Hola Irene, ante todo siento muchísimo el fallecimiento de tu padre, y comprendo que te sientas abatida, pues, si ya de por sí, la pérdida de un padre es muy dura, mucho más lo debe de ser cuando se tiene con él, esa relación especial que describes.
Desgraciadamente, cualquier cosa que pudiese intentar decirte para animarte, sería una banalidad y un lugar común,
creo, y tal como he leído que te aconsejan, que sólo el tiempo logrará mitigar ese dolor que ahora sientes, y se encargará de dulcificarlo, haciéndolo en un principio más soportable y tiempo después, el dolor dejará paso a una serie de recuerdos, vivencias y consejos que te acompañarán siempre, y créeme, aunque ahora te parezca imposible, llegarás a sonreir, cuando alguna vez recuerdes muchas de las situaciones vividas junto a él.
En cuanto a lo de los problemas del negocio, entiendo que te sientas agobiada, procura encontrar a alguien próximo que pueda echarte una mano, hasta pasar los primeros meses.
No intentes solucionarlo todo "para ya", y piensa que todas las cosas y el trabajo también, tiene "un período de maduración", y que muchas veces un asunto que parece "irresoluble", y nos agobia, simplemente hay que dejarlo "reposar", y parece casi milagroso como al retomarlo, se encuentra la solución que, un día o dos atrás, nos parecía imposible.
Pago de nóminas-IVA y demás impuestos-Domiciliaciones de recibos- etc. etc. apóyate en la Entidad Financiera con la que trabajes, seguro que ellos podrán echarte una mano.
Entiendo que también te agobie el hecho de tener que hacerte cargo del desarrollo del negocio, de llevarlo hacia adelante, aunque piensa (y no sé que tipo de negocio es), que en los meses de verano casi todas las actividades se resienten, osea que toma estos meses como un "impass", como un punto de partida, tú misma ya verás cuando es el momento en el que de nuevo puedes "volcarte en él". Creo que necesitas un tiempo y ahora tu momento es más de intentar conservar que incrementar.
En cuanto a lo de "pensar que tus extras puedan tener....." VAMOS IRENE¡¡¡¡¡ eres lo suficientemente inteligente como para saber parar este "pensamiento catastrofista". Todo el mundo podemos tener una cierta predisposición genética hacia alguna enfermedad, aunque y para "desespero" de la Ciencia, la mayoría, seguro que moriremos de cualquier cosa a la que teóricamente no éramos candidatos...........ampliando así la predisposición genética para nuestros descendientes.
De ser todo ésto como una fórmula matemática, al nacer un niño, se la aplicarían, introducirían los datos en un programador y daría como resultado las enfermedades que iba a desarrollar durante su vida, en qué momento, y finalmente cuando y de qué moriría. Creo Irene que lo bello y al mismo tiempo inquietante de la Vida, es ese halo que la hace totalmente imprevisible.
Muchos ánimos, y cuenta conmigo para cualquier cosa que necesites. Un abrazo, y cuídate.

Manuel.

PD. Santy tiene mi email, puedes pedírselo con toda confianza.