Hola a todos,

hay un tema que me tiene perpleja e intrigada, y no sé si debo indignarme un poco, conmigo misma y con la industria farmaceútica, una vez más. Comento levemente mis precedentes, para que se vea que quizás soy un poco "complicada" en lo que a pastillas se trata -no pretendo ser una paciente estándard en este aspecto, ni generalizar lo que me pasa a mí a otras personas-: he tenido cuadros de depresión en el pasado (último cuadro, y el más agudo, 2009, con un intento de suicidio un poco estúpido ocasionado parcialmente o más bien precipitado, creo yo, a parte de por la depre, por las benzodiacepinas que llevaba meses tomando y el antidepresivo que me prescribió la psiquiatra, que me hacían tener accesos de impulsividad como nunca antes y nunca después he tenido: salí de la depresión tras más de un año cuando abandoné toda medicación, dicho sea de paso), Síndrome Premenstrual muy marcado desde hace más de una década, y un leve/moderado Trastorno de Personalidad sin especificar que últimamente y con el tiempo cada vez iba a mejor: yo misma le dije a la psiquiatra que creía podía tener algunos síntomas bastante "suavizados" mezcla de borderline e histriónicos, y estuvo de acuerdo conmigo. El cuadro del transtorno de personalidad incluye, entre otras cosas: labilidad emocional (a veces extrema y volátil en cuestión de horas, pasando de la depresión y/o la apatía a la irritabilidad y angustia -soy muy nerviosa y ansiosa, o lo era más bien- y después a la hipomanía e incluso gran felicidad y excitación moderada muy agradable), hipersensibilidad en las relaciones interpersonales, según la racha o el momento, serios problemas adaptativos en el trabajo, idealización-devaluación (que comienza por mí misma, no tengo una auto-imagen estable), baja autoestima en general, hiper-perfeccionismo, incapacidad para tolerar la imagen negativa de mí misma en ciertas áreas, así como ciertos aspectos negativos de la vida, baja tolerancia a la frustración, llevo muy mal el rechazo de los demás, llevo muy mal las relaciones de pareja en general, emociones muy intensas que me superan y no sé manejar en ocasiones, frustración "vital", falta de voluntad, obsesiones, infantilismo en ciertas áreas emocionales, compulsividad con la comida -ya bastante controlada- y con los gastos -también muy controlada-... etc. Todo esto especialmente marcado en general en la semana previa a la menstruación. Los síntomas, casi todos, se han ido apaciguando notablemente con el tiempo (ahora mismo tengo 36 años). Algunos casi han desaparecido.

En el área de los medicamentos: reacciono muy mal, y cada vez peor de hecho, a las benzodiacepinas (a parte de una marcada tolerancia con el tiempo, lógica, siento irritabilidad y disforia si tomo BZD más de un día seguido, mayor labilidad emocional, reacciones inesperadas que me sorprenden a mí misma, reacciones que noto como "ajenas" a mí, las vivo con perplejidad. Impulsividad, y un efecto rebote bastante importante cuando pasa el efecto, que cada vez es menos tiempo. También me bajan mucho el ánimo luego de tomarlas solo uno o dos días. Amnesia. Sólo las tomaba ya un día, de forma discontinuada y muy de cuando en cuando, sólo cuando estaba de verdad nerviosa y agitada: no podía tomarlas dos días seguidos, ni en dosis elevadas, porque me daba la depre, el bajón, la disforia, la irritabiliad y todo... Y últimamente ya ni eso puedo tomar, porque incluso me aparecen síntomas estomacales y físicos, con náuseas y malestar general, muy desagradable, incluso con dosis muy reducidas en una sola toma. Todo esto no me pasaba al principio -empecé a tomarlas a los 20 años, me relajaban y calmaban la ansiedad de forma efectiva -pero nunca me han producido dependencia, creo que es lo único que no me han producido, milagrosamente-, luego estuve muchos años sin tomarlas y volví a ellas a raíz, primero de insomnio en el 2007, luego de la ansiedad del 2008-2009, baja por depresión del 2009 y demás, todo lo cual culminó con ese intento suicida que comentaba. Creo que en general solo sirvieron para empeorar la depresión. He probado distintas BZD y todas parecen irme cada vez peor. Después de abandonar el tratamiento sistemático en el 2009 las tomé muy ocasionalmente, como dije. Cada vez con peores resultados aunque hubieran pasado meses entre dos tomas. Ahora mismo las he abandonado por completo y creo que la última vez que tomé alguna de forma muy ocasional fue hace diez meses-un año. A parte de esto he tomado antidepresivos durante seis meses en el 2009 como he dicho ya, y tampoco he reaccionado bien. Hasta tal punto todo esto es así, que he descartado ya definitivamente, ahora y en el futuro, cualquier fármaco psicoactivo de cualquier tipo, porque no me van bien en general. No digo que esto ocurra siempre, solo comento mi experiencia. Como digo, ya no puedo tomarme ni una BZD una sola vez, una sola toma, porque me afecta mucho, ya de entrada, al estómago, y los posibles efectos sedantes -cada vez menores, por no decir ya casi inexistentes-, tienen luego un alto coste con el efecto rebote y todos los síntomas psicológicos comentados, claramente ligados a la toma de estos medicamentos psicoactivos.

Al tema: como no quiero-puedo tomar BZD ni otros sedantes (también he tomado pastillas para dormir en el pasado, no basadas en BZD, pero al poco de tomarlas dejaban de hacerme efecto), y tengo un sueño bastante irregular en ciertas épocas, se me ocurrió hace unos pocos meses probar algo que nunca antes había probado: Dormidina, tan publicitada.

Pensaba que no me iba a hacer efecto alguno al estar mi organismo acostumbrado a las BZD, en teoría más fuertes. Aunque tengan mecanismos de actuación diferentes, mi intuición era esta, y la farmaceútica me dio la razón. Me informé un poco y averigüé con asombro que se trata de un antihistamínico... pero lo poco que leí entonces, junto con el prospecto, y lo que me dijo la farmaceútica, parecía todo dar a entender que era un "medicamento" muy seguro, con escasos efectos secundarios (tal vez dificultades respiratorias en pacientes con patologías asociadas, que no es mi caso, y anorgasmia), muy difícil de llegar a la intoxicación, o sea, muy poco tóxico, y, entendí no sé por qué, sin efectos sobre el SNC, que es mi "punto débil". Así que persuadida no sé muy bien por qué de que no se trataba de un depresor del SNC (cosa que no es cierta), con muy baja toxicidad y escasos por no decir casi nulos efectos secundarios, las tomé con "alegría".

Quizás con excesiva alegría, debo decir. Como estaba acostumbrada a fármacos que entendí "más fuertes", como he dicho, comencé con una dosis alta porque aquella noche necesitaba dormir sí o sí: cuatro pastillas. Sé que puede sonar a burrada, pero pensé que realmente era prácticamente inocuo, que en mi caso de tolerancia a las BZD era más inocuo aún y además los medicamentos sin receta médica deben tener un amplísimo margen de seguridad... Lo cierto es que me fue fenomenal, mucho mejor que nada de lo que he probado en mi vida -a excepción del Trankimazín la primera vez que lo tomé-: a la media hora estaba súper relajada, dormí diez horas del tirón, como hacía años que no dormía, y al día siguiente, fresca como una lechuga, nada del efecto "colocón" de las primeras, ya muy lejanas, tomas de Trankimazín, ni somnolencia, ni nada de nada. La noche siguiente no me tomé nada y descansé igual de bien. A las dos noches, me tomé solo dos. Perfecto.

El único problema inicial: a la semana de tomar día sí/día no dos pastillitas, ya no me hacían efecto. Vi que esto podía ser lo habitual y comprendí que era el precio a pagar (todo tiene un precio, y más si de pastillas hablamos). No hay nada perfecto y que dure para siempre...

El caso es que creí haber encontrado la medida y me resigné a que era una solución, como dicen en los anuncios, "para el insomnio ocasional". Así que dejé de tomarlas dos semanas y volví a tomarme cuatro pastillas: perfecto, otra vez volvía a hacerme efecto. Luego tomaba solo una o dos pastillas, a la noche siguiente o a las dos noches. De esta forma preservaba sus efectos. Así comencé a tomarlas solo una vez o dos cada quince días, cada semana como mucho, cuando realmente lo necesitaba. Eso sí, cada vez me tomaba, bien cuatro, bien dos pastillas, dependiendo. Pero nunca volví a tomar tres noches seguidas, por ejemplo. Hasta hace poco.

Pensaba que había encontrado la pastilla ideal para dormir, aunque solo pudiera tomarla una vez o dos cada semana/cada quince días. Al menos esto me permitía descansar periódicamente y regular más o menos mi ciclo de sueño cuando al día siguiente necesito madrugar (estoy haciendo una Tesis, trabajo mucho por las noches, pero de vez en cuando necesito dormirme a las 11 de la noche y levantarme a las 6 o las 7 de la mañana. No lo consigo si no es con Dormidina).

A todo esto, debo decir que en el último medio año he estado muy bien de ánimo en general, muy tranquila, relajada, sin las ansiedades que me han acompañado toda mi vida, y sin los días depresivos... La depresión continuada que sufrí en el 2009 y los accesos de ansiedad que he padecido hasta hace no mucho, parecían cosas del pasado. Estaba más estable y centrada que nunca. Algún día un poco más "chuchurrío" de lo normal, como puede tenerlo todo el mundo. Nada exagerado como me solía pasar a mí. Todo iba fenomenal, en el trabajo, con las relaciones interpersonales en general, conmigo misma... Paz, tranquilidad... Ya no tenía "subidones" de ánimo, es lo malo, pero sí mucha tranquilidad y nada de bajones en general. Ya venía en el último año estando mucho mejor que antes, pero tuve algún problema de ansiedad a principios de 2010, por eso hablo de los últimos seis meses como mejor referencia para mí.

Ahora bien: llevaba tomando la Dormidina varios meses de forma esporádica cuando en el último mes, más o menos con la llegada del otoño, volví a sentir algunos síntomas, en cierta medida leves, pero que yo conocía muy bien, y me retrotraían a épocas pasadas... un ánimo especialmente bajo, ciertos pensamientos negativos, incluso alguna peregrina y desganada idea suicida (no muy duradera ni consistente). Cierto pesimismo que no es habitual en mí, cierta desesperanza... Lo achacaba a "esto", a "aquello", a obsesiones mías que tienden a dificultarme la vida, a dificultades normales en la Tesis (mucho menores que antes, he de decir), a miedo a mi futuro laboral, a ciertos miedos y dudas que se plantean casi todas las mujeres a llegar a cierta edad sin haber tenido hijos, a mi orientación profesional/personal y una serie de planteamientos vitales y decisiones que he de tomar de aquí a poco, algunos muy razonables y otros más relacionados con cuestiones mías no superadas aún, que me hago a mí misma desde hace un tiempo y que me preocupan, algunos de los cuales estuvieron relacionados con mi depresión de antaño, aunque esta iba mucho más allá. No sé, preocupaciones más o menos legítimas... No quise darle importancia, pensaba y pienso que tengo que aprender a convivir con ciertos "ciclos bajos", que es algo inherente más o menos a mi personalidad, y que saldría adelante con fuerza de voluntad y centrándome en las ganas de vivir y en todas las responsabilidades que tengo que acometer en los próximos meses.

Pero estos síntomas se han agravado enormemente en las dos últimas semanas y llevo ya quince días muy mal sin causa aparente. Tan mal, que empiezo a tener mucho miedo de volver a caer en ese pozo sin fondo, sin esperanza, sin sentimientos y lleno de oscuridad y vacío en el que estuve inmersa hace dos años. Precisamente ahora, cuando mejor comenzaba a estar en varios sentidos. Es cierto que tuve una pequeña recaída el verano pasado, en 2010, motivada por un acontecimiento externo que me superó (y que no debía haberme superado), pero lo manejé relativamente bien, aquello no me ocasionó nada parecido a lo que estoy pasando ahora, lo superé... y ahora es mucho peor y no hay ningún "acontecimiento externo", o si hay algún motivo de preocupación y estrés, cada vez están estos motivos más desligados en mi conciencia de mi estado de ánimo bajo.

¿Cuál es la cuestión? Que llevo días sospechando de la Dormidida... porque casualmente desde hace un mes y con el comienzo claro de los síntomas depresivos continuados he aumentado ligeramente su frecuencia, y justo desde hace quince días, que me encuentro tan baja de ánimo, tan mal y con ideas tan pesimistas y oscuras, he empezado a tomarla de forma casi sistemática casi todos los días, con uno o dos de descanso entre tomas muy frecuentes. O sea, justo al revés que antes, cuando tomaba un día y descansaba siete. ¿Por qué he hecho esta inversión? Una serie de circunstancias han modificado mis horarios temporalmente... y debido al hecho de que ¡¡¡ahora sí parece hacerme efecto la Dormidina todos los días!!! Me tomo una/dos pastillas por noche, alguna noche me tomo tres o cuatro, pero son las menos. ¿Los síntomas? Me hace efecto todas las noches, no de forma tan espectacular como al principio (literalmente me tumbaban a la media hora, pero con una sensación muy agradable), pero me hacen efecto todas las noches. Pero me cuesta mucho más despertarme. No tengo somnolencia al día siguiente, o no claramente, pero noto cierto cansancio, aunque no todos los días.

Y ciertamente... lo que sí noto es el comienzo de una depresión galopante bastante gorda. Hoy estoy más animada y me he decidido a escribir esto. Pero en general estoy mal, la verdad, como hacía eones que no recordaba estar. No quiero ni mirarme al espejo, me da pereza elegir la ropa que ponerme, no quiero ni pensar en ello, no quiero salir de la cama (aunque no me queda más remedio). No quiero salir con mis amigos, de hecho ya no salgo, no me apetece ver a nadie en general, ideas negras y pesimistas respecto a todo, mal humor latente todo el tiempo, desgana, apatía muy fuerte, el trabajo se vuelve a hacer un mundo para mí, justo cuando mejor iba, a veces todo me da igual pero nada me da igual y tengo fuertes sentimientos de desesperanza respecto al futuro, es como si todo sólo pudiera ir a peor, imagen muy negativa de mí misma, mi autoestima está peor que nunca (cuando ciertos cambios me habían hecho recuperar parte de ella), todo me molesta o me aflige, me siento como "amargada", sentimiento muy fuerte que tuve durante el 2008 y durante el 2009, cuando peor estuve...

He contado toda mi historia para que se vea que no es la primera vez que me pasa, que tengo ciertos problemas internos latentes, que esto puede ser una recaída, tan frecuente en estos casos. Y no quiero decir que no haya ciertos hechos externos que me preocupen o me presionen en cierta medida. Pero desde hace una semana vengo sospechando fuertemente de la Dormidina, es como si "mi cuerpo" supiera que la causa última de un estado de tono tannnn bajo es por ella. Pero he preguntado a varios farmaceúticos y todos me dicen "imposible, es sólo un antihistamínico, apenas tiene efectos secundarios, será el otoño, no le des más vueltas, la Dormidina imposible que cause síntomas depresivos". Insisto y pregunto si incluso con dosis muy elevadas de dos a cuatro pastillas por noche, durante varios días... "no, no, es un antihistamínico..." He buscado por Internet anteriormente, pero con escasos resultados.

Pero al fin y al cabo, hoy me he "dado cuenta" de que no deja de ser un depresor del SNC. Mi pregunta es: ¿puede la Doxilamina, antihistamínico de primera generación, causar, precipitar, agudizar o motivar una depresión o un estado de ánimo bajo en alguien con predisposición como yo, con un historial de mala tolerancia y malas experiencias en ese sentido con otros tranquilizantes como las BZD por ejemplo, en un momento en el que estés más bajita o ma´s vulnerable (no digo que toda la culpa sea de la Dormidina) y abusando de ella como vengo haciendo especialmente en los últimos quince días? No le echo toda la culpa a la Dormidina, insisto, yo tengo cierta predisposición y es posible que yo misma esté atravesando unos días un poco más vulnerables, por causas externas e internas, por decirlo así, y he tenido episodios depresivos más o menos breves reactivos en el pasado, que yo no podía conectar con la causa inicial a priori, pero "siento", a pesar de todo lo que me digan los farmaceúticos y a pesar de no haber podido encontrar ningún precedente en lo poco que he leído, y a pesar de mis precedentes y mi historial, que la Dormidina, tomada de forma continuada y con cierto abuso, es el factor clave que me "hunde" ahora mismo. Literalmente.

Ya sé que lo primero que me diréis es que no debo tomarme dos, ni cuatro pastillas de Dormidina por mucho que lo haga de forma periódica, que al fin y al cabo es un medicamento, y que el prospecto está para algo, etc. Pero la cuestión no es esa, o no "solo": si tiene efectos secundarios por sobre-medicación, un abuso de la sustancia debería producir esos efectos secundarios, y no otros que no están contemplados ni remotamente, al parecer. A mí no me ha producido ninguno de los efectos secundarios descritos en el prospecto. Y "todos" (farmaceúticos) parecen afirmar que la depresión nunca puede ser agudizada, precipitada, motivada, inducida o agravada en modo alguno, ni influida siquiera, por un uso o un abuso de Dormidina...

Y yo creo (o más bien lo que pregunto aquí) que esto es simplemente falso. He llegado a esta casi-conclusión esta misma noche cuando, entre otras cosas, he descubierto que su intoxicación puede provocar un síndrome anticolinérgico (no es lo que me pasa a mí, pero al fin y al cabo es un síndrome asociado con otros tranquilizantes). Ni que decir tiene que no voy a volver a tomarla al menos en un mes. Dentro de quince días os contaré si he notado algo, o no, en mi estado de ánimo al abandonarla. Es posible que no, o es posible que en tal caso dicha mejoría no tuviera que ver necesariamente con la Dormidina... Pero a día de hoy creo que el sentido común puede indicar que en ciertas personas con cierta predisposición personal y sobre todo susceptibles por el motivo que sea a los depresores del SNC, y al fin y al cabo la Dormidina lo es, por más que digan "es un antihistamínico..." (pero afecta al SNC!!! no sé cómo fui tan estúpida de creer que no me afectaría en absoluto), como yo, pueden tener malas experiencias con esta droga si la creen completamente inocua, como casi nos hace creer la publicidad, el prospecto... y algunos farmaceúticos.

No lo es. Es un depresor del SNC. Ya sé que he hecho un mal uso del sentido común, pero la seguridad de los profesionales consultados era tan grande, que a día de hoy sigo perpleja al respecto. A lo mejor soy yo la equivocada. Por eso... por favor, cualquier comentario, consejo o experiencia previa con Dormidina/depresión, será muy bienvenido. Así como cualquier consecuencia de un abuso de la misma, al margen de sus efectos como depresor.

Muchas gracias. Perdón por la extensión, creí que debía presentar mis antecedentes lo más detallados posible. Sé que en pacientes diagnosticados con TPL -así como adolescentes y ciertas personalidades- no es infrecuente una mala reacción a las BZD por ejemplo, con efectos paradójicos como en mi caso, cosa que no es tan frecuente en la población en general, por lo que se ve. No sé si esta mala reacción a los fármacos psicoactivos tiene que ver o podría tener que ver con una mala predisposición a los relajantes tipo antihistamínicos de primera generación con un cierto uso continuado o un cierto abuso. De todas formas creo que cualquier depresor del SNC puede agudizar o precipitar depresiones, al menos latentes, en muchas personas, si se toman de forma continuada. ¿Es esto así? Y creo que si esto es así, también debería indicarse muy claramente en el prospecto de la Dormidina, por ejemplo. De ser así, y de haber venido indicado en el prospecto, no se me hubiera ocurrido, ni tomar más de una pastilla, ni tomarlas por más de una noche o dos cada cierto tiempo.

MUchas gracias de nuevo.