Las úlceras por presión (UPP) son heridas crónicas que aparecen cuando se produce presión de forma continuada, frecuentemente en zonas de prominencias óseas, excediendo los 32 mmHg durante un tiempo prolongado. Las lesiones ocurren como consecuencia de una situación de isquemia y trombosis de los capilares sanguíneos locales, produciendo una situación de anemia in situ que deriva en la necrosis y posterior ulceración de los tejidos superficiales y/o profundos 1,2.