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Incontinencia urinaria y fecal en el anciano

combinación de diversos factores como cierre del esfínter anal, adecuada capacidad del recto, sensación anorrectal y control consciente. Los esfínteres externos, en especial el pubiorrectal desempeñan un papel muy importante en la continencia normal. (9)

Para ser continente se ha de conservar la capacidad sensitiva de la necesidad de defecar, es necesario poder distinguir entre heces sólidas, líquidas, pastosas y gases, y también disponer de los mecanismos para retardar la defecación hasta llegar al baño. La función de reservorio que ejerce el intestino grueso permite almacenar heces sólidas durante períodos largos de tiempo, pero no el contenido líquido. El factor más importante es, por tanto, la consistencia de las heces, hasta el punto de que su carácter líquido absoluto suele ser causa de incontinencia aun en los casos en que el resto de factores sea normal.

Con la correcta combinación de músculos (esfínter anal interno y externo y puborectalis) se consigue la presión necesaria para controlar el cierre del canal anal. En los cambios producidos en el envejecimiento, cabe resaltar la escasa capacidad del esfínter anal externo para frenar de manera voluntaria la emisión de heces, además, la capacidad de presión de dicho esfínter parece disminuir con la edad. El esfínter anal interno tiene mucha más capacidad de continencia y puede impedir la salida de heces en situación habitual, de forma inconsciente, cuando éstas alcanzan la ampolla rectal y su volumen no es suficiente para despertar reflejos automáticos de inhibición.

El grosor del esfínter anal interno parece que puede aumentar también en la vejez, con la finalidad de seguir compensando la continencia fecal, pero los resultados son contradictorios respecto a si esto comporta un verdadero aumento en la presión que se consigue. Finalmente, también es importante la contracción tónica persistente de la musculatura estriada del suelo pélvico. (12)

De igual modo, además del cambio que sufre el esfínter anal y que influye en su control, las afecciones que provocan una excreción frecuente de heces blandas, acuosas y voluminosas predisponen también a la incontinencia, como puede ser el consumo de medicamentos, prolapso rectal, enfermedades intestinales, alteraciones del sistema nervioso central y/o afectaciones en la movilidad, que servirán para poder clasificar la incontinencia según la causa que la produzca. (10)

relajacion-esfinter-anal
Relajación esfínter anal
contraccion-esfinter-anal
Contracción esfínter anal
funcionamiento-musculo-puborrectal
Funcionamiento del músculo puborrectal

Funcionamiento del músculo puborrectal

4.- CLASIFICACIÓN

4.1.- Clasificación clínica de la Incontinencia Urinaria (12)

Básicamente se distinguen dos tipos de Incontinencia Urinaria:

– Aguda, reversible o transitoria

– Crónica, persistente o establecida

  • Incontinencia Urinaria Aguda

Se caracteriza por su aparición súbita, a menudo de forma secundaria a agresiones iatrogénicas, enfermedades agudas o consumo de fármacos, desapareciendo por lo general con el tratamiento adecuado del trastorno subyacente.

  • Incontinencia Urinaria Crónica

Es aquella que persiste durante un largo período de tiempo, independientemente de la enfermedad aguda o de la agresión iatrogénica y normalmente se clasifica en cinco tipos diferentes.

La crónica a su vez se clasifica en los cinco tipos siguientes:

  • Incontinencia Urinaria de urgencia
  • Incontinencia Urinaria de esfuerzo o estrés
  • Incontinencia Urinaria de rebosamiento
  • Incontinencia Urinaria funcional
  • Incontinencia Urinaria mixta o compleja

Incontinencia Urinaria de Urgencia

Representa el tipo más común de incontinencia urinaria en la población anciana. Se define como la pérdida involuntaria de orina relacionada siempre con el deseo urgente de orinar.

Generalmente los pacientes presentan síntomas dados por urgencia miccional, polaquiuria, tenesmo y nicturia (levantarse en la noche más de dos veces a orinar) desencadenados en ocasiones por circunstancias tales como lavarse las manos, fregar, escuchar agua correr o simplemente por experimentar frío.

Las fugas de orina son episódicas pero frecuentes, con un volumen de moderado a importante, cursa con sensibilidad sacra y reflejos conservados.

Se caracteriza por contracciones involuntarias de la vejiga, asociándose tanto a un incremento de la actividad espontánea de la musculatura lisa del detrusor como con cambios específicos celulares.

Si existe lesión neurológica se utiliza el término hiperreflexia del músculo detrusor y cuando no hay tal lesión, inestabilidad del detrusor.

En los ancianos se produce en ocasiones hiperactividad del detrusor con alteración de la contractilidad (HDAC).

Como en la hiperactividad del detrusor con alteración de la contractilidad (HDAC) las contracciones vesicales son débiles, se produce con frecuencia retención urinaria que puede interferir con los tratamientos de relajación vesical.

Incontinencia Urinaria Crónica de Esfuerzo

Se denomina así a la pérdida involuntaria de orina al efectuar un esfuerzo físico determinado (toser, estornudar, reírse, levantar pesos, entre otros desencadenantes) sin producirse contracciones vesicales.

Predomina en el sexo femenino y está relacionada fundamentalmente con debilidades del piso pélvico muscular

En los varones se relaciona fundamentalmente con lesiones del esfínter tras resecciones prostáticas amplias.

El síntoma clínico característico es la fuga instantánea con maniobras de estrés, empeorando generalmente la fuga durante el día.