En nuestros tiempos la siquiatría se ha convertido en una gran industria farmacéutica que se mueve dentro de las realidades del mercado y las leyes de la oferta y la demanda. La palabra clave es: la demanda.

Cuando surgen problemas familiares son los padres, y sólo los padres, quienes poseen los medios económicos para contratar a profesionales.

Por eso desde sus orígenes a estos profesionales les ha convenido ver a los problemas familiares como problemas médicos, y se han autoengañado para verlos así.
La causa del autoengaño, como observó el pediatra Robert Mendelssohn, se debe a que “Los púberes y adolescentes son un gran negocio para los siquiatras”.