El estomatólogo en su práctica diaria recibe pacientes procedentes de una comunidad vital y activa. Sus actitudes reflejan en gran parte las ideas y sentir de aquellos con los cuales están asociados: familias, amigos, vecinos y compañeros de trabajo. La resistencia o aceptación de las recomendaciones del estomatólogo con frecuencia refleja un consenso general entre las personas relacionadas con el paciente. Por ello más que el trabajo curativo para eliminar las enfermedades bucales, las caries y las periodontopatías y como única solución posible resulta un programa eficaz de prevención cuyas claves sean la educación y la motivación del paciente para que adopten métodos y conductas que garanticen una correcta higiene bucal y eviten enfermar.