Las enfermedades crónicas no transmisibles son una tendencia global claramente definida, considerándose como una pandemia (ENSANUT, 2012) que se debe, entre otros factores, a la reducción de la mortalidad y de la fecundidad, junto al envejecimiento de la población alterando significativamente la calidad de vida de la población y responsable de 60% de muertes (Caballero, 2010).