El fin de semana pasado tuvimos un pequeño susto y es que la abuela por poco se queda por el camino. Habíamos ido todos al campo, para realizar una barbacoa, algo que acostumbramos a hacer cuando el tiempo es bueno. Ella es toda una fiestera y no se quiere perder ni una, algo que nosotros personalmente lo vemos muy bien, sin embargo, de buenas a primeras, empezó a perder color en la cara y tuvimos que llevarla en furgoneta hasta el hospital, que era el vehículo que teníamos más grande para que pudiera tumbarse y tomar algo de aire. Menos mal que todo fue un pequeño susto y que se ha recuperado, porque la verdad que ella es un pilar para nuestra familia.