Juan Imedio (Presentador)
Me dirijo a todos vosotros con la esperanza de que mis palabras os animen a enfrentaros al vitíligo. Como un trastorno menor, porque es lo que realmente es.
Personalmente siempre me ayuda a considerar que no me provoca picores, mareos, dolores, etc... que sí condicionarían mi vida. Nadie me ha rechazado jamás por mis manchas.
Sí lo han hecho por ser maleducado, antihigiénico, prepotente, molesto o demasiado alto. No hice de ello motivo de preocupación.
Creo firmemente que alguna diferencia en el tono de mi piel en zonas muy concretas de mi cuerpo no me hacen ni mejor ni peor a los ojos de los demás.
Mis parejas no me dejaron por ello. No me echaron de ningún trabajo. No me han impedido entrar o salir en ningún recinto.
¡Ojalá que todo lo que yo tenga que soportar en la vida sean las incomodidades del vitíligo!
Sí, tengo vitíligo ¿y qué?
Un beso para todos.