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Técnicas para reducir las conductas autolesivas en pacientes con trastorno límite de personalidad

Técnicas para reducir las conductas autolesivas en pacientes con trastorno límite de personalidad

RESUMEN:

Las autolesiones son el principal motivo de asistencia médica en pacientes con Trastorno Límite de Personalidad (TLP). Por ello, los profesionales de la salud deben investigar y poner en práctica tratamientos que eviten que se lleven a cabo estos comportamientos.

Idoya Sola Larrión, Leyre Oroz Lacunza y Maria Soledad Luquin Hermoso de Mendoza

PALABRAS CLAVE: Trastorno Límite de Personalidad, Conductas autolesivas, habilidades de afrontamiento, terapias e intervenciones de Enfermería.

 

OBJETIVO:

El objetivo de este artículo se centra en evidenciar las terapias o técnicas más eficaces para reducir o eliminar estas conductas autolesivas en pacientes con Trastorno Límite de Personalidad, mejorando así su calidad de vida.

INTRODUCCIÓN:

El Trastorno Límite de Personalidad es uno de los trastornos de personalidad más frecuentes en nuestra sociedad (en Estados Unidos lo poseen alrededor del 5,9% de la población).

Afecta principalmente a mujeres y altera cinco áreas específicas:

  • Afectividad: son personas inestables y poseen grandes dificultades para controlar su ira.
  • Comportamiento: marcado por gran impulsividad, actos autolesivos y comportamientos suicidas.
  • Esfera interpersonal: relaciones tempestuosas e intensas con múltiples rupturas y reconciliaciones, y pasando rápidamente de la idealización a la devaluación.
  • Auto-imagen: aparecen sentimientos crónicos de vacío y soledad, y alteración de la identidad.
  • Cognitivo: rumiación de pensamientos negativos y síntomas disociativos.

Para formular este diagnóstico es necesario que el paciente cumpla cinco criterios sobro los nueve presentados en el manual DSM-IV.

Los actos autolesivos se definen como “lesión o dolor directo infligido por una persona sobre su propio cuerpo con un patrón repetitivo, generalmente con un bajo riesgo de mortalidad y sin ser un intento deliberado de suicidio”. Son una de las mayores causas de asistencia médica en pacientes con este trastorno.  Su incidencia ha aumentado en los últimos años, llevándolos a cabo entre el 10,8 y el 55% de personas con este trastorno, y siendo más frecuente en jóvenes y mujeres.

Se califican como actos impulsivos, después de periodos de tensión e irritabilidad. La búsqueda de atención, expresar ira, distracción o como vía de liberación o descarga de estrés, son algunas de las motivaciones de estos actos.

Por lo tanto, se puede decir que las conductas autolesivas constituyen un impacto muy importante en la vida de estos pacientes, ya que tienen que recurrir a numerosas hospitalizaciones e incluso desarrollan un estigma social. Además, al tener una mayor incidencia en edades tempranas, puede repercutir en su desarrollo, apareciendo problemas concomitantes.

La seriedad de estas conductas desadaptativas, reside en la dificultad de tratamiento. Además, muchos profesionales desarrollan sentimientos y conductas que no colaboran con el objetivo de reducir o eliminar este comportamiento, mientras unos optan por ignorarlo, otros desarrollan sentimientos de enfado, repugnancia, frustración o incapacidad hacia el paciente.

INTERVENCIONES:

En primer lugar, para modificar la frecuencia de estas conductas, tenemos que centrar nuestra atención en los profesionales. Deben estar bien formados y entender esta forma de actuar. La falta de entrenamiento en el problema y en sus necesidades hace que la enfermera sea vulnerable e insegura.

Además, es muy importante que haya una conexión con el paciente, que la enfermera entienda y crea la historia que le paciente le contará y que siempre desarrolle una escucha activa, así la persona sentirá que le están tomando en serio. La enfermera tiene que ser empática, asertiva y tener mucha paciencia para repetir los mensajes positivos para lograr el cambio.

En conclusión, una buena relación entre la enfermera y el paciente es esencial para conseguir una modificación de la conducta.

Según numerosos estudios la Terapia Dialéctico – Conductual es la más eficaz para el abandono de los actos autolesivos en este tipo de pacientes.  Dicha terapia dura un año y consta de tres partes: sesiones individuales, sesiones grupales y llamadas telefónicas.

Una de las principales técnicas que se utilizan en esta terapia es el “Mindfulness”. Es una práctica de meditación de origen budista, en la que los participantes aprenden a ser conscientes de sus pensamientos, sentimientos y sensaciones, desarrollando conductas de afrontamiento al estrés más adaptativas.

Este tratamiento, a pesar de ser el más eficaz en pacientes con Trastorno Límite de Personalidad que desarrollan conductas autolesivas, es muy difícil de implementar debido a sus elevados costes, su larga duración y la necesidad de entrenamiento de los profesionales.

Debido a esta problemática, se propone la llamada Terapia de Intervención Grupal de Regulación Emocional. Se deriva de la Terapia Dialéctico- Conductual y consiste en enseñar estrategias para responder y disminuir la frecuencia de las autolesiones.

Por otra parte, se demuestra que la Terapia Cognitiva Conductual unida al tratamiento de base del paciente, reduce significativamente los actos autolíticos.

Otros estudios dejan de lado estas terapias tan estudiadas y se centran en técnicas más creativas. Se observa la eficacia de la enseñanza de la técnica de acupuntura hacia uno mismo como conducta de afrontamiento. Es una técnica muy segura, accesible y aprobada por la sociedad. A este tipo de intervenciones tan creativas se suman las técnicas de meditación y la comunicación creativa que engloba: la escritura, la danza y la música.

CONCLUSIONES:

A pesar de que numerosos estudios sugieren que la Terapia Dialéctico- Conductual es la opción más efectivas para el tratamiento de personas con Trastorno Límite de Personalidad que desarrollan conductas autolesivas, es muy difícil de implementar, por lo que es necesario desarrollar otras terapias de más fácil acceso y cumplimentación.

Además, el Trastorno límite de Personalidad asociado a conductas autolesivas constituye un elevado gasto económico para el Servicio Nacional de Salud (SNS). Es importante la intervención de profesionales cualificados y especializados en este trastorno mental, cuya formación eleva, también, estos costes.

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