En octubre del 2005 se me operó de una hernia crural con un quiste.

En dicha operación se extirpó el quiste producido por la propia hernia y se me reparó la misma con una malla (tapón).

Después de dicha operación se me aconseja tener una vida normal desde el primer momento.

A los tres dias, con unos dolores tremendos y supuración de la herida, me diagnostican una linforragia. Los sintomas fuerte dolor y fiebre baja.

A los tres meses sigue la supuración pero menor y se me dice que el organismo rechaza la malla debido que la zona esta sensibilizada por culpa del quiste que se produjo con la hernia, y que tengo que tener paciencia.

Después de 12 meses sigue supurando igualmente, entre todo este tiempo se me hacen curas mensualmente.
El cirujano me aconseja tener paciencia, que sino me tienen que operar otras dos veces, una primera para intentar extraer la malla rechazada, cerrar la hernia, esperar a que se regeneren los tejidos, y como seguramente me volveré a herniar habrá que tener una segunda operación para reparar la hernia con una segunda malla, la cual no se me garantiza que no sea rechazada.

Hoy he vuelto a la consulta mensual con mi cirujano y después de insistir, preguntando como va la herida, me dice que la ve mal. Acto seguido le pregunto si hay que operar y me dice que hay que esperar, que me tiene que garantizar si la operación va a tener exito.

Tras una explicación parca y arisca salgo de la cura con moral bastante baja, ya que estoy en una situación incomoda, con apositos, gasas para la supuración, problemas para ir al gimnasio, miedo de infección etc etc.

Lo peor es que después de casi dos años, mi cirujano muy reconocido en el ambito sanitario, da la sensación de que quiere librase de esta patata caliente y que me vaya a otro médico, ya que ni ata ni desata. Lo peor de todo es que no para cinco minutos de su preciado tiempo para explicarme claramente los inconvenientes de las distintas alternativas.

¿Alguien me puede dar un poco de luz en este tema, que ya me esta agotando?.

¿Puede ser que el rechazo sea debido a una preparación defiecinte de la malla?

¿Alguien conoce casos parecidos y cual ha sido su desenlace?

¿Habrá influido que al dia siguien de la operación, ya me pusiera a trabajar (según el cirujano no)?

(Esta pregunta es debida a que el antes de la operación pregunto si la malla estaba preparada y solto un taco de los que enrojecería a un carretero)

Gracias de antemano y perdonar por la extensión de la pregunta.