Problemas tenemos todos. Esa debe ser la verdad más real del universo. Para todos nosotros, nuestros problemas son más terribles que los del resto y por más que escuchemos penurias ajenas, cuando algún problema o alguna decepción golpea nuestra vida es casi imposible ponerla a competir contra los demás, pasa a ser la más importante del mundo y en seguida se viene a la cabeza el “ Porque me pasa esto a mi?”.
Pero la realidad es que problemas tenemos todos, y si uno lo piensa racionalmente, victimizarnos a raíz de los problemas que tenemos parece ser una excusa barata para no afrontar lo que nos pasa.
El 20 de Julio del 2014, después de jugar al futbol (como todos los sábados) y con 30 años de edad, me fui hacia mi casa sintiéndome más cansado de lo normal. Mi esposa no estaba en casa y recién volvería a la tardecita, por lo cual aproveche a quedarme acostado descansando toda la tarde. Cerca de las 14: 00 horas un importante dolor de pecho comenzó a invadirme. Media hora después el mismo dolor en el pecho continuaba pero ahora con una sensación “rara” a nivel del ante brazo izquierdo. 30 años. Deportista toda mi vida. No fumador. Nunca probé droga. Alcohol a nivel social…..no podía ser nada grave.
Sobre las 19 llegó mi esposa. Fue ella quien insistió en ir al médico, fue ella quien literalmente me salvó la vida. Después de negarme 5 veces, y gracias a su insistencia, fuimos al médico. Fui manejando yo, de alpargatas, pantalón y remera. Deje la TV prendida, pensando en volver a la media hora. Mi vida estaba por cambiar para siempre, y mis antiguos problemas pasarían a ser solamente pavadas ante lo que se venía.
Infarto de miocardio. Todavía me cuesta escribirlo. Infarto de miocardio con 30 años…..algo a decir de los 1.000.000 de médicos que me vieron: “Muy raro de ver”
Algunas frases de los médicos que me vieron las tengo grabadas y las recuerdo como si los tuviera al lado mío en este preciso momento:
“No dejes que te manden a tu casa” El primer enfermero que me vio y me hizo un electrocardiograma.
“Si no tomas cocaína, ya llévenlo a la sala de reanimación” La médica de emergencia luego de consultarme 3 veces si yo tomaba cocaína.
“Si te quedabas en tu casa, mañana amanecías muerto” Enfermero en la sala de reanimación
“Tenemos un problema, tenes el 95% de la Arteria Descendente Anterior tapada y tengo que destaparla” El medico mientras me practicaba un cateterismo para descartar cualquier anomalía.
“Tenías muerte súbita potencial, viste lo que les pasa a los jugadores que caen muertos en la cancha? Bueno vos tenías lo mismo, pero te lo descubrimos antes” El medico luego de terminar la angioplastia y de ponerme un stent.
20 de Julio de 2014, el día bisagra de mi vida. Termine una vida y comencé otra. Para decepción personal el cambio de vida, no pasó solo por cambiar hábitos alimenticios, cambiar el estilo de vida, tomar 8 medicamentos por día…..sino que por razones que nadie se explica y que yo nunca me explicaré desde ese día hasta hoy, 19 de Noviembre de 2015, solo se sucedieron malas noticias en mi vida. Salud, laboral, personal….en el ámbito que nombren, solo recibí malas noticias.
Al punto que más de un amigo / familiar me sugirió ir a visitar a un curandero, porque no podía ser todo lo que me estaba sucediendo.
Sin embargo, más de una vez pensé en el título de este texto: No hay opciones.
Que opciones tengo? NO hay opciones, la única opción posible, es agachar la cabeza, aguantar el golpe y seguir para adelante…al fin y al cabo, Problemas Tenemos Todos.