Hoy estoy viva gracias a unos medicos que supieron ayudarme. Los familiares que menos apoyan al enfermó son los que más chillan y nunca apoyan. Le tienen terror a ver como vivimos y superamos nuestros deficientes. Esto es vivir.

Por eso son accidentes, nadie los quiere y pasan cuándo menos lo esperamos.

Quien quiere quedar tirado en una cama o silla de ruedas.

Pero no lo entendemos hasta que pasa. Después podemos pasar la vida rumiando nuestras desgracias o ponerle espíritu y buscar nuestra nueva existencia y capacidad.