Hace un mes me eliminaron el frenillo con bisturí electrico, por lo que no hubo sangre ni suturas. A las tres semanas reanudé mis relaciones sexuales.
Experimenté una nueva sexualidad, mi prepucio se baja totalmente, sin torcer al glande y ya sin miedo a que se desgarre el frenillo durante el coito; además se facilita la higiene del glande.
Recomiendo ampliamente esta sencilla cirugía.