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Efectos adversos de la resonancia magnética

de 8 teslas para los miembros. En cambio, serían de 400 microteslas para la población general en cualquier parte del cuerpo.

Efectos in vitro

Los estudios realizados demuestran que la proliferación celular, la distribución de la población celular en las diferentes fases de su ciclo mitótico y la muerte celular por apoptosis parece no verse afectada por la exposición de más de 4 días a campos de más de 10 teslas (11), mientras que una exposición de entre 10 y 17 teslas durante 30 minutos reduce el número y el tamaño celular y alterar la distribución de los orgánulos en el citoplasma, según se ha visto en células obtenidas de mamíferos (12).

Un estudio realizado por Yamamoto et al en 2004, observó un aumento de la viscosidad sanguínea in vitro cuando la exposición se hacía a campos superiores a 1,5 teslas (13).

Los efectos carcinogenéticos también se han estudiado. Los campos magnéticos estáticos afectan el proceso de inducción y de progresión del cáncer alterando la respuesta fisiológica a algunas sustancias carcinogénicas conocidas, como agentes químicos o radiaciones ionizantes (14). No obstante, no hay muchos trabajos realizados al respecto, por lo que las conclusiones deben ser interpretadas con cautela

Efectos in vivo

En animales

En mamíferos se han realizado estudios de la acción de la radiación electromagnética sobre diferentes sistemas vitales.

Se han hecho estudios que han buscado respuestas neurofisiológicas a la exposición a campos magnéticos. Numerosos trabajos (15) realizados en ratas, gatos, monos y ranas han mostrado que una exposición a campos magnéticos superiores a dos teslas da lugar a una alteración en la conducción transmembrana de los canales iónicos, en la velocidad de conducción del impulso nervioso y en el potencial umbral.

Los estudios comportamentales (16) han observado que la exposición a campos magnéticos de hasta 1,5 teslas no da alteración en la actividad normal de los animales, mientras que exposiciones superiores a este nivel dan lugar a la aparición de respuestas adversas.

Wikswo y Barach calcularon en 1980 (17) que una exposición a campos de 24 teslas da lugar a un cambio en la conductividad de los canales de sodio y potasio que tiene como consecuencia la disminución en un 10% de la velocidad de la conducción del impulso nervioso. Los efectos más llamativos se demostraron en un experimento realizado por Rosen en 1990 (18) en el que se documentó una reducción de los potenciales evocados visuales en los gatos que eran sometidos a un campo electromagnético de 120 militeslas durante 150 segundos.

Más recientemente se ha sugerido que estos efectos se deben al resultado de una reorientación espacial de fosfolípidos cargados eléctricamente presentes en la membrana de estas células (19).

Al parecer, los campos electromagnéticos no ejercen ninguna influencia sobre las otras funciones vitales.

Con respecto a la reproducción y el desarrollo, según los estudios, no hay efectos de los campos electromagnéticos exposiciones agudas de hasta 9,4 teslas.

Tampoco las exposiciones prácticamente crónicas de ratas hembra y macho y sus crías (10 semanas a un campo estático de 9,4 teslas) parecen tener efecto en los parámetros que se evaluaban en el estudio (20): frecuencia cardíaca, peso corporal, consumo de comida y agua, bioquímica sanguínea y urinaria y peso de las principales vísceras.

En cuanto a la toxicidad genética, los expertos del ICNIRP afirman que los campos magnéticos estáticos menores de 1 tesla no son genotóxicos (21). Sin embargo, hay trabajos (22) que apoyan un aumento significativo y dependiente del tiempo y de la intensidad del campo magnético. De hecho, muestran que existe una correlación entre la intensidad de la radiación electromagnética y la aparición de micronúcleos celulares en ratones. No obstante, según la IARC (International Agency for Research on Cancer), estos estudios no son suficientes para llegar a ninguna conclusión sobre la toxicidad genética o la influencia en la carcinogénesis que pueden tener estas radiaciones (23).

En seres humanos

En trabajadores expuestos a campos magnéticos estáticos superiores a 2 teslas se han encontrado náuseas y vómitos temporales y correlacionados con la radiación en algunos estudios (24), mientras que la correlación con el sabor metálico no se ha confirmado (25). En estos mismos estudios no se han encontrado variaciones en las constantes biológicas tras una exposición a campos de 8 teslas. Se monitorizó la frecuencia cardíaca, la presión arterial, la oxigenación de la sangre, la temperatura, el electrocardiograma y la frecuencia respiratoria.

Sin embargo, sí se han demostrado en voluntarios sanos algunos efectos comportamentales, como alteración de la coordinación oculomanual y la memoria a corto plazo visual y auditiva tras exposición a campos estáticos de 1,5 y 3 teslas (26).

Existen estudios publicados en el mismo año 2012 que se ocupan de analizar la influencia de los campos electromagnéticos en funciones neuronales.

Van Nierop et al (27) realizaron un ensayo clínico doble ciego, cruzado y aleatorizado en el que se sometía a los pacientes a campos electromagnéticos de diferentes intensidades. El estudio concluyó que la atención, la concentración y la orientación visual-espacial se veían afectadas.

Otro trabajo (28) cruzado, doble ciego y aleatorizado ha mostrado que el equilibrio se ve afectado en individuos sanos que son sometidos a campos electromagnéticos.

También se ha documentado (29) un aumento en el número de abortos espontáneos en las trabajadoras expuestas a campos magnéticos, pero no se han alcanzado resultados estadísticamente significativos. De la misma forma, tampoco es estadísticamente significativo que la radiación electromagnética disminuya la fertilidad, el peso al nacimiento u otras variables de interés obstétrico o pediátrico (30).

Del mismo modo, los estudios focalizados en los riesgos carcinogénicos no alcanzan resultados estadísticamente significativos (31).

Al respecto, un documento de la Organización Mundial de la Salud (32) indica que no existen pruebas de los efectos de los campos magnéticos estáticos sobre el cuerpo humano y promueve a los investigadores a estudiar este aspecto.

Campo electromagnético con gradiente

Durante una prueba de resonancia magnética, el campo de gradiente está constantemente siendo encendido y apagado. Por esta razón, en función del momento la radiación corresponde a frecuencia intermedia o a frecuencias extremadamente bajas (ELF o Extremely Low Frequency).

La IARC (International Agency for Research on Cancer) la clasifica en el grupo 2B, es decir, con posible riesgo carcinogénico para humanos. Esto se debe a que se ha sugerido una asociación entre los campos ELF y la leucemia infantil, a partir de un metanálisis realizado en el