Buenos días. Me llamo Ramón, tengo 52 años y tengo diagnosticada la enfermedad de forestier (hiperostosis anquilosante)desde los 18. Una situación excepcional, pues esta enfermedad suele ser senil. Puesto que mi historial y sus correspondientes documentos gráficos se alargan por más de 30 años han sido usados por varios médicos para ilustrar trabajos en publicaciones especializadas, pues en ellos se aprecia claramente la evolución de esta enfermedad en toda su extensión, pues generalmente la misma no suele detectarse antes de los 40 - 50 años, y por lo tanto el paciente en muchos casos fallece, por su avanzada edad, antes de haber desarrrollado la enfermedad en toda su plenitud. En mi caso esto me está sucediendo ahora, con 52 años, cuando normalmente a este extremo se suele llegar a partir de los 70 -80 años... Toda mi vida ha sido un rosario de dolor lacerante que ha ido a más de forma implacable, pero debo explicaros que a partir de los 45 años, aproximadamente, la longitud de los esteofitos era tal que se soldaron unas vertebras sobre las otras y esto me significó dos cosas... Por un lado una grave perdida de movibilidad, pero por otro un gran alivio en cuanto a los dolores... que ahora se han vuelto puntuales, no como antes que eran contínuos e insidiosos. He aprendido a conocer mi cuerpo, y si lo escucho y tengo en cuenta sus avisos, evitando llegar a crisis, vivo mejor. Esto a veces significa parar y descansar.. Por cierto, si hubiera sabido que la soldadura de las vertebras me producirían este alivio no hubiera hecho ejercicio en mi vida... Si mi reumatólogo leyera esto se pondría las manos en la cabeza, pero es lo que pienso...