la esquizofrenia
será finalmente mi lugar
y es así como viviré la muerte
por más que la química
me altere mi sueño,
el delirio es mi única estación,
me guste o no.

la esquizofrenia,
en verdad, es un buen lecho
para el reposo,
y si de todos es el más largo,
hará falta asearse un poco
con buen gusto y hacer de
ella un hermoso rincón.

Así pues, lo proclamo
a los cuatro vientos:

Nada de medicamentos
que me ensucien el universo.

Si algún cínico de profesión aparece
predicando lo eficaz
que es el neuroléptico
de mis sueños surgirán mis dedos
como las tenazas de un pulpo vengativo
para enviarlos
donde las calderas revientan al fuego.
Es el infierno de los cuervos,
¡hagamos un gran fuego!

Psiquiatras:
prohibido que impongáis vuestras ideas
sobre mis sueños.
Qué náusea me dan las razones
que os hacen como sois
y cuando habláis de salud en los ojos
os veo un arco de temor y miedo.

Si aparece algún químico cínico
de profesión
alabando las viriles formas del neuroléptico
de mis sueños subirán mis gritos
como ángeles blancos
secuestrando sus medicamentos
para quemarlos en la hoguera de su infierno