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Publicado por: Anonimo
Asunto: Re: AUTISMO Y CRISIS

AUTISMO Y CRISIS

EN EL OJO DE LA TORMENTA



Tal vez lo que más desequilibra a las familias y especialistas relacionados con el autismo y su espectro, es el observar aquel rostro angelical e inexpresivo de las personas que lo sufren, tornarse súbitamente y muchas veces sin causa aparente o por una pequeña negativa, en un rostro lleno de ira, en una mirada llena de furia que acompañada de actos de agresión y violencia nos presenta detrás de el a una persona incontrolable y muchas veces peligrosa.



Pero, ¿qué esconde aquella explosión de energía negativa y casi siempre violenta que deja al niño, adolescente o adulto desgastado, confundido, arrepentido cuando termina y a sus familias atemorizadas, descorazonadas y a los especialistas golpeados profesionalmente e inclusive físicamente?



Intentemos con ejemplos ir abordando la realidad de las crisis.



a) Cati es un niña de preciosa de 4 años, tiene lenguaje y su comportamiento es dulce y colaborador, si bien su nivel cognitivo va mejorando con la terapia y su desenvolvimiento en grupo mejora cada día, su trastorno se determina únicamente por falta de atención e hiperactividad.

Esa mañana llega mas juguetona y feliz que de costumbre, hace las tareas en clase y se le pide asistir a la fiesta de cumpleaños que hay en el patio, pero Cati desea seguir con una actividad que ya había finalizado.

Repentinamente Cati ante la segunda petición cambia, sus ojos se desorbitan y enrojecen, su rostro se tensa y su mandíbula se contrae toma la silla y la vuelca sobre la mesa, se tira al piso, grita, patea, intenta agredir, la especialista la toma con cariño y le dice que se quedará en clase, Nati llora y permanece varios minutos nerviosa. Luego se tranquiliza, cambia de actividad, se le va acercando poco a poco a la fiesta hasta que vuelva a recuperar el control y termina sentada con los demás niños sonriendo y disfrutando.



b) Alex tiene 12 años, es un joven colaborador aunque rebelde, tiene un nivel cognitivo muy alto pero su lenguaje solo funciona con vocales, igualmente se hace entender y puede explicar lo que le sucede.

Le encanta su entrenamiento deportivo y acude con mucha ilusión, al llegar a clase corre a abrazar a su mejor amigo, el cual se encuentra ocupado y no puede darle la atención que Alex espera, se acerca al grupo, su rostro es tenso, esta sudoroso y sus movimientos se tornan más torpes, empieza a hacer ruido, desobedece y quiere llamar la atención, su entrenador lo envía al baño para que se lave la cara y se tranquilice. En el baño Alex patea los tachos y dispersa los papeles sucios por todo el recinto, rompe un espejo, cuando intentan tranquilizarlo, muerde patea, grita, sus músculos se contraen y se tornan rígidos, corre desordenadamente y sus pies se curvan hacia dentro, tropieza varias veces y no escucha lo que se le dice.

Un voluntario interviene, lo retira del recinto, le habla, caminan un momento, respira, toma un poco de líquido y luego se tranquiliza y retoma su rutina.



c) Percy tiene 10 años, está paseando con unos amigos, todos están alegres y sonriendo, se dirigen por el camino de siempre, pero hay una área que esta cerrada al paso, se cambia de camino, Percy intenta seguir por su ruta de siempre, se le explica y enseña las obras y el nuevo camino, Percy se muerde la mano mirando fijamente y mostrando como va desgarrando la piel con sus dientes, su mirada es fija y los músculos del cuello se contraen, suda mucho, en un momento Percy salta y se golpea la cabeza contra el pavimento y no se consigue volverlo a equilibrar (sus amigos no eran especialistas en autismo y optaron por regresarlo a su casa y no volverlo a invitar).

d) Hernán tiene 25 años, esta haciendo ejercicios, se incrementa la intensidad y el se siente fatigado, grita y no se le presta atención, se muerde la mano, grita y se agrede, intentan evitar que se dañe inmovilizándolo, su fuerza y agresividad se vuelca contra los otros, uno de los voluntarios acaba en la clínica con una fractura.

e) María tiene 19 años es voluntariosa y obsesiva, quiere hacer su voluntad y no tiene tolerancia a la frustración. Ese día llega muy conversadora y alterada, moviéndose de un lugar al otro, con poca atención, con ideas fijas, ante una orden se desequilibra grita, arremete, golpea los muebles, se tira de los cabellos, no logran controlarla y sus padres la llevan a un centro médico donde la toman entre tres enfermeros, le colocan una camisa de fuerzas y la sedan con diazepan durante varios días. Al salir María no reconocía al resto, no podía desenvolverse, tenía problemas para hablar, atender y seguir sus actividades.

f) Carlo tiene 47 años vive solo y se desenvuelve perfectamente, su diagnóstico es Asperger, está muy acostumbrado a tener amigos y ha aprendido a mantener conversaciones sin abordar o monopolizar los temas. Cuando bajaba del trasporte público sufre un accidente y se rompe la cadera. El proceso de operación y rehabilitación dura varios meses y su convalecencia es admirable. A los 4 meses cuando ya podía caminar en andador y luego de una operación donde le colocan 18 clavos, le pide a la enfermera que cambie de canal, la enfermera se niega y Carlo la muerde y golpea.

g) Pili es una niña de 8 años, está cursando el año que le corresponde a su edad y tiene unas notas muy altas, pertenece al coro y baila en todas las presentaciones, su madre vive muy angustiada porque ante cualquier negativa Pili dice malas palabras, se tira al piso y arremete a golpes, estos episodios se repiten aunque tiene terapia conductual y está medicada.

h) Luciano tiene 7 años, es pequeño y delgado para su edad, juega con una pluma repetidamente, la hace volar con su soplido y la mira caer con muchas risas, se va alejando del centro del parque hacia un rincón, se le acerca al centro jugando con otra pluma para llamar su atención, acepta pero se va alejando hacia el área prohibida nuevamente, aletea y pierde contacto y atención con su juego, una y otra vez se le lleva a un lugar adecuado, se coloca un obstáculo para que no pueda acercarse pero el insiste. Uno de los voluntarios se sienta interceptando el paso y Luciano intenta empujarlo, cuando ve que la persona es muy grande arremete a golpes contra el e intenta morderlo no midiendo el peligro ni la reacción del otro. Ya en plena crisis se le retira y se le lleva a un salón, en todo momento se muerde y fija la mirada para que observen como se muerde, llora, los músculos de la boca tiemblan y ya no acepta ninguna orden ni estímulo, luego se le tranquiliza con tiempo fuera y refuerzo positivo pero el desgaste por la tensión lo deja cansado.

i) Ernesto ha despertado muy nervioso e hiperactivo, no logra realizar sus actividades diarias, pero tiene que asistir al colegio como todos los días, su medre lo lleva y pone en alerta a los profesores del centro regular para que tomen las medidas para que el comportamiento de Ernesto no turbe el desenvolvimiento de las clases. Al despedirse Ernesto corre y cruza la pista sin mirar, un auto casi lo arrolla, su madre le llama la atención con voz firme y nerviosa por el temor del peligro, Ernesto se exalta y ella lo empuja y golpea su cara. Ernesto se calma e ingresa al colegio, la madre arrepentida por el golpe se acerca al joven para hacerle un cariño. Ernesto se altera y le da cachetadas en rostro y luego se golpea la cabeza- Atónitos los demás padres hablan al director para que el joven sea retirado del programa de inclusión del centro.

j) Gino tiene 24 años, normalmente un buen comportamiento y puede acudir a cualquier lugar sin tener supervisión. Pero durante varios días ha mostrado mucho interés en pegar figuras en la pared de su habitación y colocar los objetos en lugares no adecuados como ventanas, debajo del colchón y pisos como adornos, sus movimientos relajados se ha tornado torpes y tensos, baja las escaleras corriendo, no controla su cuerpo cuando se sienta y cae fuertemente sobre las sillas, hace ruidos, presenta ecolalia, sus ojos están inyectados. Su atención ha bajado, muchas veces no entiende disposiciones que son parte de su vida cotidiana. Cuando se le solicita algo lo hace a regañadientes.

Ese día tiene que acudir a la clínica por un familiar que está hospitalizado, al llegar ve un frasco con caramelos y quiere tomar uno, se le acompaña al baño y se le dice que no puede porque no son suyos, que luego se le comprará algo cuando termine la visita. Gino intenta controlarse respirando, su mirada se desvía, sus ojos se desorbitan, su mirada se pierde, sus músculos se contraen, da saltos y respira repetidamente para tranquilizarse, antes que se desequilibre mas se le retira y se conversa con el hasta que se tranquiliza. Al llegar a casa esta cansado y duerme



Muchos padres viven un verdadero tormento ante los cambios de carácter de sus hijos, inclusive aquellos que han logrado enseñarles a controlarse, y es que no hay nada mas doloroso para un padre que el enfrentar esa mirada llena de furia, esa mirada que han buscado durante años, practicando con luces, juguetes, señales, ruidos y que siempre se ha mostrado lejana y perdida, desconectada.



¿Cuál es la verdadera causa para esa desmedida reacción ante un estímulo que muchas veces es insignificante?

¿Dolor, frustración, trastornos bioquímicas, eléctricos?

¿Qué transforma a nuestros hijos en seres que se quieren y nos quieren dañar?

¿Cómo podemos intervenir y actuar ante estos episodios?

¿Cómo podemos reconocer su inicio?



¿Cuáles son los pasos que nos dan luces el inicio de una crisis?

¿Cómo podemos prepararnos para conocer los pasos previos a las crisis y no vernos sorprendidos cuando estamos en el ojo de la tormenta?

¿Hasta que punto estas manifestaciones de descontrol llegan a deteriorar el organismo de quien lo sufre?







EL AURA



Existen pasos previos, señales, avisos de nuestro cuerpo que nos muestran que algo no está funcionando adecuadamente, en los epilépticos, ciertos ruidos captados únicamente por ellos, en las personas que sufren migrañas luces que sólo sus ojos pueden observar, en lo esquizofrénicos voces o figuras que anteceden a un desequilibrio o recaída de su enfermedad.



¿Y en los autistas?



Existen muchas señales, el pestañear repetidamente, marcadas ojeras, algunos tics en los ojos o en los músculos faciales, el contraer los puños, hipersensibilidad a los ruidos, mayor actividad física de lo normal, ruidos o repetición de sonidos, temas o palabras repetidas constantemente, juegos poco habituales, carreras sin sentido, risas exageradas, enrojecimientos de ojos, orejas , cuello o nuca, ansiedad por alimentos.



COMO PREVENIR LA CRISIS?



Definitivamente cuando ciertas manifestaciones muestran un cambio en el comportamiento habitual de nuestros hijos, debemos tomar las medidas para en lo posible controlar, si no la reacción por lo menos la intensidad de la misma.



- Evitar llevarlo a lugares muy concurridos si ya se manifiestan alterados antes de salir de casa,

- No apurarlos, ni jalonearlos, ni hablarles a gritos o aceleradamente, darles su espacio y sonreírles, la ansiedad es la que nos hace desgastarnos y realizar nuestras actividades de manera apurada y angustiada.

- Controlar nuestras reacciones para no incrementar nuestro nerviosismo al de ellos, si no podemos controlarnos, salir a dar una vuelta, darnos un duchazo, respirar, pensar en cosas bonitas, pensar positivamente.

- Si pensamos que nuestro hijo se va a portar mal, pues en eso si nos obedecerá y lo hará.

- Explicarles donde los vamos llevar y convencerlos que la van a pasar muy bien.

- En el coche prestarle atención y hacerlo participe de nuestro espacio.

- No amenazarlo con castigos o golpes, mas vale un buen trato que una buena pelea, ni repetirles mil veces pórtate bien antes que siquiera hayan iniciado un movimiento

- Presentarle las actividades de manera agradable y respetar sus gustos

- Tratar de no modificar drásticamente sus hábitos en los momentos de nerviosismo, los resultados cuando están tranquilos son los que verdaderamente perduran.

- No dar muchas instrucciones hasta notar que pueden asimilarlas, muchas veces cuando inician una crisis se ve antecedida por momentos de confusión.

- No imponer autoritariamente nuestro parecer, tampoco hablarles como un ruego, las reglas están dadas, nosotros somos los padres y ellos deben obedecer pero nuestro reinado nos es de terror, sino de amor.

- Observar el entorno y prevenir cuales pueden ser los objetos o las causas que desencadene la crisis.

- Informar a los profesores, especialistas y personas de la familia y entorno cercano que está en el inicio de un momento difícil.



EN EL OJO DE LA TORMENTA



La manifestación de una crisis tiene similar desarrollo al de una ola, cuando se ve el inicio de la misma, debemos nadar hacia ella para que nos levante suavemente en su cresta, zambullirnos en el tubo o correr antes que reviente, (es decir prevenir todo lo que pueda originar su inicio). Cuando una ola revienta, lo único que podemos hacer al igual que los surfistas, es correrla de pecho (es decir con nuestras propias armas) o con una tabla de surf (es decir con terapias y actitudes adecuadas), o dejar que nos revuelque y hasta exponernos a ahogarnos (cuando no la llevamos adecuadamente) , PERO DETENERLA? ESO ES IMPOSIBLE!







Y cómo debemos comportarnos cuando las cosas se nos fueron de las manos?



- No mostrar miedo pues es la puerta para que nuestro hijo consiga en futuro lo que desea por ese medio, debemos evitar que se haga hábito.

- Evitar toda manifestación de violencia que en muchos casos da resultado pero que deja una gran herida y sobre todo una gran lección para nuestros hijos SI GOLPEAMOS CONSEGUIMOS LO QUE QUEREMOS!

- Mostrarnos firmes y coherentes en lo que decimos y hacemos.

- Dar espacio (un par de pasos si es pequeño y un metro si es grande), a veces los golpes van a ser inevitables y debemos aprender a esquivarlos, el golpe dado se hace hábito fácilmente. Que nuestra figura no se vea amenazante, hablarle con voz baja o permanecer en silencio. Si no podemos evitar que se muerda facilitarle una toalla u objeto para que muerda sin hacerse daño

- Si lo que quiere es llamar la atención decirle que la tienen pero que no es podemos comprenderlo, si persiste quitar la atención manteniendo nuestra presencia pero evitando la mirada o tapándonos los oídos (estoy aquí porque te amo pero no voy a ceder)

- Nuevamente nuestras reacciones son prioritarias, nuestra actitud debe dar paz y no es pedir demasiado si tenemos en frente a quien amamos.

- Debemos ser concientes que esas reacciones en la mayoría de veces son reflejo de nuestros propio entorno, si no queremos tener hijos violentos pues cuidemos todos aquellos estímulos que lo propicien. Muchas veces no nos percatamos que nuestros hijos son el reflejo sin restricciones de nuestras mismas conductas.

- Informar a las personas que estén cerca que nuestro hijo es autista y sufre una crisis, que pronto pasará y que lo dejen tranquilizarse.

- Si la policía o seguridad intervienen pedirles que no lo agredan, se han dado en este año dos casos en que han herido , incluso causado la muerte de jóvenes autistas en crisis

- El ultimo punto es el mas difícil porque existen ciertos casos en que lamentablemente debemos aprender a vivir con esta violencia, hay algunos casos, gracias a Dios los menos, en que no se encuentra la manera de manejar las crisis de violencia y hay que buscar la mejor manera de mantener a nuestros hijos lo mas protegidos posible, inclusive de ellos mismos. Para estos casos extremos se puede acondicionar un lugar en casa donde pueda manifestar su agresión sin dañarse o buscar un centro especializado para crisis donde lo ayudarán a superarla y luego regresará a su casa. En todo caso un centro mental o manicomio no es el lugar apropiado para una persona con autismo por que estará expuesto a otros desórdenes mentales que pueden exponer su integridad física mental y moral y ellos no cuentan con los métodos y técnicas para desterrar estos episodios de sus vidas.



CUANDO SE RECOBRA LA PAZ



Al finalizar un episodio de violencia o una crisis de nervios el cuerpo queda visiblemente afectado, la respiración demora en retomar su equilibrio, una sensación de cansancio, dolor de cabeza, irritabilidad, llantos con mucho dolor, ya no hay gritos ni golpes, solo una sensación de gran sufrimiento.



Es en ese momento el instante de buscar llegar a la relajación, masajes, cariños, música suave, el hacerles sentir que los amamos, el hablar de lo que sintieron y de lo que sucedió y el propósito de no volver a cometer los mismos errores.



Algunos padres intentan realizar estas acciones cuando los chicos están en plena crisis, pero si retomamos el ejemplo de la ola, solo podremos volver a flotar y disfrutar del mar luego que hayamos pasado la ola y no en medio del remolino. Todo esfuerzo por detener la fuerza del mar cuando este nos arrastra solo sirve para que nos hundamos más, exactamente ocurre con los momentos de crisis, es imposible dar masajes relajantes a un músculo duro como la roca, la única manera en que podríamos descontracturarlo es con presiones fuertes y eso podría confundirse con una acto de agresión que acarrearía mayor violencia.



Y es que el funcionamiento del cerebro durante estos episodios sufre una alteración severa, las ondas cerebrales realizan movimientos similares a las detectadas en el sismógrafo cuando se presenta un terremoto. Todos esos impulsos van por el sistema nervioso central dando señales intermitentes a cada terminación y los músculos reciben descargas que no pueden canalizar, la respiración agitada desencadena en un aumento del flujo sanguíneo, acelerando las pulsaciones del corazón, todo el metabolismo sufre un desajuste el cual se manifiesta con reacciones fuera de control, no permitiendo al sistema sensorial recoger de manera adecuada los estímulos interiores y exteriores-



El volver al equilibro tiene un proceso que va desde ajustar la respiración con los movimientos de los grupos musculares, hasta coordinar la correcta comunicación de las conexiones del factor neurotrófico (funcionamiento de las neuronas) para recobrar un trabajo adecuado de nuestras funciones corporales.





TRATAMIENTOS



Hasta ahora la terapia conductual es la que mejores frutos ha dado para el manejo y equilibrio de las crisis porque ayuda y enseña al individuo a controlarlas.

Tiempo fuera, refuerzos, analizar causas y dar soluciones es la manera adecuada de controlar estos arrebatos y manifestaciones negativas de la conducta, generando hábitos que nos permiten controlarnos ante los estímulos que nos perturban.



La medicación en muchos casos determina la desaparición de las manifestaciones de las crisis, pero las causas quedan latentes dentro de cada individuo y pueden surgir de manera incontenible o ir desgastando otros mecanismos de control imposibilitando al sujeto dominar su propia vida.



Otros factores importantes que ayudan a mantener un equilibrio en la vida y por lo tanto a disminuir los episodios de desequilibrio definitivamente son el ejercicio y la alimentación. El mantener un buen estado de salud y canalizar las energías llevando una vida equilibrada y aprendiendo a dominar nuestras reacciones frente a los estímulos que puedan mortificarnos.

Un adecuado régimen alimenticio disminuye las causas que puedan originar los episodios de crisis, pero no nos enseña a controlarlas cuando se presentan.



Toda la familia deberá involucrarse en terapias de control de ira, orientación psicológica, tolerancia a la frustración, etc, para poder manejar las crisis y todos los sentimientos que ellas hacen surgir dentro de cada uno de sus miembros.



Para nosotros los padres la batalla contra las crisis se convierte en una lucha contra el tiempo, ese inexorable tiempo que nos va arrancar de la vida de nuestros hijos cuando tengamos que partir. Y nuestros temores se vuelcan en lágrimas al entender que nadie a parte de nosotros podrá tolerar esas conductas, gritos y agresiones y que el futuro, inclusive la vida, de nuestros hijos depende de cómo los preparemos para erradicarlas o disminuirlas.

Mas la solución esta únicamente en nuestras manos y las correcciones, establecimientos de límites y hábitos de control que si no son realizados desde la infancia no podrán tener raíces profundas para sostener la vida de nuestros hijos.

La mejor arma con la que contamos es nuestro propio ejemplo, si no equilibramos nuestras propias vidas y reacciones no podremos aspirar controlar desde el mas allá la vida de nuestros hijos.

Un hijo es como una figura de barro, cada marca que hacemos queda plasmada dentro de su corazón, cuando está aún fresca la podemos corregir y volver a moldear, pero cuando está seca, las marcas permanecerán para siempre



Dios los bendiga a ustedes, a sus hijos y al amor que los une.



ANA LUISA MOLINA

animolinaygino@yahoo.com

adda_deporteyautismo@yahoo.com



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