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Actualización de conocimientos enfermeros: meningitis bacteriana en edad pediátrica

Actualización de conocimientos enfermeros: meningitis bacteriana en edad pediátrica

RESUMEN

La meningitis bacteriana es una patología infecciosa grave que constituye una importante causa potencial de morbimortalidad en la edad pediátrica, por lo que se considera una emergencia médica. Las manifestaciones clínicas varían según la edad, siendo más sutiles e inespecíficas cuanto menor es la edad del paciente. El diagnóstico requiere del estudio citoquímico y microbiológico del líquido cefalorraquídeo y el tratamiento antibiótico debe ser instaurado lo más precoz posible con el fin de mejorar el pronóstico y reducir la aparición de posibles secuelas y complicaciones.

AUTOR:

Raquel Domingo López. Graduada en enfermería por la E.U.E. de Teruel, Universidad de Zaragoza.

Palabras clave: meningitis bacteriana, infantil, edad pediátrica.

INTRODUCCIÓN

La meningitis es una enfermedad infecciosa en la que se produce la inflamación de las meninges, las membranas que recubren el encéfalo y la médula espinal. El 80% de los casos se producen en la infancia, especialmente en menores de 10 años.

Puede ser causada por bacterias, virus, hongos y parásitos. En la etapa pediátrica, los agentes etiológicos bacterianos más frecuentes son Streptococcus pneumoniae, Neisseria meningitidis y Haemophylus influenzae tipo b.

La colonización por estos patógenos se ve incrementada en los asistentes a estancias de cuidado o guarderías, así como en los expuestos a tratamientos previos con antibióticos por infecciones de repetición de la vía aérea alta.

La introducción de nuevas políticas de salud, que incluyen el establecimiento de programas que garantizan la administración en la población infantil de nuevas vacunas frente al meningococo y neumococo ha disminuido notablemente la incidencia de esta patología. Sin embargo, continúa causando una elevada morbimortalidad.

El diagnóstico precoz y la administración inmediata de antibioterapia es clave para mejorar su pronóstico y reducir el desarrollo de posibles secuelas y complicaciones.

SINTOMATOLOGÍA

Las manifestaciones clínicas de la meningitis varían según la edad del paciente, cuanto menor es, más sutil e inespecífica es la sintomatología.

En los recién nacidos puede cursar con fiebre o hipotermia, irritabilidad o letargia, rechazo de las tomas, vómitos, polipnea, pausas de apnea, fontanela abombada o convulsiones.

En los lactantes cursa con febrícula o fiebre, rechazo de las tomas, vómitos, irritabilidad, decaimiento, alteraciones de la consciencia, convulsiones y, en ocasiones, rigidez de nuca. A partir de los 8-10 meses, pueden aparecer signos de irritación meníngea: Kernig y Brudzinsky positivos.

En los mayores de 1 año cursa con fiebre que no cede con tratamiento antitérmico, cefalea, somnolencia, vómitos, convulsiones, rigidez de nuca y signos de irritación meníngea.

DIAGNÓSTICO

Ante la sospecha clínica de meningitis, se debe realizar una analítica sanguínea general, hemocultivos y punción lumbar.

Aunque el análisis del líquido cefalorraquídeo (LCR) obtenido por punción lumbar es la pieza clave del diagnóstico, en caso de inestabilidad hemodinámica, hipertensión intracraneal, alteraciones de la coagulación o infección en el lugar de punción, se debe posponer la punción lumbar hasta que el paciente se estabilice y se iniciará antibioterapia empírica.

La analítica sanguínea habitualmente muestra leucocitosis con neutrofilia. También hay aumento de la proteína C reactiva y la velocidad de sedimentación globular (VSG).

Los hemocultivos detectan bacteriemia alrededor del 50% de los casos no tratados previamente a su extracción. Y es positivo más frecuentemente en los casos de meningitis neumocócicas que en las meningocócicas.

En el análisis citoquímico del líquido cefalorraquídeo (LCR) en meningitis bacteriana se puede observar:

– Presión de salida elevada.

– Aspecto del líquido turbio o purulento.

– Alto recuento celular: leucocitos >1000/μl, con predominio de polimorfonucleares.

– Hipoglucorraquia (<40 mg/dl).

– Hiperproteinorraquia (>100 mg/dl).

En el análisis microbiológico del líquido cefalorraquídeo (LCR) se busca el diagnóstico etiológico mediante:

Tinción de Gram: coco grampositivos (sospechar neumococo), cocos gramnegativos (sospechar meningococo) o bacilos gramnegativos (sospechar Haemophylus influenzae b). Es positivo en el 75-90% de los casos sin antibioterapia previa.

–  Cultivo del LCR: establece el diagnóstico definitivo en el 70% de las meningitis neumocócicas y en el 85% de las meningitis meningocócicas, sin antibioterapia previa.

–  Reacción en cadena polimerasa (PCR) para la detección de meningococo y neumococo: constituye la herramienta de mayor sensibilidad y especificidad.

La antibioterapia previa dificulta el diagnóstico etiológico al negativizar los cultivos. No modifica las características citoquímicas del líquido cefalorraquídeo (LCR), aunque en algunos casos las proteínas pueden estar ligeramente disminuidas.

TRATAMIENTO

El tratamiento se establece de manera empírica según la edad y el agente etiológico más probable (Ver Tabla 1. Tratamiento antibiótico empírico.) hasta la obtención del agente específico a partir del análisis microbiológico del líquido cefalorraquídeo (LCR), momento en el que se instaurará el nuevo tratamiento antibiótico según el agente aislado y el antibiograma.

Además se procede de manera inmediata a la monitorización estrecha de las constantes, diuresis, nivel de consciencia y focalidad neurológica.

En caso de hipertensión intracraneal: se mantendrá el cabecero de la cama elevado unos 30º, se prevendrá y tratará la tos, el estreñimiento y el dolor y se administrarán agentes hiperosmolares (suero salino hipertónico, manitol).

QUIMIOPROFILAXIS

Está indicada en aquellos que han estado en contacto íntimo con el enfermo con el objetivo de prevenir casos secundarios.

Neisseria meningitidis:

Se aplicará a todos los convivientes en el domicilio del enfermo o que hayan dormido en la habitación del niño en los 10 días previos a su hospitalización y a las personas que hayan mantenido contacto frecuente y continuado con el niño.

Se aplicará a todo el establecimiento escolar de niños menores de 2 años sólo en el caso de que hayan aparecido dos casos en la misma clase.

(Ver Tabla 2. Quimioprofilaxis en caso de contacto con meningitis meningocócica.).

Haemophylus influenzae de tipo b:

Se aplicará a todos los convivientes en el domicilio del enfermo siempre que residan menores de 5 años y a los contactos habituales del enfermo que sean menores de 5 años.

(Ver Tabla 3. Quimioprofilaxis en caso de contacto con meningitis por H. influenzae.).

Anexos

Anexos – Actualización de conocimientos enfermeros. Meningitis bacteriana en edad pediátrica

Anexos – Actualización de conocimientos enfermeros. Meningitis bacteriana en edad pediátrica

BIBLIOGRAFÍA

  1. Baquero F, Vecino R, del Castillo F. Meningitis bacteriana. Protocolos Diagnóstico Terapéuticos de la AEP: Infectología pediátrica. 2011. Disponible en:

http://www.aeped.es/documentos/protocolos-infectologia

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