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Suplementación con vitamina D durante el embarazo

Suplementación con vitamina D durante el embarazo

Durante el embarazo las necesidades de energía, proteínas, vitaminas y minerales se van a encontrar claramente aumentadas. La dieta materna tiene que aportar nutrientes energéticos y no energéticos (vitaminas y minerales) en cantidad suficiente para el correcto desarrollo del feto y para mantener su metabolismo durante los nueve meses de gestación.

Pablo Cabello Alcalá (1), Mercedes Mena García (2), Daniel López García (3), María José Ruiz Sanz (4)

  1. Matrón, UGC Ginecología y Obstetricia, Hospital de Antequera (ASNM), Antequera, Málaga
  2. Matrona, Servicio de Partos del Hospital Universitario Virgen de la Victoria de Málaga.
  3. Matrón, Servicio de Partos Hospital Materno Infantil de Málaga.
  4. Matrona, Hospital Vithas Parque San Antonio, Málaga.

INTRODUCCIÓN

Aunque todos los micronutrientes cuentan con mayor o menor relevancia durante este periodo, algunos como la vitamina D, destacan por funciones como el participar en la formación y el mantenimiento de los huesos, el intervenir a nivel del sistema nervioso e inmunológico o el permitir la absorción de algunas sustancias esenciales como el calcio o el fósforo.

A nivel general, la población que presenta déficit de vitamina D presenta huesos más delgados y frágiles pero también va a presentar un riesgo más elevado de problemas como la diabetes, enfermedad inflamatoria intestinal, hipertensión, problemas autoinmunes así como determinados tipos de cáncer.

El objetivo de esta revisión es explorar las necesidades de vitamina D durante la gestación y determinar la importancia (si existe) en la suplementación adicional de este micronutriente en base a las evidencias existentes. A través de este trabajo queremos explorar qué cantidad de vitamina D debería recomendada, qué circunstancias pueden necesitar un aporte mayor y si existe alguna contraindicación o riesgo por ingerir cantidad superiores.

METODOLOGÍA

Se realizó una revisión bibliográfica entre Febrero y Abril de 2017 en las siguientes bases de datos y meta-buscadores: Cochrane Library, CUIDEN, EBSCO y el metabuscador GERION de la Biblioteca Virtual del Sistema Sanitario Público de Andalucía (BV- SSPA). Para tal fin, se delimitó la estrategia de búsqueda a trabajos comprendidos entre el año 2007 y 2017. Se incluyeron como descriptores (DeCS) de búsqueda todas la combinaciones posibles de vitamina D, embarazo, suplementos dietéticos.

Este proceso se complementó con una revisión directa de manuales, protocolos e informes de las principales sociedades y asociaciones científicas a nivel internacional relacionadas con la Obstetricia (Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, Royal College of Obstetrician and Gynaecologist o la National Institute of Clinical Excellence).

Los criterios de inclusión fueron los siguientes: revisiones o artículos de investigación cuyo objeto de estudio fuese determinar las necesidades de Vitamina D durante la gestación o que hicieran mención del aporte de Vitamina D en multivitamínicos durante proceso durante el embarazo; se incluyeron sólo trabajos que permitan acceso al texto completo, en español o inglés y que incluyeran los descriptores seleccionados. Los criterios exclusión fueron: estudios duplicados, no relevantes al tema de estudio, trabajos en idioma diferente al definido, no hacer referencia a la vitamina D específicamente entre los micronutrientes estudiados, o que se refieran a las necesidades de Vitamina D fuera del proceso de gestación en sí (puerperio, lactancia, etc).

DISCUSIÓN

La principal función de la vitamina D o calciferol es mantener los niveles séricos de calcio y fósforo en el rango normal. Si la ingesta de calcio es insuficien­te, la vitamina D, junto a la hormona paratiroidea (PTH), moviliza los depósitos de calcio desde el hueso.

El aporte de esta vitamina se produce principalmente a través de dos fuentes: de los alimentos que ingeridos y de la exposición de la piel a la luz del sol, siendo esta última la más importante (de donde se obtiene entre el 60-80% de esta). La piel va a regular la producción de esta vitamina y factores como el color de la piel o el uso de protección solar (aunque solo sea de factor 8) pueden interferir en su formación.

A través de la dieta, el cuerpo obtiene una cantidad muy limitada de vitamina D pese a que hoy por hoy existen muchos alimentos fortificados con este nutriente. Los principales alimentos que contienen vitamina son el aceite de hígado de bacalao, los pescados grasos (ya sean frescos, ahumados o en conserva), la yema de los huevos, champiñones y setas, las carnes así como algunos alimentos fortificados (como algunas leches, zumos, cereales…).

Durante el embarazo, la vitamina D es responsable de multitud de funciones y no solo asegurar un correcto desarrollo del sistema musculoesquelético fetal. Según diversos autores, las gestantes con una ingesta regular de vitamina D presentan menor riesgo de complicaciones como pre-eclampsia o el tener un parto prematuro. En esta línea, aunque todavía los resultados no son concluyentes, también se ha observado que aquellas mujeres con niveles adecuados de esta vitamina presentarían igualmente menor riesgo de diabetes gestacional

Los beneficios que aporta la vitamina D no son exclusivos al proceso del embarazo sino que se extenderían hasta el futuro próximo de la mujer ya que a largo plazo, aquellas que durante el embarazo toman cantidades adecuadas de calcio y de vitamina D tienen menos probabilidades de desarrollar problemas óseos como la osteoporosis.

A nivel fetal, los beneficios de tener unos niveles adecuados de esta vitamina se van a reflejar en un menor riesgo de parto prematuro y/o de tener un recién nacidos con bajo peso al nacer en comparación con aquellas mujeres que presentan carencias de esta vitamina.

A nivel internacional, las sociedades científicas difieren sobre cuál es la cantidad de vitamina D recomendada durante el embarazo pues las necesidades varían de un país a otro o de un tipo de población a otra. Según la Organización Mundial de la Salud, las necesidades de vitamina D durante el embarazo estarían entre 5 y 10 μg/día (o lo que es lo mismo, entre 200 y 400 UI/día). Países como Reino Unido recomiendan aportes diarios de 10μg/día (400 UI/día) ya que existen meses del año donde la exposición solar se reduce drásticamente.

Por tanto, las cantidades de vitamina D pueden variar en función de la mujer, de la zona donde viva, del tipo de dieta que realice, etc. Según diversos estudios, la mayoría de las mujeres adultas tienen niveles suficientes de vitamina D haciendo una dieta equilibrada y con una exposición regular a la luz solar sin embargo, se ha observado como en zonas de la costa mediterránea (donde abunda el sol y la buena dieta también) existen porcentajes altos de falta de ésta vitamina.

Respecto a la cuestión de si es necesario y recomendable de qué las gestantes ingieran por sistema un aporte de vitamina D durante la gestación, las evidencias disponibles presentan datos contradictorios. Si durante el embarazo aumentan de forma fisiológica los niveles de vitamina D, se realiza una dieta equilibrada y completa y se asegura una exposición regular y controlada a la luz solar, algunos autores no justifican el que sea necesario la suplementación de este micronutriente pero si tenemos en cuenta los datos aportados anteriormente, algunos estudios destacan que aun así, es primordial asegurar una ingesta mínima suficiente a través de la suplementación.

Una dieta equilibrada no parece suficiente para captar la cantidad de vitaminas que necesitamos. Por otro lado, aunque la gestante viva en zonas donde el sol está asegurado, se han observado en multitud de trabajos científicos cómo en estos sitios también existe un déficit considerable de esta vitamina. Por ejemplo, en un estudio realizado países soleados como Arabia Saudí, Australia, Turquía e India entre el 30 – 50% de los niños y adultos presentaban niveles de deficiencia de vitamina D.

En la actualidad, existen múltiples preparados en el mercado que cubren con las necesidades mínimas aconsejadas de micronutrientes durante el embarazo. Aunque la mayoría de estos polivitamínicos cuentan con  5 μg de vitamina D, no todos pueden llevarlo por tanto sería importante asegurarnos usar un suplemento lo más completo posible. Según las recomendaciones a nivel internacional, usando un suplemento de vitamina D, realizando una dieta adecuada y exponiéndose a la luz solar de forma controlada y regular (si es posible) nuestras necesidades durante el embarazo estarían cubiertas.

Se han identificado algunos factores intrínsecos y extrínsecos que afectarían aún más al aporte de vitamina D como por ejemplo: el vivir en zonas con poca exposición solar, áreas con gran contaminación ambiental o el seguir determinadas dietas (como las dietas vegetarianas estrictas). Igualmente, factores como la edad, la obesidad, la raza (raza negra o de piel muy oscura) y las personas celíacas o con problemas intestinales pueden tener dificultades para obtener la cantidad de vitamina D que necesitan tan solo con la exposición al sol y la alimentación

Aunque no todas estas circunstancias son contempladas de forma homogénea en la literatura consultada, la mayoría de autores coincide en que ante estos factores se podría recomendar suplementos de Vitamina D mayores, recomendándose unos 10 μg o 400 UI día.

Pese a que un aporte adecuado de vitamina D es esencial durante el embarazo, concentraciones elevadas de este micronutriente en sangre pueden producir (tanto en embarazadas como en la población en general) problemas como náuseas, vómitos, pérdida de apetito, problemas a nivel renal o debilidad. La mayoría de las intoxicaciones por exceso de vitamina D se deben por abusar de componentes vitamínicos pues, la exposición al sol, aunque sea prolongada la autolimita el cuerpo.

En mujeres embarazadas, cantidades elevadas de esta vitamina pueden poner en riesgo a nuestro bebé en desarrollo, pudiendo causarle malformaciones a nivel del sistema cardiovascular y/o retraso mental. Aunque las fuentes bibliográficas difirieren en el límite máximo recomendado de Vitamina D, no se recomienda tomar cantidades superiores a 2000 UI/día (o 50 μg/día).

CONCLUSIONES

El papel de la vitamina D como micronutriente durante el embarazo es esencial. Mantener unos niveles adecuados de esta vitamina no solo van a beneficiar a la gestante sino al feto en desarrollo y a la propia mujer incluso finalizado el embarazo. Pese a que se han identificado factores extrínsecos e intrínsecos que pueden afectar a una correcta absorción/formación de vitamina D,  parece conveniente recomendar la suplementación de este micronutriente durante la gestación a través de polivitamínicos sino existe causa que los contraindique.

BIBLIOGRAFÍA

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