[font:Century Gothic] Síntomas y evolución

Los síntomas son diferentes en cada persona y varían mucho en lo relativo a gravedad y duración; incluyen debilidad, hormigueo, entumecimiento, fatiga, descoordinación, alteraciones de la visión y del equilibrio, temblores, rigidez muscular (denominada espasticidad), lenguaje entrecortado, depresión, trastornos de la micción y defecación, disfunción sexual, alteraciones de la memoria y del razonamiento y parálisis parcial o completa. La evolución de la enfermedad es muy variable, y como en la mayor parte de las enfermedades crónicas e incapacitantes la esperanza de vida de los pacientes se encuentra relativamente disminuida con respecto a la de la población general.

La esclerosis múltiple comienza, a menudo, con un síntoma único leve, como visión borrosa u hormigueo en las piernas. En un gran número de enfermos los síntomas aparecen y desaparecen de manera imprevisible, por lo que es difícil prever como evolucionará la enfermedad. Mientras que algunas personas presentan una evolución que no altera de forma significativa su estilo de vida, otras sufren síntomas graves que pueden privarles de sus facultades físicas y mentales, de su medio de vida y de su independencia.

Existen cuatro formas reconocidas de esclerosis múltiple. En la forma recurrente-remitente, que afecta a la mayoría de las personas que padecen la enfermedad, la persona sufre un ataque de síntomas (brote) que desaparece de forma total o parcial hasta la siguiente recaída. Alrededor de la mitad de las personas con esta forma de la enfermedad desarrollan con posterioridad una forma de esclerosis múltiple secundariamente progresiva, que implica un empeoramiento progresivo de los síntomas al que pueden sumarse exacerbaciones ocasionales seguidas de recuperaciones parciales. La forma primariamente progresiva es menos frecuente y supone un empeoramiento continuo de la discapacidad desde el inicio de la enfermedad, con espasmos musculares dolorosos, incontinencia urinaria y con el tiempo parálisis. Otra forma menos habitual es la progresiva-recurrente, la cual se inicia con un cuadro de empeoramiento continuo de la discapacidad junto con exacerbaciones periódicas de los síntomas. [/font]
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