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Tumores Craneales Supratentoriales. Correlación Clínica, Tomográfica y Anatomopatológica

Tumores Craneales Supratentoriales. Correlación Clínica, Tomográfica y Anatomopatológica.

RESUMEN.

Se realizó un estudio descriptivo y transversal en 94 pacientes con el diagnóstico clínico, tomográfico y anatomopatológicas de tumores craneales supratentoriales que fueron valorados en el servicio de TAC del hospital provincial “Saturnino Lora” en el periodo comprendido desde enero de 2010 a febrero 2011, con el objetivo de mostrar el valor de la TAC en el diagnóstico de estas lesiones: se caracterizo a la población teniendo en cuenta síntomas y signos de debut, localización primaria de la lesión, extensión a estructuras vecinas y su interpretación tomográfica y la correlación entre el diagnóstico presuntivo por TAC y el resultado anatomopatológico.

Resultados: prevaleció la cefalea como síntoma, el glioblastoma multiforme fue el tumor más frecuente, las lesiones hipodensas las de mayor aparición, el efecto de masa la lesión relacionada de mayor incidencia, los hemisferios cerebrales le región más afectada; existiendo una adecuada correlación diagnóstica y anatomopatológica, siendo estos nuestros resultados.

Tumores Craneales Supratentoriales. Correlación Clínica, Tomográfica y Anatomopatológica.

Yaquelines Martín Martínez: Especialista en primer grado de Radiología y profesora asistente.

Inés María García Amelo: Especialista en primer grado en Radiología y profesora instructora.

Valia Hernández Viel: Especialista en primer grado de Radiología.

Nayirobis Miranda Mustieler. Especialista en primer grado en MGI, Máster en Medicina Natural y Energética. Profesora Instructora

Raúl Domínguez Piorno. Licenciado en imagenología, Profesor Asistente.

INTRODUCCIÓN.

Los procesos neoformativos se comportan como lesiones expansivas intracraneales que aparecen en un tejido de especialización funcional, con complejas relaciones con los tejidos y el resto de los órganos con una particular separación topográfica. Estas lesiones tumorales, por sus características histológicas, por su comportamiento biológico, por tener una baja capacidad de crecimiento y de metastatización fuera del sistema nervioso central (SNC), se diferencian del resto de los tumores sólidos del organismo (1).

Los tumores del sistema nervioso central (SNC) constituyen un capítulo difícil pero vitalmente importante dentro de la medicina neurológica y oncológica; son considerados afecciones temibles y de pésimo pronóstico no solo por la población en general sino incluso por los profesionales de la salud -que no están exentos de razón-. Dentro del sistema nervioso central (SNC) pueden desarrollarse un gran número de neoplasias cuyo comportamiento no solo está condicionado por la evolución natural del tumor sino también por su localización (2).

A escala mundial, en el año 200, se diagnosticaron casi 176.000 nuevos casos de tumores cerebrales y de otros tumores del sistema nervioso central (SNC) (sistema nervioso central), con mortalidad estimada 128.000 fallecidos. Cerca del 50-60% de los tumores cerebrales surgen en el encéfalo, y el 40% representa lesiones metastásicas (3). La mortalidad por estas neoplasias representan el 2,4% de las muertes por cáncer en EE.UU. y en los niños es la segunda causa especifica de muerte (4).

Los pacientes afectados por tumores del sistema nervioso central (SNC) han sido mirados con pesimismo, considerados como cautivos sin esperanza de un proceso intelectualmente humillante y físicamente mutilante e invariablemente mortal; además los tumores cerebrales han despertados sentimientos y emociones especiales ya que atacan a los órganos más esenciales de la naturaleza humana por lo que han sido considerados como especialmente desbastadores tanto por los pacientes y sus familiares como por los médicos. (5)

Con el advenimiento de la TAC (Tomografía Axial Computarizada), escanografía, tomodensitometría, son los diversos nombre para un procedimiento de obtención de imágenes que utiliza en tubo de rayos x que atraviesa la sección del paciente siendo captada la radiación en el lado opuesto al emerger del paciente por una serie de detectores que envían la información a un computador, el cual analiza la radiación a través del cuerpo y con esta forma una imagen que fue descubierta por G. Housfiel en 1972. La cual revolucionó de manera positiva nuestra especialidad (6). Así ha transitado el desarrollo de la TAC con equipos multicorte de 2, 4, 6, 10, 16, 40, 64 y 128 cortes. Este último sistema (128 cortes) ofrece una resolución más alta y permite estudios angiográficos con mayor eficiencia (7).

La tomografía axial computadorizada (TAC) es el examen imagenológico más utilizado para obtener el diagnóstico, ésta y la imagenología por resonancia magnética tienen funciones complementarias en el diagnóstico de las neoplasias del sistema nervioso central (SNC) (8). La velocidad de la TAC es conveniente para evaluar a los pacientes inestables desde el punto de vista clínico; es superior para detectar calcificación, lesiones craneales y hemorragia hiperaguda (sangrado con menos de 24 horas) y contribuye al diagnóstico diferencial directo, así como al tratamiento inmediato (9-11).

La TAC simple y con contraste constituye una herramienta valiosa en la definición anatómica, la capacidad de efectuar cortes en múltiples planos ha llevado a tener cada vez más un importante papel en el diagnóstico y estudio de las neoplasias