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Publicado por: doctorjhs
Asunto: Re: . . Patiens, paciente, patientis... IIa. Parte.

Patients,paciente, patiens,patientis ... 2da Parte

Implicaciones Bioéticas de los términos : Paciente, patiens, curantis II. Parte.


Ya se dieron cuenta que utilizaremos practicamente todo el resumen de la Dra Dorr, para fundamentar nuestras argumentaciones:

Dörr A .Anneliese Acerca de la comunicación médico-paciente desde una perspectiva histórica y antropológica. Rev Méd Chile 2004; 132: 1431-1436.

Resumen:

Agreguemos algo al resumen anterior e introduzcamos un nuevo término:
Vista la crisis de los modelos utilitaristas,contractualistas, de relación medico paciente, los autores proponen una relación nueva, enmarcada en el modelo bioético personalista, y proponen introducir nuevos términos para definir al paciente:
Cur-antis, San-antis.
Presentan una serie de consideraciones y argumentaciones, para justificar su introducción,desde la perspectiva de una antropología que persigue el bien de la persona, de un personalismo ontologicamente fundamentado, donde se reconoce una dimensión ética y espiritual de la salud.
Los autores proponen establecer un nuevo modelo de relación médico paciente que tiene en cuenta la ética de la virtud , el principio de sacralidad de la vida , de dignidad de la persona humana y los trascendentales, fundamentales para la comprensión de la concepción personalista de relación Médico-Paciente.

Volvamos al resumen de la Dra Dorr:

El Cristianismo y la relación médico-paciente :
" Desde el seno mismo de la concepción cristiana de la vida, la relación entre médico y enfermo había de ser entendida como un acto de amor.
Para un médico cristiano, diagnosticar y tratar al enfermo debe ser expresión y consecuencia de un amor previo al conocimiento técnico y a la prescripción de fármacos1.

Esta forma de amor humano posee una consistencia religiosa y metafísica derivada de los mandamientos del Nuevo Testamento: Ama a tu prójimo como a ti mismo, y Ama a tu prójimo como si este fuera Jesucristo. Ejemplo de esta nueva forma de amor es la parábola del buen samaritano: sin preguntar quién es el caminante herido, si samaritano, israelita o gentil, pobre o rico, el buen samaritano procede a curar sus heridas, a regalarle dinero y ropas y a ofrecerle su compañía; y todo esto, sin pedir nada a cambio! A diferencia de la phillia y del eros griego, demasiado cogidos por el qué del otro, por la belleza física o la virtud espiritual, en el amor cristiano ser es lo que lo importa el quién, vale decir, el que sea una persona única, hecha a imagen y semejanza de Dios: un prójimo1.
En síntesis, el Cristianismo introduce a la relación médico-enfermo dos conceptos fundamentales y revolucionarios: el amor y la igualdad.



Sigamos con algunas consideraciones de la Dra Dorr apoyadas en las del gran maestro español Pedro Lain Entralgo :
La relación médica en la sociedad moderna secularizada
El hombre occidental secularizado es aquel que para orientar su vida se atiene exclusivamente a las posibilidades y recursos de su propia naturaleza; a sus propios impulsos, su propia razón, su propia voluntad. Es decir, cuando elimina de su existencia histórica todo lo que sea o pretenda ser sobrenatural o revelado1.
Las revoluciones político-sociales del mundo moderno acogieron la idea de que el orden político y social vigente en Europa desde la Edad Media hasta 1789 (Revolución Francesa) no era justo ni natural. Esta transformación política y social tiene consecuencias para la relación médico-enfermo:
1. Se pasa de una entrega del propio cuerpo, más o menos confiada y sin condiciones, a una presentación del cuerpo al médico, con conciencia del derecho que se tiene a la asistencia por recibir. Por lo tanto, la ayuda médica deja de ser pura beneficencia y adquiere un matiz contractual.
2. De una apelación limitada al médico (es decir, antes se recurría a este sólo en casos de extrema gravedad) se pasa a una exigencia de asistencia para toda dolencia posible.
En el aspecto clínico el enfermo se rebela de manera más sutil. Protesta contra el hecho de que, siendo una persona dotada de inteligencia, intimidad y libertad, se le trate tecnicamente cuando esta enfermo, es decir como un objeto.
Al mismo tiempo surgió a fines del siglo XIX el fenómeno de la neurosis, en que se contempla la posibilidad de que el sujeto enferme psiquicamente como producto de un estres social. Ya no se dispone de un sistema firme de creencias que permita soportar cualquier situación sin repercusiones psíquicas. Es así como con Freud y su teoría sobre las neurosis, se introduce al sujeto en la medicina. Hasta ahí , el tratamiento del enfermo psíquico era compasivo o consolador, no técnico1.
Frente a esta realidad en que nos encontramos, y de la cual somos parte, puesto que tal como dice Hegel nadie puede saltar por encima de su tiempo, es que reflexionamos sobre las repercusiones que ha tenido esta nueva era o tiempo en la relación médico-paciente, específicamente en la comunicación entre ambos.
Actualmente vivimos en una sociedad secularizada en la que el hombre ya no se sostiene en creencias religiosas y, por ende, no ve la enfermedad como una fatalidad que deba simplemente aceptar como la voluntad de Dios. Es por esto que hoy en día el paciente tampoco acepta sin objeción ni crítica la voluntad del médico. Este cambio ha surgido paulatinamente. Vimos como en el siglo XIX y a partir de Freud surgió la posibilidad de que el sujeto enfermase psíquicamente producto de un stress social, tomndose a este no como un objeto sino como una persona.



Paradojicamente esta introducción en la relación médico-paciente de una visión del enfermo como persona y no como objeto, se ha ido perdiendo en el último tiempo. La nueva era de la tecnologización extrema, que se ha denominado postmodernidad, ha traído consecuencias insospechadas en la comunicación médico-paciente y, por ende, en la relación que surge entre ambos.
Si antes existía una suerte de amistad particular con un conocimiento acabado de la naturaleza general y particular del hombre, hoy esta relación se caracteriza por estar constituida por un médico que esta relegado al rol de experto en indicación y manejo de técnicas, quedando fuera del campo los afectos. Se recurre a la disociación afectiva, al discurso distante, al recorte de toda información, al dominio y control de toda implicancia emocional. Incluso la pasión por asistir que sería lo más constitutivo de la vocación médica, también se ha visto afectada en los últimos tiempos. Es en este sentido que el sociólogo Gilles Lipovetsky postula que el consumo de masa ha transformado nuestro modo de vida. Refuerza el deseo de bienestar individual a la vez que destruye las grandes pasiones en torno a revoluciones, idealismos y, por ende, vocaciones.
Este hecho ha llevado a que, en 1993, la Organización Mundial de la Salud6 señalase la relevancia que tiene la asistencia mas personalizada en la práctica médica. Para ello enfatiza la importancia de la entrevista como base de la práctica clínica, en donde el desarrollo de habilidades y destrezas comunicacionales genera una serie de beneficios que facilitan el buen diagnóstico y mejoran la calidad de la relación médico-paciente.
Características permanentes de la relación médico-paciente a través del tiempo
Como ya vimos, la relación médico-paciente ha tenido distintas modalidades en diferentes culturas y pocas, pero su rasgo esencial, es decir, el encuentro entre el que busca ayuda y el que puede proporcionarsela, se mantiene incolume en el tiempo. Esta relación incluye todo lo que acontece antes y después de ese encuentro y su efecto sobre los actores de la relación y el curso de la enfermedad7.
Goic describe tres hechos fundamentales y permanentes que caracterizan el encuentro del médico con su paciente7:
1. Es un acto libre basado en la confianza en el médico, tanto en su honorabilidad como en su capacidad profesional.
2. Transcurre en la intimidad de la consulta, a la cual habitualmente no tienen acceso otros actores que no sean el médico y su paciente. La transgresión de la confidencialidad, provocaría un quiebre irremediable de la confianza que el paciente depositó en su médico.
3. Constituye un acto basado en la confianza mutua: la del enfermo en la integridad e idoneidad del médico y la de este, en la voluntad del enfermo de colaborar en su recuperación para reintegrarse a su labor en la sociedad.
Por lo tanto, libertad, intimidad y confianza, son los elementos esenciales y constitutivos del acto médico.
Siempre que hablamos de relación médico-paciente, estamos también aludiendo a la comunicación. El cómo se miran, cómo se hablan y se escuchan, pueden ser fuente, cauce y resultado de la amistad que se establezca entre ambos, como también ser un factor determinante en el diagnóstico y tratamiento a seguir. La mirada, la palabra y el silencio, la exploración manual y la exploración instrumental son constitutivos de la relación médico-paciente1.
El médico y el paciente se relacionan a partir de un encuentro y una conversación, que no es una conversación cualquiera, sino que estructurada y con objetivos precisos. Esta conversación es la entrevista médica, que se caracteriza por ser técnica, puesto que persigue un objetivo preciso: obtener en un tiempo razonable el máximo de información relevante para así tener claro el diagnóstico.
El enfermo que acude al médico, siempre, en mayor o menor grado, es un ser angustiado, puesto que no sabe con certeza la naturaleza y pronóstico de su mal. El rol del médico es contribuir a aliviar esa angustia y no acentuarla por actitudes inconvenientes, lo cual sería iatrogenia. El médico debe ser prudente en lo que dice, y tener control sobre sus expresiones no verbales: nunca expresar asombro o alarma ante un síntoma o situación que relata el enfermo ante un hallazgo grave en el examen físico, ni tampoco reprocharle o escandalizarse por una confidencia del enfermo7.
Finalmente y respecto al escuchar, pilar central de la comunicación, es necesario señalar que el hablar efectivo sólo se logra cuando sigue a un escuchar efectivo. La habilidad de escuchar al otro determinará en gran medida cómo se va a desarrollar esta comunicación. Desarrollar nuestra capacidad de atender y escuchar es tan importante y puede ser tan difcil como desarrollar la habilidad de expresión8.
Muchas veces no verificamos si el sentido de lo que escuchamos corresponde a aquel que le da la persona que habla. Es por ello que gran parte de los problemas de la comunicación surgen porque las personas no se dan cuenta de que el escuchar difiere del hablar.
Escuchar no es lo mismo que oir. Oir es un fenómeno biológico relacionado con la capacidad de distinguir sonidos en nuestra interacción con el medio. Por su parte, el escuchar tiene raíz biológica y descansa en el oir, pero pertenece al dominio del lenguaje y se constituye en nuestras interacciones con los demós. El acto de escuchar implica comprensión y, por lo tanto interpretación. En síntesis, podría decirse que escuchar es oir más interpretar. De esta manera vemos cómo el escuchar es siempre activo. No somos receptores pasivos, cuando escuchamos construimos historias y atribuimos sentido a lo que el otro dice8.
Por lo tanto, para contrarrestar en cierto modo los efectos nocivos que la posmodernidad ha tenido en las relaciones humanas en general, y por consecuencia en la que se da entre el médico y el paciente, es que se hace necesario no olvidar que dicho encuentro tiene siempre un aspecto personal. El médico debe darse tiempo, detenerse y ser receptivo a lo que expresa la otra persona tanto verbal como no verbalmente. Demostrar interés en la otra persona, en lo que le esta pasando y lo que siente es parte fundamental de una comunicación empática, y determinará la relación entre el médico y el enfermo.
Despues de las Magistrales disertaciones , quiero volver a la Relación Medico - Paciente:
Resumir en una tabla la manera en que nosotros como actores del siglo XXI " medicos nos planteamos la relación " usando los modelos analógicos a saber:

Modelo analógico:
Biología aplicada… Científico
Contrato servicio….. Hombre de negocios
Medio de subsistencia.. Hombre de negocios
Reparar el cuerpo… Mecánica
Medio para ganar…. Entrepreneur
Pacto sagrado ………. Hieriática, religiosa
Proletaria ……… Empleado
Agente de sociedad …. Burócrata


Estos modelos contrastan con el paternalismo clásico hipocrático.


Es apropiado recordar que la Relación Médico - Paciente siempre fue considerada: sui géneris.
La Real Academia Española nos dice que la expresión latina significa: de su especie o su género. Y que se usa en español para denotar que la cosa a la que se aplica es de un género o especie muy particular, excepcional , singular. La profesión médica …relación médico paciente son sui géneris.


La fig 2 resume algunos aspectos de este modelo que debemos tener en cuento al analizar el modelo americano principialista y el modelo bioético personalista, abierto a lo trascendente.

Modelo sui géneris:

Relación definida por la naturaleza de la enfermedad y la cura.
La promesa de beneficiencia, autonegación, fidelidad en frente de la enfermedad.


Introduzcamos un término Curantis, Curo, curar: examinando sus origenes , usos y etimología.

Curar
Curo: curo, curas, curavi, curatum, curare .
curo ut proveer algo (loc).
Curar, tomarse algo a pecho, aver a cuore (loc.). Administrar, buscar, medicare ( darle medicamentos ), dirigir, procurar , obsequiar.
Participio presente: curans -antis.
Futuro: curaturus, -a, -um . Supino: curatum.
Imperativo presente: I sing. Cura. II plur. curate.
Gerundio : Genitivo: curandi . Dativo: curando. Accusativo: ad curandum. Ablativo: curando.

Después de estas consideraciones, creo que estamos listos para iniciar a escribir la tercera parte…

Tal vez esta noche y la de el miércoles sean propicias ……. Hasta pronto ……



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