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La homeopatía desde la farmacia comunitaria

La homeopatía desde la farmacia comunitaria

Resumen:

He intentado aportar un breve punto de vista de la Homeopatía desde la oficina de Farmacia. Cada vez los clientes que acuden se interesan más, pero desconocen realmente que es la homeopatía, y creo que el farmacéutico comunitario tiene un arma para desarrollar y fomentar como especialista de la salud que es. He aportado información sobre el origen, definición, fabricación de la homeopatía, así como diferentes puntos de vista sobre su eficacia. Finalmente concluyo con la labor del farmacéutico desde la oficina de farmacia en su labor de información y desarrollo de un campo de interés social.

La homeopatía desde la farmacia comunitaria

Enrique Perelló Amorós (Licenciado en Farmacia por la Universidad de Valencia)

Palabras clave: homeopatía, farmacia, medicamentos.

La homeopatía desde la farmacia comunitaria

Desde hace pocos años, desde las oficinas de farmacia, estamos observando un cambio en la forma de pensar del ciudadano con respecto al uso de medicamentos y la salud. No hace muchos años, aún nos sorprendíamos de la rapidez de los “adelantos médicos” que hacían que, de algún modo, exigiésemos que patologías como un dolor de cabeza, un estado de nervios o un incómodo insomnio se curaran con preparados farmacéuticos con una eficacia cada vez más rápida, sin pararnos a pensar en los efectos secundarios nocivos que para nuestra salud podía tener ese medicamento. Como decía antes, hoy en día, los pacientes que visitan las oficinas de farmacia se han convertido en más exigentes, porque no solo buscan un preparado farmacéutico que alivie o cure la patología que padecen, sino que buscan una solución sin efectos secundarios ni contraindicaciones que, de algún modo, haga surgir otra patología diferente a la que en un principio padecen. El nuevo paciente busca una salud real y no aparente.

Con todo ello, desde la oficina de farmacia, hemos estado observando un interés creciente por parte de los pacientes, por la homeopatía. Pero, ¿realmente sabe el consumidor de preparados homeopáticos, como funcionan? o simplemente, ¿es cuestión de seguir una “moda”?

Actualmente, según la OMS, la homeopatía es el segundo sistema médico más grande y se practica en más de 65 países. Se estima que cerca de 500 millones de personas reciben tratamiento homeopático en todo el mundo. Es por ello, que desde la oficina de farmacia, debemos responder ante la fuerte demanda por parte de la población, sobre cuestiones relacionadas con la homeopatía.

Pese al aumento del consumo, muchos de los usuarios no conocen, exactamente, que es y cómo funciona la homeopatía. Ante esto, el farmacéutico comunitario puede aportar una gran labor, y para ello, debemos conocer que es la homeopatía, sus orígenes y su funcionamiento.

Hahnemann, padre de la Homeopatía

Las raíces de la homeopatía se remontan a cinco siglos antes de Cristo, cuando el médico griego Hipócrates ya empezó a trabajar en ella. Fue el primero que propuso el tratamiento de enfermedades mediante el uso de un remedio que produce los síntomas similares, pero fue el Dr. Samuel Hahnemann (1755-1843) quien estableció los principios de la homeopatía, años después.

Conocer estos principios que rigen los tratamientos homeopáticos es fundamental para entender el funcionamiento.

“lo semejante cura lo semejante”, principio de similitud

Fue Hahnemann quien desarrolló el término “homeopatía”, del latín “homios” que significa “semejante” y “patos” que significa “padecimiento”; y aplicó el principio de “lo semejante cura lo semejante” tras comprobar que diferentes remedios utilizados para curar los síntomas de una enfermedad, son capaces (a dosis que conllevan una toxicidad) de provocar esos mismos síntomas. Un ejemplo que puede dejar claro esta definición es: si la radiación provoca cáncer, ¿por qué utilizamos la radioterapia para tratar el cáncer?

Por este principio, en la Homeopatía se utilizan sustancias muy diluidas en las que su uso es seguro (no conlleva toxicidad) pero sin embargo, contienen el suficiente “parecido” entre el remedio y la enfermedad que estimulará las habilidades del organismo para curarse solo. Hablamos, por tanto, del la capacidad que tiene nuestro cuerpo de “auto-curarse”.

“estudio del individuo como un todo”, principio de totalidad

Otro de los principios por los que se rige la homeopatía es el estudio del paciente de manera individualizada para seleccionar el tratamiento más acertado. Ya hemos comentado sobre la capacidad de auto-curarse de nuestro cuerpo, y la homeopatía necesita saber TODA la sintomatología del paciente, tanto los relacionados con la enfermedad de manera directa, como los que presenta el individuo de manera indirecta (el comportamiento del paciente frente a esa enfermedad), abordando puntos de vista emocionales, familiares laborales, culturales…etc.

Una vez analizado al paciente, se le clasificará en uno de los “tipos constitucionales homeopáticos”, donde cada tipo llevará asociado un tratamiento adecuado para cada enfermedad o dolencia.

Elaboración del medicamento homeopático

Todos los medicamentos homeopáticos se fabrican a partir de una sustancia de orígen: vegetal, animal y mineral. La elaboración del remedio homeopático conlleva una serie de controles para determinar la calidad del producto, desde el estado y la calidad del material utilizado, hasta un riguroso proceso de fabricación.

Sea cual sea el origen de la sustancia, lo primero que se obtiene es una Tintura Madre ( TM ), y es a partir de esa TM de donde se obtienen las distintas diluciones homeopáticas. Estas diluciones consisten, básicamente, en repartir la cepa de la TM en un vehículo inerte (generalmente alcohol), de modo que obtenemos diferentes diluciones. Las diluciones más utilizadas son:

– Diluciones decimales hahnemanianas (DH, D, X, XH, 1/10): En un recipiente de 10 cc, se pone

1 cc de la TM y completamos con 9 cc de alcohol de 70º, así obtenemos la primera dilución decimal (1 DH). Se continúa con este proceso hasta llegar a la dilución deseada.

– Diluciones centesimales hahnemanianas (CH,C, 1/100): En un recipiente de 100 cc, se pone

1 cc de la TM y completamos con 99 cc de