Muchas y muchas personas en todo el mundo padecen de eritrofobia, miedo a ruborizarse.
Sin embargo debido a la excesiva timidez que sufren, no
lo comparten con sus familiares o amigos. Es un círculo vicioso
debido a que no lo pueden hablar abiertamente ante el temor de
no sentirse aceptados y continúan viviendo con ese sufrimiento.