esta tarde me ha dado por buscar cosas bonitas en el "baúl de los recuerdos de los foros de extrasistólicos", jaja. Esta es del amigo Bormas, un tipo genial que espero leer por aquí muy pronto.

"Érase una vez una extrasístole que deambulaba por el espacio, de estrella en estrella, de luna en luna, luna lunera... Sola y desnuda, sin protagonismo alguno en el infinito del espacio, decidió arriesgar su existencia aterrizando en nuestro planeta, y preguntó en donde podría residir, en donde podría instalarse para tener el calor que durante tanto tiempo no había podido disfrutar en el frio y oscuro firmamento. Un gracioso riñón le aconsejó: "Sí quieres un lugar para disfrutar de amor, calor y sentimiento, acércate ahí arriba, y te acomodas en un órgano que no deja de latir nunca, se llama corazón. -¿Corazón...?, me gusta el nombre, allá voy...
Y ahí que se instaló, y le gustó tanto el lugar y sus rios que no dejaban de fluir, que decidió quedarse para siempre, y para no aburrir al dueño de ese corazón, de cuando en cuando,le daba patadas, o lo abrazaba con tanta fuerza que no lo dejaba latir. Y así fueron aterrizando estos pequeños "cabroncetes" en corazones chilenos, mejicanos, argentinos, peruanos, brasileños, españoles, portugueses, nicaragüenses, italianos, franceses y todo el resto de corazones que formamos este foro. Cuando el corazón recibía una patada o un inmenso abrazo, se quejaba a su hermano el cerebro y este pensaba, pensaba, reflexionaba, se asustaba y al final, ordenaba a sus primas las piernas a dirigirse temblorosas al médico. Su tia, la voz, temblorosa tambien, preguntaba lo que su sobrino el cerebro masticaba sin poder tragar, pero todas las respuestas eran positivas: "El corazón está bien, te tomarás esto por la mañana y por la noche, y verás cómo en unos dias te sientes mejor...".
El cerebro no se acaba de fiar, pero el corazón notó que los abrazos eran menos frecuentes y las patadas también...
Pasaron los años, pasaron momentos mejores, peores, regulares... e irregulares, pero allí estaba aposentada nuestra amiga la extra, y allí se quedó, y pasaron navidades, inviernos, veranos, otoños, bautizos, comuniones, bodas, por desgracia entierros, sustos y alegrías, y allí estaba ella, el tiempo no pasa para ella, siempre joven, siempre dispuesta a darte un pequeño susto, dinámica, jovial, siempre dispuesta al patadón, al "abrazón"... ¿Y que podemos hacer...?. Aguantar; de cuando en cuando alimentarla con algún fármaco, con alguna terapia que asimile el cerebro y que adormezca al inquilino, alguna infusión o algún mensaje de este foro que la acojone y la regañe, y que la mantenga el máximo tiempo posible sentada en el ventrículo o tumbada en la aurícula...


Editado por santy (30/11/07 03:55 PM)