Efectivamente, muchas personas que tienen este habito durante un periodo prolongado suelen desarrollar problemas como desviaciones leves, dureza y deformación de las paredes cartilaginosas, sangrado ocasional, escozor o sensación de sequedad y dolores recurrentes.
Para tratar estos problemas, evidentemente, se recomienda al paciente cesar de inmediato el comportamiento que ha ocasionado el trastorno. Puede recurrirse a una rinomodelación, tratamiento por el cual se devuelve su forma natural a la nariz, pero cuyos resultados no son permanentes. Otra opción es una rinoplastia en una clínica especializada. Es una operación poco invasiva, sencilla, y cuyo postoperatorio no es complejo, pero al ser una intervención médica, por simple que esta sea, conlleva un cierto riesgo. Por ello, solo debe realizarse con un equipo médico cualificado y en pacientes con un estado óptimo de salud. en cualquier caso, los riesgos de dicho proceso son mínimos.
En cualquier caso, deberá ponerse fin a ese hábito tan poco agadable y perjudicial.
Un saludo