hola a tod@s,

os copio aquí un artículo muy interesante sobre cómo el aluminio, presente en nuestras vidas, puede ser el causante de nuestros extras. De hecho, mi médico de cabecera me contó que él tuvo la GRAN SUERTE de dar con la solución a sus extrasístoles con algo tan sencillo como cambiar la marca de desodorante. Y es que, no sé si sabeis, que la mayoría de desodorantes contienen aluminio...

yo seguí su ejemplo y no he tenido suerte. Mis extras siguen dando la lata, pero os dejo este artículo que me ha pasado una amiga muy generosamente para ver si alguien más se puede beneficiar de esta información.

un beso,

santy

El desodorante antitranspirable y su efecto arritmogénico por acción de aluminio. Experiencia clínica y electrocardiográfica en 1500 pacientes.

F Bermúdez A, V Bermúdez P,C Cano P, M Medina R, M Núñez P, A Pérez L, A Souki R, M E Vargas, N Reyna, H Restrepo, H Seyfi, M Ambard y U Andrade.
1. Centro de Investigaciones Endocrino Metabólico "Dr. Félix Gómez".Facultad de Medicina. Universidad del Zulia, Maracaibo.

RESUMEN
Un efecto patógeno del aluminio presente en todos los desodorantes antitranspirantes en cualquiera de sus presentaciones, desconocido hasta el presente, es el de producir arritmias cardíacas, el cual demostramos clínica y electrocardiográficamente en este trabajo. Este producto de uso generalizado produce extrasístoles ventriculares esenciales (latidos prematuros) debido a la posible acción de las sales de aluminio (clorhidrato, sulfato y otras), de acción constrictora sobre el músculo liso, incluyendo los contenidos en los vasos arteriales y en el folículo piloso, entre otros. En estudio de 1,500 casos de extrasistolia ventricular esencial, se demuestra que la omisión de los desodorantes que contienen aluminio, que son todos los procesados industrialmente en todas sus presentaciones, constituye una de sus principales causas. La omisión de dichos productos como única medida, produjo la desaparición de la arritmia en el 76 por ciento de los casos, y agregando uno o dos antiarrítmicos a baja dosis en el 24 por ciento restante. Los resultados favorables encontrados sucedieron un mes después del inicio del tratamiento, y se mantuvieron hasta los seis meses en el 100 por ciento de ellos, únicamente evitando el desodorante industrializado. El mecanismo de acción de este efecto benéfico no se conoce, por lo cual se ameritan nuevas investigaciones experimentales para determinarlo y para determinar si también estos productos tan difundidos tienen inherencia en la génesis de la hipertensión arterial.
Palabras Claves: Desodorante antisudoral, Aluminio, Extrasistolia ventricular, Antiarrítmicos, Vasoconstricción arterial.

INTRODUCCION
Un efecto patógeno del aluminio presente en todos los desodorantes antitranspirantes en cualquiera de sus presentaciones, desconocido hasta el presente, es el de producir arritmias cardíacas, el cual demostramos clínica y electrocardiográficamente en este trabajo (fig. 1). Este producto de uso generalizado produce extrasístoles ventriculares (latidos prematuros) debido a la acción de las sales de aluminio que contiene (clorhidrato, sulfato y otras), de acción constrictora sobre el músculo liso, incluyendo el de los vasos arteriales y en el folículo piloso, entre otros. Como consecuencia de esta última es el efecto antisudoral y desodorante al disminuir la acidez que provoca el sudor, y en consecuencia evitar la destrucción bacteriana, causa principal, junto con otras sustancias y toxinas eliminadas por este medio, del mal olor axilar.

MATERIALES Y METODOS
Se estudiaron 1,500 pacientes consecutivos con extrasistolia ventricular demostrada, cuya edad osciló entre 20 y 70 años (promedio 36 años), con predominio del sexo femenino (74%). En ninguno de ellos se demostró enfermedad cardiovascular: isquémica, hipertensiva, miocárdica ni valvular. Se descartaron los que presentaron estrés, hábitos tabáquicos y alcohólicos acentuados. Los pacientes con hipokalemia (K+ menor de 4.8 mEq/l en plasma) recibieron suplementos de potasio concomitante. Se omitió el uso de gotas nasales y broncodilatadores por tener efecto alfa estimulante. La extrasistolia cardíaca se sospechó por la presencia de palpitaciones y se demostró por ECG-12D en 1,230 pacientes. En el resto se diagnosticó directamente por hallazgo electrocardiográfico (Tabla 1). El tratamiento consistió en las siguientes medidas: A. Omitir el uso del desodorante. B. Agregar un antiarrítmico (amiodarona) a dosis de 200 mg diarios. C. Agregar otro antiarrítmico (quinidina, mexiletina). El corte se hizo al mes del tratamiento, y el seguimiento por seis meses más (Tabla 2).
Tabla 1: Diagnóstico (n = 1,500)
Hallazgo Directo por Ecg-12d = 270 (18%) confirmación Clínica (n) cofirmación ECG-12d (n) confirmación Holter (n)
Palpitaciones = 1,230 (82%) 270 (21.9%) 920 (74.7%) 40 (3.25%)
Tabla 2 : Efecto del Tratamiento Propuesto para la Eliminación de la Extrasistolia Ventricular (n = 1,500)
MEDIDA TERAPÉUTICA RESULTADO FAVORABLE
A. OMITIR DESODORANTE EN 1,140 PACIENTES (76%)
B. MEDIDA A + AMIODARONA EN 300 PACIENTES (20%)
C. MEDIDAS A + B + OTRO ANTIARRÍTMICO EN 60 PACIENTES (4%)
FRACASOS 0

RESULTADOS
Al suprimir como desodorante los productos industrializados (todos contienen aluminio), se observó la desaparición de las extrasistolia ventricular y con ello la angustia que para algunos pacientes esto representa, además de la amenaza que significa al constituir la base de arritmias de mayor peligrosidad (taquicardia y fibrilación ventricular), bien como única medida o bien agregando a algunos de ellos dosis mínimas de antiarrítmicos por un lapso no mayor de un mes.
Las medidas terapéuticas arrojaron el siguiente resultado (Tabla 2):
Después de la desaparición de la extrasistolia ventricular se hizo seguimiento durante 6 meses más, manteniendo sólo la omisión del desodorante y el potasio en 4.8 a 5.5 mEq/l, sin ningún antiarrítmico, sin que aparecieran nuevamente las extrasístoles ventriculares.

Fig. 1.A. JMC. 31-01-2000. Paciente masculino de 52 años, asintomático, a quien se demostró la presencia de extrasístoles frecuentes (45 en el trazado ECG-12D habitual), multifocales y en salva (D1 y V2), la mayoría de ellas bigeminadas. Cifras de lípidos, ácido úrico, glicemia, potasio y fibrinógeno dentro de límites normales. Usa desodorantes antitranspirantes. Talla: 1.79 m. Peso: 112 Kg TA: 120/90 mm Hg. Tratamiento: Omisión del desodorante. Amiodarona: 200 mg diarios. Dieta cronobiológica, antioxidante y polarizante.


Fig. 1.B. JMC. 01-03-2000. ECG-12D registrado un mes después, dentro de límites normales. Bradicardia sinusal (50 por minuto). Peso: 107. TA: 110/80 mm Hg. Tratamiento: Se continuó la dieta y la omisión del desodorante antitranspirante, sin medicamentos.


DISCUSION
El efecto vasoconstrictor del aluminio ha sido observado por otros autores. En efecto, Drill(1) lo atribuye al subacetato de aluminio, como que actúa como astringente por ser proteíno- coagulante local, razón por la cual ocasiona retracción del tejido edematoso, vasoconstricción y protección de ese tejido. Sin embargo, su uso prolongado puede ocasionar irritación ulterior. También es de uso común otro derivado del aluminio, el denominado "alumbre", que utilizan los barberos para detener los sangrados producidos por cortaduras de la piel por su acción vasoconstrictora.
Dado su uso generalizado y cotidiano, así como por la frecuencia cada vez más elevada de casos de hipertensión arterial, la absorción del aluminio y su efecto constrictor arteriolar, podría constituir uno de los múltiples factores de hipertensión arterial. E igualmente, por acción directa sobre el miocardio ventricular o por otro mecanismo no dilucidado, aumentar su excitabilidad y producir los latidos prematuros ventriculares.
Desde el punto de vista médico hay muy pocos informes que mencionen su acción patógena. Ward y col.(2) lo relacionan con la sarcoidosis pulmonar según estudios clínico y patológico del pulmón realizados en dos mujeres jóvenes que usaron en gran cantidad desodorante en su forma de aerosol. Posteriormente confirmaron experimentalmente en cobayos esta acción deletérea del desodorante en los pulmones de esos animales. Últimamente también se ha relacionado con la bronquitis crónica y el asma en trabajadores expuestos a atmósfera rica en aluminio.
Hasta hace treinta años aproximadamente se consideraba al aluminio como un metal pesado inocuo para el organismo humano (3), sin embargo, en los últimos años se ha relacionado con la producción de radicales libres de oxígeno (RLO)(4), con daño de la corteza cerebral por su acumulación y por ello con la demencia senil(5, 6). Esta relación patógena se ha visto como consecuencia de la diálisis crónica, con aparición de demencia aguda (convulsiones, afasia, muecas, parálisis y coma) y refractaria acompañada de osteomalacia intensa. El tratamiento en estos casos se realiza evitando el exceso de aluminio en la diálisis y empleando un quelante de aluminio (desferrioxamina)(6).
Otras confirmaciones de su patogenicidad son las siguientes hallazgos:
1. Enfermedad de Shaver, caracterizada por reacción pulmonar tóxica debido a la inhalación de polvo y humo que contengan 80 por ciento de óxido de aluminio y sílice(7).
2. Inflamación local del aparato digestivo por el uso de grandes dosis de aluminio (antiácidos que lo contengan) administradas por tiempo prolongado y por vía oral(6,8).
3. Osteomalacia adinámica resistente al tratamiento con 1.25 dihidroxivitamina D3(7,9).
4. Anemia microcítica(8).
5. Lesión renal y hepática irreversible a dosis tóxica (5 gr por kg)(1). Según Maynard(8), el aluminio está presente en el tejido humano normalmente hasta 0.1 mg por 100 gr de tejido fresco.
6. Obstrucción intestinal(10).
7. Enfermedad de Alzheimer(11,12,13).
8. Trastornos óseos y dentales(14).
9. Enfermedades en el feto(15).
10. Tumores cerebrales(16,17,18,19).
11. Enfermedades renales.
Fuentes de aluminio, además del desodorante, capaces de producir los efectos mencionados son:
1. Los antiácidos gástricos utilizados para combatir la acidez del medio y también para fijar los fosfatos en el tracto gastrointestinal con el fin de mantener una concentración sérica de fósforo normal y prevenir el hiperparatiroidismo.
2. Los envases de aluminio utilizados en la diálisis renal e intestinal (20). El aluminio propicia un alto grado de fijación a las proteínas del plasma, por lo cual los 60 a 90 litros de agua que se usan en cada diálisis renal deben ser sometidos al procedimiento de ósmosis inversa, con el fin de disminuir la concentración de aluminio a menos de 10 ng/ml.
3. Utensilios de aluminio para preparar o guardar alimentos o bebidas.
4. Conductos de aluminio para difundir el aire acondicionado.
5. El aluminio utilizado para clarificar la turbidez del agua ocasionada por el cloro, utilizado para la purificación del agua potable. Tahan y col. demostraron que el agua potable de Maracaibo (Venezuela) contiene una concentración de aluminio consistentemente más alta que los niveles aceptados internacionalmente, que es de 300 microgramos/l(21).
Todo indica que el aluminio debe evitarse en todas sus fuentes, por lo cual, en nuestra investigación respecto a una de ellas, el desodorante, que es causa de extrasistolia ventricular(22), es importante esta medida para evitar la mencionada arritmia. Como alternativas naturales para evitar el mal olor axilar hay varias opciones, originadas de la experiencia popular: hidróxido de magnesio (leche de magnesia), utilizado para las vías digestivas como antiácido y laxante, el bicarbonato (sal de sodio), el talco, etc. De éstas la que ha dado mejores resultados es el hidróxido de magnesio, que además de proteger del mal olor axilar actúa, como sal de magnesio que es, como antagonista del calcio. Su acción desodorante no se debe a su efecto antitranspirante o antisudoral como lo hace el aluminio, sino a la conversión del pH del medio axilar de ácido, por efecto del sudor, a alcalino, lo cual evita la destrucción bacteriana, y en consecuencia, el mal olor.

CONCLUSION
En este estudio de 1,500 casos de extrasistolia ventricular se demuestra que la omisión de los desodorantes que contienen aluminio, que son todos los procesados industrialmente en todas sus presentaciones, constituye una de sus principales causas. La omisión de dichos productos, como única medida, produjo la desaparición de la arritmia en el 76 por ciento de los casos. Y agregando uno o dos antiarrítmicos a baja dosis en el 24 por ciento restante, estas desaparecieron.
Los resultados favorables encontrados sucedieron al mes del tratamiento, y se mantuvieron hasta los seis meses en el 100 por ciento de ellos, únicamente evitando el desodorante industrializado. El mecanismo de acción de este efecto benéfico no se conoce, por lo cual se ameritan nuevas investigaciones experimentales para determinarlo y para determinar si también estos productos tan difundidos tienen inherencia en la génesis de la hipertensión arterial. Otros autores han descrito la relación del aluminio con otras enfermedades: renales, pulmonares, cerebrales y digestivas, lo cual indica que este producto no es inocuo al organismo humano.
Falta por determinar si tiene efecto local a tejidos vecinos (axila, mama), por acción de la retención de toxinas al bloquear la salida del sudor.



REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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