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Estado nutricional y úlceras por presión en ancianos ingresados en un área de Medicina Interna

Estado nutricional y úlceras por presión en ancianos ingresados en un área de Medicina Interna

Una correcta alimentación es fundamental para un adecuado mantenimiento del organismo. La conservación de la integridad cutánea, es uno de los cuidados básicos del individuo; cuando aparece una úlcera por presión (UPP) es porque se ha producido una alteración en esa necesidad. Por ello, pretendemos determinar si existe relación entre un adecuado estado nutricional y la ausencia de lesiones en la piel en pacientes ingresados en el servicio de Medicina Interna de un hospital provincial de Almería.

Autores: Mª Victoria Martínez  Miras*, Vanesa Ruiz Catalicio, Dolores Perales Segura

RESUMEN

Material y método: estudio descriptivo de 51 pacientes hospitalizados de mayo a septiembre de 2016 en el servicio de Medicina Interna de un hospital de la provincia de Almería,  con edades comprendidas entre los 75 y los 85 años de edad. Para la valoración del estado nutricional del paciente, se utilizó la versión revisada del MNAR-SF, valorando a su vez, la presencia de úlceras por presión y su catalogación según el estadío con el fin de encontrar una relación significativa entre ambas.

Resultados: La muestra presentó una edad media de 79.42 años, según el sexo se obtuvo que el 60.78% de los pacientes pertenecen al sexo masculino. En cuanto al estado nutricional,  el 25.49% presentaba un estado nutricional normal, el 15.68% una mala nutrición, y el restante 58.82% un riesgo de malnutrición. En cuanto a las úlceras por presión (UPP) en el momento del ingreso 14 de los pacientes ingresaron alteraciones cutáneas; el 21.43% con Grado I, el 28.57% Grado II y Grado III se mostró en el 35.71%. El 53.85% de los paciente bien nutridos no presentaban ningún tipo de lesión en la piel; los catalogados con riesgo de malnutrición presentaban úlceras por presión (UPP) en un  33.33%. En el grupo de malnutridos, el 100% presentaba pérdida de continuidad de piel.

Conclusiones: Queda demostrando una vez más que un mal estado nutricional favorece la evolución de las lesiones a estadíos más avanzados. Casi el 90% de los pacientes hospitalizados con mal nutrición o riesgo de presentarla, estuvieron siendo atendidos en todo momento por algún familiar o cuidador principal, los cuales mostraron gran interés en recibir ciertos consejos dietéticos para el momento del alta domiciliaria.

Palabras clave: úlcera por presión, estado nutricional, anciano, hospitalización.

INTRODUCCIÓN

Una correcta alimentación es fundamental para un adecuado mantenimiento del organismo. La conservación de la integridad cutánea, es uno de los cuidados básicos del individuo; cuando aparece una úlcera por presión (UPP) es porque se ha producido una alteración en esa necesidad. Es por ello que las úlcera por presión, se podrían prevenir en un alto porcentaje de los casos en los que aparecen  y en más de un 95% serían evitables (Hibbs 1987, Waterlow 1996), adoptando una serie de medidas preventivas de calidad.

Las úlceras por presión (UPP) se han descrito desde la antigüedad; se hacía mención a ellas en los primeros tratados de medicina; seguramente han existido desde el inicio de los tiempos, han sido descubiertas incluso en momias egipcias. 1 A día de hoy sigue considerándose un grave problema de salud. Podemos definir a las úlceras por presión como cualquier lesión de la piel y tejido subyacente provocada por la restricción del flujo sanguíneo causado por la presión prolongada, la fricción, cizalla o una combinación  de las mismas entre dos planos duros, uno perteneciente al paciente y otro externo a él.

Las áreas de más riesgo son la región sacra, los talones, las tuberosidades isquiáticas y las caderas.

Los dos grandes grupos de riesgo de pacientes que pueden desarrollar úlceras por presión (UPP):

  • Ancianos: las personas mayores de 70 años son candidatas en más de un 70% de desarrollar úlceras por presión.
  • Pacientes con lesión medular o parálisis cerebral, de ellos, el 50% es candidato a su desarrollo durante su ingreso en hospitalización.

Las causas que originan la aparición de úlceras por presión (UPP), en la mayoría de las ocasiones, se pueden detectar con anterioridad. Conocer los factores de riesgo, nos ayuda para planificar medidas preventivas, ya que una vez manifiesta la lesión es más complicada su evolución. Existen una serie de factores que influyen en el desarrollo de úlceras por presión (UPP) y los podemos agrupar en:

  • Fisiopatológicos: presencia de edemas, piel seca, trastornos vasculares, déficit nutricional, alteración del estado de conciencia, alteración de la eliminación, etc.
  • Derivados del tratamiento: con inmunosupresores, sondajes, etc.
  • Situacionales: debido a modificaciones de las condiciones personales, hábitos, ambientales, etc.
  • Derivados del entorno: carencia de educación sanitaria, sobrecarga de trabajo del personal, etc.
  • Junto a ellos debemos tener en cuenta la humedad, la pérdida sensitiva o motora, espasticidad o contracturas musculares, cirugía de más de tres horas, desnutrición proteica, déficit vitamínico, etc.

La incidencia de Ulceras por Presión (UPP) en pacientes hospitalizados es un gran problema de salud, que puede derivar en diferente complicaciones. Como acabamos de describir, su formación y evolución,  consiste en  un modelo complejo, en el que están involucrados diferentes factores tanto internos como externos, incluyendo el estado nutricional de la persona, su grado de movilidad, el estado mental, la humedad, infecciones, etc.

Las úlceras según su afectación en profundidad están clasificadas en estadios. La clasificación que internacionalmente se utiliza es la de la National Pressure Ulcer Advisory Panel (NPUAP):

  • Estadío I: Alteración observable en la piel íntegra, relacionada con la presión, que se manifiesta por un eritema cutáneo que no palidece al presionar; en pieles oscuras, puede presentar tonos rojos, azules o morados.
  • Estadío II: Pérdida parcial del grosor de la piel que afecta a epidermis, dermis o ambas. Úlcera superficial con aspecto de abrasión, ampolla o cráter superficial.
  • Estadío III: Pérdida total de grosor de la piel con lesión o necrosis del tejido subcutáneo, pudiendo extenderse hasta la fascia subyacente pero sin atravesarla. La úlcera aparece como un cráter profundo y puede haber socavamiento en el tejido adyacente.
  • Estadío IV: Pérdida total del grosor de la piel con necrosis del tejido o daño muscular, óseo o de estructuras de sostén (tendón, cápsula articular, etc.).

Los pacientes con síntomas aparentes de una mala nutrición y sobre todo, los de edad avanzada, pueden presentar mayor morbi-mortalidad y una estancia hospitalaria más duradera.

Existen diferentes escalas para valorar el estado nutricional en los adultos, como la Mini Nutritional Assessment (MNAR), herramienta validada, de gran utilidad para que ayuda a identificar a ancianos desnutridos o en riesgo de desnutrición.