Llego a este punto porque no encuentro salida. La idea de la muerte está fija en mi mente de manera obsesiva como la única posibilidad para resolver mi infelicidad. He evaluado todas las opciones para alcanzar la muerte, cortarme las venas, ingerir raticida, ahorcarme, conectar el escape al interior del auto, inyectarme KCl (del que dispongo en mi trabajo), hasta que finalmente a través de una persona que está en contacto con una asoción que apoya la muerte con dignidad, he comprado en línea pentobarbital sódico y está ahí, esperando el momento en que el miedo a la muerte sea inferior al dolor profundo que siento en el corazón. Se que lo usaré en cualquier momento, en un arranque de desesperación, en un ataque de ansiedad de los que comunmente sufro. La realidad es que me aterra morir, pero vivir es doloroso, no se como hacerlo.