hubiera, favorece la pronta recuperación de la salud, gracias a los anticuerpos que la leche materna posee.

El acto de amamantar hace que la mandíbula del recién nacido se fortalezca y la producción de hormonas que facilitan la digestión. Evita casi al 100% el estreñimiento. Este hecho es fundamental en los primeros días de vida, ya que ayuda a la eliminación del meconio (primeras heces del recién nacido), reduciendo el riesgo de padecer ictericia, disminuyendo así la tasa de hospitalización de los recién nacidos para el tratamiento de la misma.

Otro dato importante respecto a la leche materna es que constituye una «sustancia viva», ya que su composición varía. Está demostrado que la primera parte de la leche que se extrae en una toma es más rica en hidratos de carbono y agua, mientras que la última parte es rica en grasa. También cambia a lo largo del día. En las tomas nocturnas la leche materna posee un componente que favorece el sueño del recién nacido. Además, la leche materna se modifica con el tiempo. Así, se denomina «calostro» a la leche de los primeros días de vida del bebé, de escasa cantidad pero con un valor energético muy alto, mientras que la «leche madura» de los meses sucesivos es de mayor cantidad y con los nutrientes en diferente proporción según sus necesidades. También se ha evidenciado que las características de la leche materna cambian en función de las necesidades específicas de cada bebé, por lo que no es igual la composición de la leche de un prematuro que la de un recién nacido a término.

Con respecto a los beneficios que supone a largo plazo en el recién nacido, cabe destacar que reduce el riesgo de padecer muerte súbita del lactante, enterocolitis necrosante, asma, alergias, piel atópica, diabetes y cáncer.

Numerosos estudios evidencian que reduce el riesgo de padecer obesidad y sobrepeso. Una revisión sistemática y meta-análisis realizado en 2015  obtiene como resultado que la lactancia materna actúa como factor protector a largo plazo de padecer colesterol, obesidad, hipertensión arterial (HTA) y diabetes tipo 2 en la vida adulta.

También tiene repercusiones positivas a lo largo de la vida, como mejor habla, conducta y relación con los demás.

En relación con la madre, las principales ventajas a corto plazo son la reducción del riesgo de hemorragia postparto, anemia puerperal y depresión postparto, mejor recuperación del peso previo al embarazo y retraso de la fertilidad. A largo plazo previene el riesgo de padecer osteoporosis, cáncer de mama y de ovario, así como disminuye el riesgo de infarto de miocardio y de padecer diabetes tipo 2 tras diabetes gestacional.

Desde el punto de vista emocional, favorece la creación del vínculo y el apego, ya que las hormonas que se segregan cuando se amamanta favorece el amor de la madre hacia su hijo. Para el bebé, el pecho no es sólo alimento, sino también consuelo, refugio, protección y alivio del dolor. Es el único momento que le aporta mayor tranquilidad al recién nacido, puesto que se siente más cerca de su madre, asemejándose a cuando estaba en el útero materno.

La lactancia materna también tiene beneficios sociales y económicos, ya que está disponible las 24 horas del día, no requiere preparación previa y no posee ningún coste.

Alrededor del inicio del siglo XX se produce un cambio en la alimentación: los niños pasan a ser alimentados desde su nacimiento con una modificación de la leche de otra especie.

Lo que empezó como un experimento, ha ido avanzando y expandiéndose velozmente. Sin embargo, no se previeron las consecuencias que este cambio provocaría en la salud y cultura del ser humano: aumento de la mortalidad infantil, mayor tasa de hospitalización por infecciones en el primer año de vida, etc.

Esto, unido a la gran cantidad de mitos que existen respecto a la lactancia materna y que se transmiten generación tras generación, además de las inseguridades que la propia maternidad ocasiona, han llevado a una gran cantidad de mujeres a tener la certeza de que no son capaces de amamantar a sus hijos.

Intentar enmendar el daño causado sigue siendo en la actualidad un propósito difícil de conseguir, ya que existe más de una generación de mujeres que no han amamantado a sus hijos, perdiéndose así la transmisión de conocimientos de una generación a otra, y, por tanto, su cultura.

Según la OMS, solo un 35% de los lactantes del mundo son alimentados con leche materna exclusiva en los 4 primeros meses de vida.

Según la Encuesta Nacional de Salud 2011-2012 la lactancia materna es la alimentación más utilizada en las 6 primeras semanas (66,2%), reduciéndose hacia los 3 meses (53,6%) y a los 6 meses la lactancia natural supone sólo un 28,5%.

Ya en 1989, en la declaración conjunta OMS/UNICEF, se recogen los Diez Pasos hacia una Lactancia Natural Feliz, y que conformarán los cimientos de la «Iniciativa Hospitales Amigos de los Niños (IHAN)».

Estos Diez Pasos son los siguientes:

  1. Disponer de una normativa escritade lactancia que sistemáticamente se ponga en conocimiento de todo el personal.
  2. Capacitar a todo el personal para que pueda poner en práctica la normativa.
  3. Informar a todas las embarazadas acerca de los beneficios y el manejo de la lactancia materna.
  4. Ayudar a las madres a iniciar la LM en la media hora siguiente al parto. Importancia del contacto piel con piel.
  5. Mostrar a las madres cómo amamantar, y como hacerlo si tienen que separarse de sus hijos.
  6. No dar a los recién nacidos otro alimento o bebida que no sea leche materna, a no ser que esté indicado.
  7. Practicar el alojamiento continuo, permitiendo que madres y recién nacidos permanezcan juntos las 24 horas del día.
  8. Alentar a las madres a amamantar a demanda.
  9. No dar a los niños alimentados al pecho biberones, tetinas o chupetes.
  10. Fomentar el establecimiento de los grupos de apoyo a la lactancia materna.

OBJETIVOS

Establecer la relación existente entre una educación en lactancia materna en gestantes y las tasas de éxito de lactancia materna