Tengo 31 años, soy de Nicaragua. Conocí a mi esposo en Costa Rica, ambos trabajábamos allí. Nos conocimos por Tinder. El me escribía de un perfil sin foto, me invitaba a salir y yo no accedía a conocerlo porque me daba desconfianza. Un día fui a la playa con amigas y el vivía cerca y me escribió y cogí un taxi a su casa. Cuando lo vi no me inspiró nada y lo miré como nervioso y tímido. Estuvimos hablando por horas y conectamos, me di cuenta que era una persona muy tranquila y que se sentía solo. Me hizo una broma y me dijo que algún día sería su esposa y me tiré la risa. Me dijo que no fumaba y que tomaba ocasionalmente. El fue a dejarme de regreso y cuando llegué a mi destino nos despedimos y al cerrar la puerta del coche y verlo irse, el corazón se me encogió, sentí algo súper raro, como si quisiera que regresara e irme con él. Me hizo sentir muy cómoda. Nos vimos más veces y el sexo era impresionante, el era muy romántico, solo hacía el amor de lado y me cogía toda la noche, me abrazaba y no paraba. Pasaba horas en esa posición acostados y de lado hasta nos dormíamos y varias veces se despertaba y seguía para eyacular en la mañana me ponía de cuatro. Yo sentía mucho placer apesar de que eran solo las mismas dos posiciones y me encantaba, estaba deseando verlo siempre. A los dos meses empezamos a vivir juntos, lo hacíamos en todos lados. Estábamos muy contentos. Luego unos meses después el proyecto terminó en Costa Rica y era hora de partir a España. En primer lugar yo vivo sola desde los 18 años, trabajaba en Nicaragua y me pagaba mi apartamento y visitaba a mi madre los fines de semana. Siempre me gustó mi independencia, mi propio espacio, si salía de noche no tenía porque darle preocupaciones a mi madre ni el disgusto de abrirme la puerta ebria o verme de resaca. A los 25 años me fui a Costa Rica y regresaba a Nicaragua a ver a mi familia 4 veces al año. Cuando nos fuimos a España me di cuenta que nos quedaríamos en casa de sus padres. Fue súper incómodo para mí porque estaba acostumbrada a mi vida sola y esa situación me hacía sentir como cuando era una niña. Cuando salíamos de fiesta mi Novio le decía a sus padres antes que iba a salir que le dieran la llave y les decía con quien iba a salir y detalles. Luego al regresar no llegábamos tan noche por no dar una mala imagen supongo... Él estaba sin trabajar esperando a que la empresa le avisase adonde iba a ser el próximo destino laboral. El sexo cambio rotunda e instantáneamente desde que nos fuimos a España porque teníamos que hacerlo en casa de sus padres, todo se volvió más frío, yo no podía gemir. La magia se empezó a apagar allí. Luego yo le pedí que alquilaramos algún lugar y empezamos a buscar y obviamente todos los movimientos el se los contaba a sus padres. Al final había un piso vacío de la abuela fallecida y nos terminamos moviendo allí. El administrador de él piso era el hermano de mi suegra y sus padres tenían la llave y al final todo continuaba quedando siempre en familia. La magia de la intimidad ya no era la misma, yo sentía que el ya estaba más por su familia, su sobrino y yo había quedado en un segundo plano. Empezamos a convivir más como amigos que como amantes. Ese fuego y ese deseo ya estaba apagado en mí. Ya todo empezó a ser muy básico, meterla y terminar y el cariño ya estaba esfumado. Aún yo lo seguía amando y pensaba que todo iba a ser pasajero. Luego le dijeron que su próximo destino iba a ser Arabia Saudita y tuvimos que casarnos por lo Civil porque no se puede vivir en unión libre en este país. Yo estaba muy emocionada por ser su esposa porque recordaba una y otra vez aquella primera vez que nos conocimos y me dijo que algún día sería su esposa!, pero todo fue muy de trámite, muy frío. Nunca me dijo nada que me hiciera sentir que el ese momento deseaba casarse conmigo, no note ninguna ilusión. Nos casamos por bienes separados en los juzgados y fuimos a comer a un restaurante y todo fue muy normal. Nadie nos felicitó en la mesa ni brindaron por los novios. Creo que si hubiera sido un retiro espiritual hubiera habido más alegría. El se fue a Arabia Saudita para mientras arreglaban mi visado para poder irme y yo me quedé en casa de la Abuela y definitivamente no estaba cómoda, no me apetecía ir cada fin de semana a ver a sus padres al pueblo. Me sentía como una extraña. Luego me fui a Arabia Saudita y aquello era otro mundo. Las mujeres cubiertas de negro completamente y a algunas no se les podía ver ni los ojos, ni las manos. Las mujeres en ese tiempo no ocupaban puestos de trabajo en supermercados, ni tiendas, ni mucho menos conducían. Luego tuve que regresar a España porque mi visado se venció y necesitaban tramitar mi residencia. Me quedé un tiempo con mis suegros y había regresado a la adolescencia, no podía salir sola sin tener que dar cuentas y aveces ni podía tener mi propio espacio porque mi suegra decidía acompañarme, una vez fui al Ginecólogo y ella me acompaño y ya hasta mi suegro se enteró que tenía una infección. Aquello ni con mi madre, era como si toda mi vida la hubieran borrado y ahora estaba viviendo otra vida nueva la cual no me gustaba para nada. Regresé a Arabia Saudita. Mi situación se volvió cada vez peor, no tenía amigos, aquí no hay muchos latino americanos, con las pocas chicas españolas que me relacione no me sentía cómoda porque de vez en cuando soltaban alguna pullita de bullying o racismo con educación y decidí apartarme. Me encontraba completamente sola. Mi esposo trabaja más de 12 horas y solo lo veo para cenar y decir buenas noches. Cuando regresamos a España el está por su familia siempre, yo soy como la mascota. El pasa con su sobrino y se olvida de mi completamente, yo creo que ya estando tan reprimidos en Arabia Saudita por lo menos en España cuando vamos de vacaciones debería de ser más atento conmigo. El sexo se volvió casi nulo, el trabaja mucho y solo lo hacemos el fin de semana y todo es muy como robot, no hay pasión, besos, caricias, palabras de deseo. Mis ganas se han ido totalmente y yo prefiero masturbarme por las mañanas porque no disfruto del sexo con él. Hemos estado aquí 4 años y mi único pensamiento es recuperar mi vida de antes. No soy feliz en la intimidad, no soy feliz en el día a día. Cuando hablo con él y le quiero contar algo no me escucha, está como escuchando por encima pero realmente no me está poniendo atención y luego en lugar de hablar sobre el tema saca argumentos de discusión como que lo que tu piensas no es correcto, las cosas son de otra manera y al final la anécdota no queda como una conversación si no como un tema de discusión.Yo le he preguntado, no ves que esto no está funcionando y dice que el sexo no es lo más importante. Tengo ataques de ansiedad, me siento deprimida, no tengo ánimos de nada, estoy llorando mucho tiempo porque siento como si estoy en una cárcel y el es mi secuestrador porque no se puede decir que estamos presos aquí juntos, el lo lleva de una manera y yo de otra. El ve como estoy deteriorada psicologicamente y me dice que HAGA YOGA. Me dice que esto es pasajero que luego iremos a otro país y estaremos más cómodos, tendremos más libertad y actividades que hacer pero la relación con él es tan fría que no quiere ya seguirlo a otro destino. Yo creo que la llama está apagada y el país no tiene nada que ver. Cuando nos vamos de vacaciones no la pasamos como dos enamorados, parecemos compañeros de viaje. Estoy muy confundida porque cuando le digo que quiero irme y acabar con esto el me hace sentir culpable como si yo lo estoy abandonando y no siento que sea así, yo aún lo amo pero veo que esto no va a ningún lado. Hablamos sobre la frialdad en la intimidad, le digo que dejemos los teléfonos y que hablemos por la noche, que tengamos más comunicación de tu a tú, que nos miremos que tratemos de reavivar la llama y me contesta que trabaja todo el día y casi no tiene tiempo para ver su teléfono que solo en la noche puede actualizarse de lo que pasa en el mundo, entonces ¿Qué pinto yo aquí?