Inicio > Cardiología > Repercusión del ejercicio físico en hipertensos de la tercera edad de tres consultorios médicos de la familia

Repercusión del ejercicio físico en hipertensos de la tercera edad de tres consultorios médicos de la familia

Repercusión del ejercicio físico en hipertensos de la tercera edad de tres consultorios médicos de la familia

RESUMEN

Se realizó un estudio descriptivo y transversal, para determinar la repercusión del ejercicio físico en hipertensos de la tercera edad en tres consultorios médicos de la familia (5,6 y 7); pertenecientes al Policlínico Ramón López Peña; de Santiago de Cuba en el período comprendido de enero a diciembre del año 2010. El universo estuvo constituido por 85 pacientes y la muestra se escogió por muestreo aleatorio simple; resultando 37 pacientes. Se utilizaron variables cualitativas, cuantitativas y el por ciento como medida resumen, así como se calcularon intervalos de confianza.

Repercusión del ejercicio físico en hipertensos de la tercera edad de tres consultorios médicos de la familia

Autores:

MSc. Dr. Carlos Alberto Ladrón de Guevara Gainza *, MSc. Dr. José Manuel Vázquez Trigo **, MSc. Dra. Ana Mercedes Álvarez Franco***, MSc. Dra. Frayda Margarita Gomez Vázquez***, Est. Frank Ernesto Gé Hernández ****, MSc. Dra. Rafaela Ojeda Iglesia*****

El mayor número de los pacientes que conformaron el grupo estudiado resultaron ser de 60 a 64 años, féminas, amas de casa, con varias patologías asociadas. Se concluye que en su mayoría, los pacientes conocían los beneficios que les aporta la realización de los ejercicios físicos para su enfermedad, siendo el médico el agente propiciador, presentando cifras de presión arterial en número considerable se mantuvieron por debajo de 140 y 90 mm Hg.

Los ejercicios lo realizan fundamentalmente en el horario de la mañana, sintiéndose bien al realizarlos y nunca acuden al Cuerpo de Guardia por Crisis Hipertensa gran parte de ellos, quedando demostrado que la práctica de ejercicio aumento la expectativa de vida en las personas de la tercera edad. Se recomienda dar a conocer los resultados para fomentando el desarrollo de las actividades comunitarias educativas y de salud de manera general en toda la población ya que con una adecuada cultura de salud pueden llegarse a la tercera edad con un nivel de vida mucho más sano.

Palabras clave: ejercicio físico, hipertensión, tercera edad

* Especialista de primer Grado en Medicina General Integral, Máster en Educación Médica Superior, Profesor Instructor en Medicina General Integral

** Especialista de primer Grado en Medicina Interna, Especialista de segundo Grado en Medicina General Integral, Profesor Auxiliar de Medicina Interna, Máster en Salud Pública.

*** Especialista de primer Grado en Medicina General Integral, Profesor Instructor en Medicina General Integral, Máster en Atención Primaria de Salud, Máster en Atención Integral a la mujer.

**** Estudiante del quinto año de Medicina, miembro del grupo de estudiantes investigadores de la Facultad no. 2 de Medicina.

***** Especialista de primer Grado en Ginecobstetricia. Profesor Asistente en Ginecobstetricia. Máster en Salud Reproductiva.

INTRODUCCIÓN

La Hipertensión Arterial ocupa hoy día, no solo un lugar importante dentro de las enfermedades crónicas no transmisibles, sino que además ha devenido en un importantísimo problema de salud para todas las regiones y culturas del mundo, motivo por el cual en América se la concedido una alta prioridad a su estudio control y tratamiento, lo cual para algunos se relaciona con la revolución demográfica que ha traído no solo el envejecimiento de la población, sino además la presencia incrementada de las denominadas enfermedades crónicas no transmisibles, dentro de las cuales la hipertensión arterial cobra cada día un número mayor de víctimas, acompañándose ello de altas repercusiones sociales y económicas (1 – 6).

A nivel mundial se estima que entre el 20 y el 25% de la población adulta mayor de 18 años presentan cifras tensiónales elevadas, llegando a alcanzar cifras superiores al 50% entre los individuos de más de 65 años, su prevalencia en México es de un 23%, en Estados Unidos hay más de 50 millones de hipertensos, más frecuentes en la raza negra (32%) con respecto a la blanca (23%), se señala que entre un 30-50% de las personas sedentarias en el mundo tienen riesgo de padecer hipertensión (7 – 11).

Este problema de salud entraña una connotación especial en la tercera edad, donde no deja de ser elevada su presencia, casi siempre acompañada de otras enfermedades y problemas de salud, incluida la discapacidad, todo lo cual puede tener una evolución más favorable si se incluyen las actividades físicas controladas como parte del tratamiento o rehabilitación de ellos (9, 12).

La hipertensión arterial (HTA) en el anciano supone un particular problema, ya que ella propicia la aparición de otras afecciones cardiovasculares, así como el incremento de incapacidad y de muerte por accidentes cardiovasculares acaecidos en personas con 60 años o más de edad, habiendo guardado una relación estadísticamente significativa tanto con los niveles de presión arterial, como con la presencia de estilos de vida no saludables, tales como sedentarismo y dietas inapropiadas por el elevado consumo de sal y grasas no deseables por ser hipercolesterolizantes, así como una vida cargada de situaciones estresantes. La misma en el anciano, se caracteriza por ser predominantemente sistólica, con tendencia a presentar cifras normales para la diastólica, lo cual implica una atención especial para los tratamientos que se imponga (13 – 17).

Todo este panorama se ve marcado aumento de la esperanza de vida al nacer, y una disminución de la natalidad y un control más efectivo de determinadas enfermedades infecciosas y parasitarias que ahora no ocupan los principales rubros de la mortalidad, a lo cual ha contribuid mejorías sociales y a los adelantos médicos, que han permitido o contribuido, a que se produzca un inusitado aumento de la edad media de la población, que permite apreciar una proporción de personas con 60 años o más superior a la que se observaba en décadas pasadas, aspecto que continuará incrementándose en los próximos años (18 – 25).

Entre los factores de riesgo que combate el ejercicio físico sobresalen la obesidad, el sedentarismo, la hipercolesterolemia. Ayuda su vez a aliviar afecciones del sistema osteomio-articular, deformidades del aparato locomotor, patologías que también son muy frecuentes en nuestro medio. La práctica de ejercicios. reduce la ansiedad el estrés y mejora el estado de ánimo, promoviendo el bienestar psicofísico. Otros plantean que permite el control del peso