Cuando la persona se encuentra ante una amenaza concreta de daño que puede materializarse o no, hablamos de riesgo. El riesgo aterogénico se refiere a la posibilidad de desarrollar en algún momento de la vida de las personas alteraciones que permitan la aparición de un depósito de lípidos en la pared de las arterias que luego se transformará en una placa de calcificación que ocasionará la pérdida de la elasticidad arterial (ateroesclerosis).