La microfiltración se define como la penetración o pasaje de fluidos, bacterias y sustancias químicas dentro del conducto radicular de las piezas tratadas endodónticamente, siendo sugerida como la mayor causa de fracasos endodónticos, atribuyéndosele alrededor de un 60% de estos. Para evitarla, se busca lograr un óptimo sellado a nivel apical, mediante el uso de distintos cementos selladores, actualmente divididos en cuatro grupos: a base de óxido de zinc eugenol, hidróxido de calcio, resina epóxica y vidrio ionómero. Todo cemento sellador presenta algún grado de microfiltración, y varios factores pueden influir en ello: el tipo de cemento utilizado, la técnica de obturación radicular empleada y la mantención o eliminación del barro dentinario o smear layer.