sí, estoy de acuerdo con los dos. El sistema nervioso es el gran culpable de nuestras extras. El problema es que es muy rebelde y no se deja dominar facilmente. Porque yo no quiero tener ni una extra más, ni una!!! y quiero ser positiva y ponerme bien y disfrutar de mi vida sin pensar si me van a dar o no me van a dar (qué lata, siempre pendiente!!!). Pero cuando tengo un día bueno y casi lo he conseguido, ellas, las muy repugnantes, me esperan en el sofá, o en la cama a punto de dormirme, o me despiertan por la mañana o me asaltan en cualquier momento para volver a llenarme de angustia, de desconfianza y miedo. Entonces, vuelta a empezar y todos los días lo mismo.

en fin, a ver si entre todos buscaremos la clave para bloquear tanto nervio suelto y caprichoso.

un besazo,

santy