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Cuidados de Enfermería en la preparación previa a la colonoscopia

Una preparación eficaz-ideal para la colonoscopia, garantiza una exhaustiva limpieza del intestino, adecuada para la detección de pólipos adenomatosos. También debe ser segura y que, idealmente actúe rápidamente, sin producir molestias gastrointestinales. Ninguno de los productos que se comercializan actualmente para la preparación del colon cumple todos estos criterios (eficaz, desprovistos de efectos colaterales, con buena tolerancia). Aunque la mayoría son efectivos cuando se administran correctamente, requieren de 12 a 24 horas para una limpieza intestinal adecuada. En consecuencia, la elección del purgante y el régimen de administración suele variar considerablemente entre los endoscopistas y debería tenerse en cuenta la situación clínica del paciente. Es importante conocer si el paciente tiene antecedentes de hipertensión, ascitis, nefropatía. En este último caso se instruye ser más activo con la ingesta líquida y si fuera pertinaz, se consulta con un gastroenterólogo (Caro, 2010).

PREPARACIÓN GASTROINTESTINAL Y RECOMENDACIONES DIETÉTICAS.

Antes de efectuarse la exploración el paciente debe realizar una limpieza exhaustiva del colon. El día anterior a la prueba debe tomar una solución laxante que le producirá diarrea. Durante los dos días previos a la exploración se deben tomar únicamente alimentos sin residuos, evitando la ingesta de carne, verduras y frutas. Igualmente, se debe tomar abundante líquido y evitar la toma de preparados que contengan hierro. Una exploración eficiente depende de la correcta limpieza del colon. El paciente deberá estar en ayunas desde 6 horas antes de la exploración, para realizarla no se necesita hospitalización (Cabriada, 2002).

La dieta modificada, consiste en líquidos transparentes y una dieta baja en fibras y grasas, 24 horas antes del procedimiento (Caro, 2010).

ALIMENTOS SIN RESIDUOS

–                      Grasas como la mantequilla o margarina (se deberían usar en cantidades pequeñas.

–                      Huevos preferentemente cocidos o escalfados.

–                      Cereales incluyendo copos de maíz (cornflakes) y cereal de arroz crujiente, pero no salvado.

–                      Nata, requesón o salsa de queso.

–                      Patatas peladas, cocidas, a la crema, en puré o asadas, pero no al horno o fritas.

–                      Pasta, fideos o arroz blanco solo, cocidos.

–                      Carnes magras sin grasas.

–                      Pescado blando, cocido sin grasas o a la plancha.

–                      Caldo de verduras filtrado. Tapioca.

–                      Zumo de naranja filtrado.

–                      Pan tostado blanco, biscotes, galletas, miel y jalea.

–                      Café, té y tisanas ligeros.

–                      Agua sin gas.

–                      Azúcar o edulcorante.

–                      Gelatina transparente.

Debemos hacer una mención especial en el caso de los pacientes diabéticos, ya que podría existir riesgo de presentar hipoglucemia. Es indispensable educar y advertir al paciente de la importancia de realizar una limpieza intestinal adecuada a fin de evitar, como se dijo anteriormente, repetir el estudio o perder patología mucosa con lo que ello significa. Por ello, se insiste en que respete rigurosamente todos los pasos de la preparación. El consumo de líquido es fundamental. Líquidos como los que se utilizan para reponer electrolitos en la práctica deportiva, pueden ser recomendados, aunque hay que tener precaución en los pacientes hipertensos (Caro, 2010).

En un estudio a 425 pacientes que precisaron la realización de una colonoscopia en un periodo de tres meses, la indicación para la preparación era tomar 4 litros de agua con polietilenglicol el día previo a la prueba, para conseguir la limpieza del colon. Tan sólo el 55,3% de los pacientes logró tomar toda la cantidad del preparado de PEG, un 23,3% no toleró los 4 litros por sensación nauseosa, vómitos, plenitud abdominal… y 5 casos fueron suspendidos por falta total de limpieza por desconocimiento del paciente. Un 16,2% confirma que la preparación le había parecido muy dura, 32,5% la calificó como dura, y el resto como aceptable (Cabriada, 2002).

Por este motivo, en algunos centros se han sustituido estos fármacos por otros como el picosulfato de sodio, (CitraFleet), en la preparación habitual de las colonoscopias, ya que son bastante mejor tolerados por lo pacientes, ya que no solo deben tomar menos líquidos para garantizar la correcta preparación, si no que tienen un sabor más agradable a la hora de la ingesta.

Por último, en algunos casos en los que la preparación no ha sido la deseada, puede ser preciso el uso de enemas y limpieza, pero siempre bajo prescripción facultativa, ya que en algunos casos puede existir riesgo de perforación.

COMPLICACIONES DE LA COLONOSCOPIA.

La colonoscopia, a pesar de ser considerada la prueba de referencia para el estudio de lesiones del colon (sensibilidad 90-100%), tiene sus inconvenientes (Bresalier, 2000; Goustout, 1998):

–                      En torno al 5-15% de los casos no se alcanza la región proximal-ciego,

–                      Existen áreas ciegas a la visión del endoscopio,

–                      Es la prueba más costosa y peor tolerada por el paciente.

–                      Es la exploración con mayor proporción de complicaciones:

–                      Perforación: 1/1.000 pacientes.

–                      Hemorragia importante: 3/1.000 pacientes.

–                      Arritmia.

–                      Depresión respiratoria por la sedación.

–                      Dolor abdominal transitorio.

–                      Íleo.

–                      Infección nosocomial.

–                      En caso de realizarse polipectomía se estima una proporción de hemorragia importante en el 1-2%, y perforación en menos del 1%.

RESULTADOS.