La neumonía comunitaria del anciano, además de ser un problema sanitario importante por su frecuencia, tiene unas características peculiares que la diferencian, en cuanto a su pronóstico, factores de riesgo y etiología, de la neumonía aparecida en la población más joven. Tradicionalmente se ha considerado la edad avanzada un factor de mal pronóstico en la evolución de cualquier neumonía. Se define como neumonía adquirida en la comunidad, la inflamación pulmonar con compromiso del territorio alveolar de origen infeccioso, adquirida en la comunidad, en pacientes que no están hospitalizados o viviendo en instituciones especiales; también se precisa como tal en aquellos pacientes ingresados con neumonía, en los cuales la enfermedad se presentó antes del segundo día de ser hospitalizado.
Al comienzo de la pasada centuria, a las neumonías se les denominaba según Osler el capitán de los hombres de la muerte, debido a su alta mortalidad; con la llegada de la era antibiótica se produjo una considerable disminución de esta entidad, pero transcurrido 100 años de este planteamiento, las neumonías adquiridas en la comunidad constituyen una de las primeras causas de muerte, tanto en países desarrollados como en aquellos que están en vías de emerger del subdesarrollo.