La hipoacusia o sordera es una deficiencia debida a la pérdida o alteración de la función anatómica y/o fisiológica del sistema auditivo que provoca una discapacidad para oír, no se detecta a simple vista durante la etapa infantil tiene un impacto adverso tanto para la persona como para la familia y el entorno social.
Su diagnóstico no es sencillo en el primer año de vida, por la falta de respuesta a los sonidos; son los padres quien descubre que algo le pasa a su bebé y lo pone en conocimiento de un profesional.
Cuando nace un bebé lo primero que se escucha es su llanto. El llanto es la única forma que tiene para poder manifestar su sensación de malestar: sueño, miedo, hambre, dolor, falta de contacto con su madre, padre…
El llanto es su sistema de comunicación durante la primera etapa de su vida.
La piel del bebé es muy vulnerable ya que poseen menor capacidad de protección que la de un adulto.
De hecho la piel del bebé cuando nace está recubierta de una grasa blanquecina llamada vérnix caseoso con un alto contenido en agua y grasa; con propiedades protectoras y curativas frente a las infecciones, lesiones cutáneas y antioxidantes; durante el parto actúa como lubricante y como película protectora que reduce la fricción del cuerpo del bebé.