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Fundamentos teóricos de la familia como parte del paciente

Fundamentos teóricos de la familia como parte del paciente

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), podemos definir la familia como “conjunto de personas que conviven bajo el mismo techo, organizadas en roles fijos (padre, madre, hermanos, etc.) con vínculos consanguíneos o no, con un modo de existencia económico y social comunes, con sentimientos afectivos que los unen y aglutinan”.

Fundamentos teóricos de la familia como parte del paciente

Manuel Luque Oliveros. Supervisor de Quirófanos del AHVM

1. Familia

Muchas han sido las vertientes y paradigmas desde donde se ha definido y conceptualizado a la familia, sin embargo, dentro del presente capítulo, definiremos y ubicaremos dentro de un contexto específico al sistema familiar, que independientemente de sus antecedentes, formación, tradiciones y cultura, afronta como todas, determinadas crisis en su seno, pero que por otro lado, se verá impactada por una de las crisis circunstanciales que en mayor grado puede afectar y desequilibrar: la enfermedad de uno de sus miembros y sobre todo, la enfermedad en uno de los miembros más pequeños de la familia.

Esta nueva situación, desarrollará en la familia nuevas y diferentes formas de relacionarse, afrontando una serie de determinantes y situaciones estresantes en las que podrán optar por un tipo de afrontamiento, que podrá llevarles a la superación de la crisis.

En primer lugar vamos a hacer una revisión acerca de la conceptualización del concepto de familia:

Unos autores, se refieren a la familia como grupos primarios, vinculador por el sentido de comunicación interpersonal, a partir de dos concepciones: Una social y una familiar. La primera, estaría compuesta a partir del contexto donde se ha nacido y formado el individuo. Las características que comprenden este concepto dependerán del lugar, rol, momento histórico y circunstancias particulares que impacten en la visión de cada persona para autodefinirse. Por otro lado, la concepción familiar, viene determinada por la diferenciación del sí mismo y el contexto, centrándose en el punto de vista particular de los otros miembros individuales del grupo al que pertenece.

Otros, definen familia como “la unión de personas que comparten un proyecto vital de existencia en común que se quiere duradero, en el que se generan fuertes sentimientos de pertenencia a dicho grupo, así mismo, existe un compromiso entre sus miembros y se establecen intensas relaciones de intimidad, reciprocidad y dependencia”.

De aquí que en nuestra cultura sea evidente que la familia es una institución que media entre el individuo y la sociedad. Los vértices de este triángulo (individuo-familia-sociedad), deben estar unidos por caminos de doble sentido.

Por otro lado, la familia es una unidad biopsicosocial que mantiene un determinado comportamiento frente a la salud y su perdida. Entre sus funciones destacan las de cuidarse y enseñar a cuidar a sus miembros con el objeto de promover la salud, el bienestar y el desarrollo de estos, manteniendo la dinámica familiar, adaptándose a las situaciones de crisis

Por tanto, entendemos que la familia es una unidad biopsicosocial, que tiene un comportamiento como tal frente a la salud y a la atención sanitaria, de manera que, mediante la transmisión de creencias y valores de padres a hijos, todo el proceso que acontece desde que se reconoce una enfermedad hasta que se cura o desaparece está influido por las decisiones que se adoptan en el seno del grupo familiar

El impacto de la función familiar sobre la salud se ha comprobado sobre muchas variables resultado: la mortalidad de los viudos, el control de la presión arterial o la diabetes, los resultados obstétricos o la adherencia a los tratamientos.

Se define a la familia sana como aquella que desempeña adecuadamente sus funciones, y es por tanto normofuncional. Una familia disfuncional es aquella que no cumple sus funciones, de acuerdo con la etapa del ciclo vital en que se encuentre y en relación con las demandas que percibe de su entorno. Este equilibrio funcional de la familia puede alterarse en determinadas circunstancias, y ese hecho puede producir manifestaciones patológicas en algún miembro de la familia.

Sistema familiar

En el lenguaje de los sistemas, se infiere que un sistema es un todo resultante de partes interdependientes. Conforme a esto, la conducta de un individuo afecta a su familia y red social, y viceversa. Del mismo modo, las familiar afectan a las comunidades y éstas a las familias, y así un lago etc.

La familia es pues, un sistema social y natural, ya que está constituida por una red de relaciones que dan respuesta a las necesidades biológicas y psicológicas inherentes a la supervivencia humana.

Los límites del sistema familiar, constituyen su perímetro y tienen la función de contener a sus integrantes, protegerlos de presiones del exterior y controlar el flujo de información que entra y sale de sus relaciones con el entorno, de tal forma, que cumplen funciones tanto protectoras como reguladoras, con el fin de conservar a los miembros unidos y al sistema estable, en esa medida cuando la permeabilidad de los límites es excesiva la familia puede perder su identidad e integridad, y cuando es escasa ésta tiende a cerrarse y aislarse.

1.2. Función familiar

Siguiendo a diversos autores, se podrían resumir las funciones de la familia en cuanto a la relación con los integrantes y su vinculación:

ü  Asegurar su supervivencia y su crecimiento sano a través de la protección y educación.

ü  Aportar un clima de afecto y apoyo emocional necesarios para un desarrollo psicológico saludable.

ü  Aportar la estimulación que haga de uno mismo y de los otros individuos, con capacidad para relacionarse de modo competente y de forma autónomo con su entorno físico y social.

ü  Tomar decisiones respecto a la apertura hacia otros contextos sociales y educativos que van a compartir con la propia familia la tarea de educación y socialización.

A partir de esto, podemos afirmar que la familia juega un papel primordial en el desarrollo de la edad infantil, tanto que la familia es el contexto de desarrollo por excelencia durante los primeros años de vida de los seres humanos.

Por tanto, la familia es el contexto más deseable de crianza y educación de niños y adolescentes, ya que es este entorno el que mejor puede promover su desarrollo personal, social e intelectual, además de ser el que habitualmente puede protegerlos mejor de diversas situaciones de riesgo.