No se trata de una intervención especialmente cruenta (con pérdida de sangre), por lo que el riego de precisar una transfusión es escaso.
Sin embargo, gracias a los avances analíticos de hoy en día, los riesgos de las transfusiones han disminuido notablemente, de forma que, si es preciso transfundir, se convierte en el menor de los riesgos.